The Objective
Arte

El jardín o el desorden disfrazado de armonía

THE OBJECTIVE conversa con Lola Durán Úcar, comisaria de la muestra ‘Instante eterno en el jardín’ en CentroCentro

El jardín o el desorden disfrazado de armonía

'Instante eterno en el jardín'. | CentroCentro

CentroCentro presenta la muestra Instante eterno en el jardín. La exposición comisariada por Lola Durán Úcar, presenta obras de Cristina Almodóvar, Chus García-Fraile Daniel Verbis. THE OBJECTIVE se reúne con Lola Durán Úcar, curadora de la muestra Instante eterno en el jardín. «El jardín se muestra como espacio lúdico y de contemplación, como un rincón de protección, como lugar de paraíso y deseo, pero también de exceso y caída, ese es el eje conductor de la exposición», afirma. 

PREGUNTA- ¿Cómo nació la idea de Instante eterno en el jardín y qué le llevó a elegir el jardín como hilo conductor del proyecto?

RESPUESTA.- La idea nace de una intuición: la del jardín como metáfora de nuestra relación con el tiempo, la belleza, el deseo y el pensamiento. Me interesaba un espacio que no fuese solo natural o estético, sino simbólico, cultural y también contradictorio. El jardín es un lugar de recogimiento y placer, pero también de artificio, exclusión y, a veces, de desorden disfrazado de armonía. Me parecía un territorio fértil -en todos los sentidos- para abrir preguntas desde el arte contemporáneo.

P.- La exposición propone un recorrido sensorial, reflexivo y simbólico. ¿Cómo construyó esa narrativa curatorial a través de las obras?

R.- La exposición está pensada como un tránsito. Las obras no ilustran un jardín literal, sino que lo evocan desde lo matérico, lo emocional y lo conceptual. Quería que el visitante pudiera pasar de la contemplación a la inquietud, de la seducción formal al pensamiento. Hay recorridos visuales, pero también resonancias poéticas, texturas que nos hacen detenernos. La narrativa se construye en ese cruce de sensibilidades y contrastes.

P.- ¿Qué criterios guiaron para seleccionar a Cristina Almodóvar, Chus García-Fraile y Daniel Verbis como artistas participantes?

R.- Los tres tienen lenguajes muy distintos, pero comparten una capacidad para generar sentido más allá de lo inmediato. Cristina trabaja desde lo orgánico y lo poético, con una mirada que se posa en lo mínimo para abrir lo inmenso. Chus explora el paisaje desde lo tecnológico y social, generando imágenes que invitan a pensar el presente desde la distancia y la ironía. Y Verbis, con su pintura compleja y exigente, construye jardines mentales donde lo plástico y lo filosófico se entrelazan.

P.- La muestra incluye obras creadas específicamente para esta ocasión. ¿Cómo fue el diálogo con los artistas durante ese proceso creativo?

R.- Muy rico y generoso. Cada uno interpretó la idea del jardín desde su universo personal. Mi papel fue acompañar, sugerir, proponer posibles derivas. El jardín no se impuso como tema, sino como atmósfera común. Las obras han ido creciendo en diálogo, algunas incluso han mutado durante el proceso, como ocurre con todo lo vivo.

«En un mundo acelerado, detenerse ya es un gesto político y afectivo»

P.- Usted menciona que la exposición es una invitación a «detenerse, observar y dejar que el tiempo adopte otro ritmo», ¿cómo se traduce esa idea en el montaje expositivo?

R.- El montaje busca no abrumar, sino proponer pausas. Hay espacio para la contemplación y para el tránsito lento. La luz, los ritmos de lectura, la escala de las obras… todo está pensado para invitar a mirar de otra manera. En un mundo acelerado, detenerse ya es un gesto político y afectivo.

P.- ¿Qué papel cree que puede jugar el arte contemporáneo en la recuperación de una sensibilidad más conectada con la naturaleza y la contemplación?

R.- El arte tiene la capacidad de devolvernos al presente y de hacernos sentir. No se trata de volver a una naturaleza idealizada, sino de recuperar una mirada sensible, crítica y atenta. El arte no sustituye la experiencia, pero puede agudizarla, abrirnos a matices que hemos dejado de percibir. Puede hacernos recordar que somos también parte del paisaje.

«No me interesaba mostrar un jardín domesticado, sino uno con luces y sombras»

P.- El jardín aparece en la muestra tanto como espacio de belleza y recogimiento, como de deseo y transgresión ¿Cómo convivieron esos contrastes en la curaduría?

R.- Como conviven en la vida. No me interesaba mostrar un jardín domesticado, sino uno con luces y sombras. Un jardín que acoge, pero también que limita. Esa tensión entre lo deseable y lo inquietante, entre lo ordenado y lo salvaje, recorre muchas de las obras y le da cuerpo a la exposición.

P.- ¿Qué lugar ocupan los distintos lenguajes artísticos, como la poesía, la instalación o el vídeo, en la construcción del discurso curatorial?

R.- Son lenguajes que amplían el campo de percepción. La poesía aparece como forma de pensamiento y de ritmo. Las instalaciones nos implican corporalmente. El vídeo y los medios digitales aportan una mirada más contemporánea, más crítica. Todos ellos dialogan, no como compartimentos estancos, sino como capas de un mismo paisaje.

«Ojalá el visitante sienta que ha paseado por un jardín que le ha mirado también a él»

P.- ¿Qué espera que el público se lleve tras recorrer esta exposición? ¿Qué tipo de experiencia o reflexión busca provocar?

 R.- Espero que salgan con otra cadencia. Que algo les resuene por dentro. Que no todo sea inmediato, pero sí perdurable. No busco certezas, sino experiencias que activen preguntas, que propongan una forma distinta de estar. Ojalá el visitante sienta que ha paseado por un jardín que le ha mirado también a él. Que entienda que no estamos al margen, sino dentro del paisaje. Que somos parte de ese entramado vivo y frágil que llamamos naturaleza, y que por eso mismo debemos acercarnos a ella con respeto, atención y cuidado.

P.- A partir de septiembre se realizarán visitas guiadas junto a usted y los artistas. ¿Qué espera de ese encuentro directo con el público?

R.- Sobre todo, escucha. Me interesa mucho cómo se reciben las obras, qué despiertan. Las visitas son una oportunidad para abrir la mediación, para hablar de procesos, de intuiciones, de decisiones. No se trata de explicar, sino de compartir. Creo que ahí, en ese intercambio, también se cultiva un tipo de jardín.

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