Irving Penn, el fotógrafo detrás de ‘Vogue’
Una exposición en A Coruña repasa su legado, desde su revolucionario trabajo en la moda hasta los retratos y bodegones
La Fundación MOP, presidida por Marta Ortega Pérez, acoge hasta el 1 de mayo de 2025 la exposición Irving Penn: Centennial, una retrospectiva única que reúne más de 175 imágenes del célebre fotógrafo estadounidense. Organizada por The Metropolitan Museum of Art de Nueva York, la muestra se presenta en exclusiva en España en A Coruña y ofrece un recorrido completo por la extraordinaria carrera de Irving Penn (New Jersey, 1917- New York, 2009), explorando su fascinación por lo efímero y la complejidad de la condición humana. Desde sus retratos de celebridades hasta sus estudios de la vida cotidiana, esta exposición revela su legado como uno de los artistas más relevantes de la fotografía del siglo XX.
La muestra permite a los visitantes sumergirse en el trabajo de un fotógrafo cuya carrera abarcó más de siete décadas, marcada por su meticulosa atención al detalle, su sentido estético minimalista y su capacidad para capturar la esencia de cada persona, ya fuera una estrella de cine o un vendedor ambulante. A lo largo de su vida Penn se posicionó como un pionero de la fotografía moderna, con una sensibilidad casi escultórica para los volúmenes y la luz. «La cámara siempre me ha producido un gran asombro. La admiro por el instrumento que es, en parte Stradivarius, en parte bisturí», vemos escrita esta frase de Penn en la primera sala.
Comenzó su carrera como diseñador gráfico antes de dedicarse plenamente a la fotografía. Su gran oportunidad llegó cuando empezó a trabajar para Vogue en 1943, donde rápidamente se hizo conocido por sus innovadores retratos y su enfoque revolucionario en la fotografía de moda. A lo largo de su carrera, Penn trabajó con algunas de las personalidades más célebres de la cultura del siglo XX, y su trabajo trascendió la moda para abarcar una amplia gama de géneros, incluyendo naturalezas muertas, retratos etnográficos y fotografía documental.
Además de su colaboración con Vogue, Penn destacó por su estilo único y su meticulosa atención al detalle. Fue conocido por su capacidad para crear composiciones minimalistas, casi siempre en blanco y negro, utilizando fondos neutros que resaltaban la figura humana y los objetos. Su enfoque hacia la luz, los volúmenes y las texturas le otorgó un estilo distintivo que le permitió capturar no solo la belleza externa, sino también la esencia interna de sus sujetos. A lo largo de su carrera, Penn exploró la fotografía como una forma de arte, y su obra sigue siendo una referencia en el campo de la fotografía contemporánea, dejando un legado que va más allá de la moda para abordar cuestiones universales de la condición humana.
La historia de amor de Irving Penn con la modelo sueca Lisa Fonssagrives –considerada por muchos la primera supermodelo, un icono de la moda– es una de las más emblemáticas de la historia de la fotografía. Se conocieron en 1947, cuando Penn ya era un fotógrafo reconocido. Penn y Fonssagrives comenzaron una relación que rápidamente se convirtió en una duradera historia de amor.
Historia de la moda
Se casaron en 1950, y su relación fue una fuente de inspiración mutua a lo largo de los años. Fonssagrives posó muchas veces para Penn, y su colaboración fue fundamental en la construcción de su característico estilo visual, especialmente en la fotografía de moda. La fotografió en numerosas ocasiones, mostrando su capacidad para capturar la gracia y la sensualidad de la figura humana. A lo largo de los años, Penn y Fonssagrives compartieron una vida de trabajo y arte, y su vínculo personal y profesional fue una de las claves del éxito de ambos. Después de la muerte de Fonssagrives en 1992, Penn nunca dejó de rendirle homenaje, recordando en sus entrevistas la importancia que tuvo en su vida tanto en lo personal como en lo artístico.
Penn revolucionó la fotografía de moda al captar modelos sobre fondos neutros, lo que permitió que la atención se centrara en los tejidos, gestos y expresiones. Su estilo distintivo le proporcionó la posibilidad de fijar un nuevo estándar en la representación fotográfica de la alta costura en la década de los 50 y 60, una contribución que le aseguró un lugar destacado en la historia de la moda.
Sin embargo, la moda fue solo uno de los muchos terrenos en los que Penn brilló. Su fascinación por la naturaleza humana y lo efímero quedó plasmada en sus retratos de celebridades y figuras del arte, como Marlene Dietrich, Audrey Hepburn, Salvador Dalí, Pablo Picasso, Truman Capote, y Joan Didion, entre muchos otros. Estos retratos no solo capturan su apariencia, sino que también exploran su personalidad y actitud, gracias a la habilidad única de Penn para leer y resaltar la expresión humana.
Pero Penn no se limitó solo a las grandes figuras del mundo de la cultura. En su serie de retratos de personas comunes, como comerciantes, vendedores ambulantes y residentes de Cuzco, Perú, el fotógrafo capturó la dignidad y belleza de la vida cotidiana, ofreciendo una mirada profundamente empática. Este enfoque igualitario subraya su capacidad para ver la grandeza en todos los sujetos, sin importar su estatus social o fama.
Una visión revolucionaria
Además de sus retratos, Penn fue un innovador en el campo de las naturalezas muertas. Su serie de bodegones, en los que combinaba objetos comunes con una estética minimalista, revela su obsesión por la composición perfecta y el juego de luces y sombras. Estas imágenes, junto con sus composiciones florales, sus estudios de desnudos abstractos y sus fotografías de colillas, muestran la versatilidad del fotógrafo y su capacidad para transformar lo ordinario en arte. Estos trabajos más experimentales evidencian la visión de Penn como un fotógrafo que no se conformaba con lo convencional y que constantemente buscaba nuevas formas de ver y representar el mundo.
Esta es la retrospectiva más completa del fotógrafo presentada hasta la fecha. La exposición abarca todas sus facetas y destaca su extraordinaria versatilidad artística. El recorrido se estructura de manera que sigue el desarrollo de su carrera, desde sus primeros trabajos en la fotografía de moda hasta sus exploraciones más personales y experimentales. En cada sala, los visitantes pueden apreciar no solo la maestría técnica de Penn, sino también su constante búsqueda de la belleza.
Irving Penn fue un fotógrafo que no solo dejó una huella indeleble en la historia de la moda, sino que también contribuyó a elevar la fotografía como un arte independiente, apreciado por su capacidad para capturar no solo la superficie, sino la esencia misma de sus sujetos. Su legado trasciende las categorías tradicionales de la fotografía, y esta exposición nos invita a descubrir la amplitud de su visión artística.