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Jaime Lorente: «Nadie te forma para estar en continua exhibición»

El actor habla de su nueva película, el nacimiento de su vocación y la fama

Apenas comenzaba su carrera en televisión cuando Jaime Lorente (Murcia, 1991) encarnó a Denver, de La casa de papel, que le conllevó fama mundial instantánea. No ha parado de trabajar desde entonces. Entre otros personajes ha sido Nano en Élite, Rodrigo Díaz de Vivar en El Cid, Ángel Cristo en Cristo y Rey y Néstor en Mano de hierro. En un registro muy distinto al que acostumbra, encarna ahora a Germán, el protagonista de Hamburgo, el segundo largometraje de Lino Escalera que, tras presentarse en el pasado Festival de Málaga, se estrena este viernes en cines.

PREGUNTA.- ¿Eres de los actores a los que les gusta la promoción, hablar de los trabajos que uno hace, que es un distinto a trabajar en ellos?

RESPUESTA.- Depende del vínculo con el proyecto y de lo orgulloso que se esté. En esta ocasión me apetece mucho hacer promoción y hablar de Hamburgo.

P.- En Hamburgo, la película de Lino Escalera que se estrena este viernes, haces de Germán. Es un personaje que dentro de su rudeza es un personaje que casi suscita ternura. ¿Cómo te embarcaste en este proyecto? ¿Qué es lo que te atrajo?

R.- Principalmente, yo recuerdo haber ido a los cines a ver la ópera prima de Lino [No sé decir adiós], que me fascinó, y cuando me pasaron la prueba para este personaje, bicheando quién iba a ser el director, dije: esto lo tengo que hacer como sea. Luego, me pareció un grandísimo guion y ya el contacto con Lino fue espectacular.

Escena de ‘Hamburgo’.

P.- ¿Cómo preparaste Germán? ¿Cómo lo construiste?

R.- Fue un proceso de ensayos súper intenso y muy meticuloso. Ensayamos muchísimo, porque además rodamos en 16 mm y eso exigía estar muy en foco. Fue un trabajo de descubrir absolutamente al personaje, de composición desde cero y, entre yo y los compañeros, ver qué Germán surgía.

«El de Hamburgo fue un rodaje muy intenso, pero también muy liberador»

P.- ¿Y cómo lo definirías tú?

R.- Es un personaje en continua huida. Está huyendo de su pasado, de él mismo, pero en esa huida se da de bruces con el pasado del que huye, porque vuelve a los lugares que habitó cuando él estaba muy mal. Es un adicto. Y al final escapa de la vida que tiene para intentar liberarse de esa enfermedad, pero por necesidad vuelve a encontrarse con Cacho, que interpreta Roger Casamajor. Y ahí nace el drama.

P.- Es un perdedor también.

R.- Sí, es un desahuciado.

P.- Y lo que le dice Cacho: «Tú lo que pasa es que tienes muy mala suerte».

R.- Efectivamente.

P.- En el rodaje de una película con un tema tan duro, que es la trata, y tan oscura, ¿hay un respiro o hay tan poco tiempo y se está tan metido en la atmósfera que no hay tiempo para la distensión? ¿Cómo os lo tomáis?

R.- Es verdad que fue un rodaje muy intenso, pero también muy liberador. A pesar del tema –es un tema complicadísimo–, creo que todo el mundo lo enfrentamos con muchísimo respeto y eso hacía que la energía fuese muy positiva y que sintiésemos mucho respeto del equipo. Pusieron las cosas fáciles.

P.- ¿Había algún tipo de asesoría, de documentación, sobre este tipo de mafias en España? La película transcurre en la Costa del Sol.

R.- Sí. Lino hizo un trabajo de investigación brutal y nos puso en conocimiento de todo el trabajo previo que había hecho. Y la verdad es que nos ayudó mucho, primero, a entender la gravedad del asunto, porque hay muchos temas que desconocemos, y hay muchos puntos que están ocultos que son terribles, y nos ayudó mucho a intentar hacer la película con mucho respeto.

P.- ¿Sale distinto uno de una película así?

R.- Yo creo que sí, en muchos sentidos. Introducirte en un lugar tan terrible, tan trágico y tan difícil para tantas personas, al final te hace empatizar de una manera especial.

Jaime Lorente. | Víctor Ubiña

P.- ¿Eres de los actores que dejan atrás a los personajes o algo se queda con uno siempre?

R.- Más que llevar a cuestas el personaje, uno descubre cosas de él mismo a través del personaje y esas las mantiene siempre.

P.- ¿Que no se pueden decir?

R.- Que no se pueden decir…

«Más que llevar a cuestas el personaje, uno descubre cosas de él mismo a través del personaje y esas las mantiene siempre»

P.- ¿Cómo surgió tu vocación de actor? ¿Recuerdas el momento?

R.- Fue en el colegio. Yo era un chaval muy despistado. Lo convencional siempre me aburría un poquito. No era muy buen estudiante, pero tuve la suerte de tener dos profesores del colegio: Carlos, de física y química, y Carmen Gil, de inglés, que montaron una compañía de teatro en el colegio. Y yo de repente encontré ahí una validez increíble, y algo que me apasionaba cuando en clase no me apasionaba nada. Ahí lo descubrí.

P.- Estudiaste en Murcia, de donde eres, y te formaste ahí. Yo supongo que el salto a Madrid sería natural y que tuviste una familia comprensiva con esa vocación.

R.- Sí, tuve muchísima suerte en eso, porque mis padres me apoyaron siempre, desde el principio. Sí que quería estudiar en Murcia porque tiene una escuela de arte dramático estupenda y tenía claro que cuando terminase me venía a Madrid. Y así fue.

P.- Nada más empezar a trabajar, Denver, La casa de papel y una explosión. ¿Alguno de vosotros os esperabais lo que llegó a ser aquello? Lo que es todavía, porque claro, con esto de las plataformas, ahí está a disposición de todos.

R.- Absolutamente inesperado. El rodaje de las primeras temporadas fue mágico y formamos una familia increíble. Sentíamos que estábamos haciendo algo grande, por el amor que le poníamos. Pero a lo que ha llegado era imposible de imaginar. Imposible. Muy deseado, por una parte, pero inimaginable.

P.- ¿Hay algo malo de la fama? ¿La llevas bien?

R.- Depende de cómo la gestiones. Creo que es difícil, porque uno se puede formar como actor, más o menos, pero formarte para ser una persona que está en continua exhibición, nadie te forma. No es que tenga cosas malas, es que puede hacer que tú le des pie a cosas malas o mal gestionadas, porque es difícil.

«Lo he pasado mal, porque mi vida pegó un giro de 180 grados y me costaba mucho gestionar las cosas»

P.- ¿Tú cómo lo llevas?

R.- Bien. Ahora estoy en un momento de reconciliación con todo eso. Sí que es verdad que lo he pasado mal, porque mi vida pegó un giro de 180 grados, y me costaba mucho gestionar las cosas, mi día a día. Quería como más normalidad, pero ahora siento que este trabajo me ha dado mucho, que también hay un feedback con la gente súper positivo. Estoy agradecido.

Jaime Lorente. | Víctor Ubiña

P.- ¿Influye la paternidad en ese tipo de cambios de sentimiento? Porque en el caso de las mujeres me parece más obvio –y hemos hablado de ello aquí muchas veces, con artistas que han venido– pero no se suele tratar este tema con los chicos.

R.- Principalmente como ser humano, te afecta mucho. Yo recuerdo el nacimiento de mi hija, que de repente me convertí en una persona súper sensible, o sea, me emocionaba por casi cualquier cosa. Veo todo desde otro lugar, y eso, para mi yo actor, sí es beneficioso.

P.- ¿Qué es lo que peor llevas de la profesión?

R.- Yo tengo la sensación siempre de ser un impostor, de conquistar lugares que no me pertenecen, de convivir con una incertidumbre continua, no sé, tengo muy poco amor propio. Un amigo me decía: «los actores son gente con mucho ego y una autoestima por el suelo», y coincido un poco.

P.- Es interesante lo que cuentas, porque no paras de trabajar. Sobre, por ejemplo, personajes como Ángel Cristo, alguien que existió, ¿es más difícil o más fácil que hacer un personaje de ficción?

R.- Yo siempre digo que depende de cómo esté construido el guion. Al final, el trabajo principal del actor es darle vida a un guion. Cuando el guion está bien escrito, está bien apuntado, es mucho más sencillo. También hay que intentar no despistarse mucho, porque a veces queremos hacer casi trabajos documentales de personajes. En el caso de Ángel Cristo, fue prioritario absoluto el trabajo de guion, el respeto hacia el texto que habían construido, y todo lo que venía de la figura de Ángel Cristo que estuviese a favor del guion que habían construido, lo fui incorporando.

P.- También has hecho teatro. ¿En qué medio te sientes mejor y más cómodo? ¿Teatro, cine, televisión? ¿Qué es lo que da cada uno de ellos?

R.- El teatro ha sido mi gran pasión. Fue lo que me atrajo a esta profesión y le tengo un cariño muy especial. Sí que es verdad que he hecho mucha ficción y me he enamorado muchísimo de ella, pero si pudiera elegir, diría que me quedo con el mejor proyecto. El guion que más me emociona. Creo que la forma de trabajar, por mucho que se diga que es muy diferente, al final el origen de uno mismo es muy similar. Sí que es verdad que a nivel técnico hay unas diferencias súper claras, que uno tiene que aprender y saber llevarlas a cabo, pero no podría elegir.

«En el caso de Ángel Cristo, fue prioritario el trabajo de guion, el respeto hacia el texto que habían construido»

P.- Y también has escrito. No sé si es algo que hagas cotidianamente o simplemente surgió publicar aquel libro de poemas, A propósito de tu boca.

R.- Yo he escrito desde muy pequeñito. De hecho, en ese libro –no está puesto porque no me quería justificar– casi todos son poemas que escribí en mi época de primaria y de la ESO, cuando era muy pequeño. Me quise hacer ese regalo. Sí que es verdad que en esa etapa escribía muchísimo más, ahora no tanto. Recuerdo esa etapa de sentarme a escribir y de pasarme las clases escribiendo. Pero ahora ya no, eso lo he perdido un poco. De vez en cuando, cuando me viene algo, cojo las notas del móvil, y pah.

P.- También has hecho personajes históricos, como el Cid. Y en estos días leía justo que se va a hacer la serie Carlota, sobre Carlota de Habsburgo, la Emperatriz de México, y tú vas a interpretar a Maximiliano de Habsburgo. ¿Puedes hablar de ese proyecto?

R.- Mira, no puedo decir absolutamente nada, me tienen completamente vetado, pero más adelante vuelvo y hablamos de eso, porque me encanta.

Escena de ‘Hamburgo’.

P.- Yo supongo que te recomendarán, y si no te recomiendo yo, que leas Noticias del Imperio, de Fernando del Paso, que es la gran novela sobre sobre Carlota y Maximiliano.

R.- Es que es un historión.

P.- Por supuesto. Maximiliano acaba trágicamente fusilado.

R.- O no. Porque algunas teorías dicen que se escapó.

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