Del funk a la salsa y del Raptor House a Depeche Mode: así suena el In-Edit 2025 en Barcelona
Cine y música se encuentran en la 23.ª edición de In-Edit, que traerá a los cines Aribau de Barcelona 71 películas

Dj Babatr y su Raptor House | In Edit Film Fest
El Festival Internacional de Cine Documental Musical de Barcelona, In-Edit, regresa con más fuerza este otoño. Del 23 de octubre al 2 de noviembre, los cines Aribau albergarán, como cada año, la sede de la 23.ª edición de un certamen que se ha consolidado como referencia mundial en su género. Este año además se marca un cambio de ciclo ya que Astrid Rousse asume la dirección ejecutiva y Toni L. Querol la artística, garantizando que el festival mantenga su espíritu vibrante a la vez que se renueva con nuevas apuestas narrativas.
La apertura del festival de documentales musicales de la ciudad condal llega con sorpresa: In-Edit 2025 arrancará con un falso documental, Spinal Tap II: The End Continues, secuela de la película de culto This is Spinal Tap (1984), dirigida nuevamente por Rob Reiner. La cinta, que juega con los límites del documental a través de la comedia, reúne cameos de lujo como los de Elton John y Paul McCartney. Querol aconsejó al público “leer lo mínimo” antes de entrar a la sala, invitando a dejarse llevar por una proyección que promete convertirse en uno de los grandes momentos del festival.
71 títulos, 115 proyecciones y estrenos de alcance mundial
La programación de este año incluye 71 títulos distribuidos en siete secciones y un total de 115 proyecciones, entre ellas 17 estrenos mundiales, 4 europeos, 24 estatales y 16 catalanes. El certamen cerrará con We Want the Funk!, un homenaje al género que hizo bailar a generaciones con su energía contagiosa.
El cartel reúne tanto a artistas consagrados como a figuras que merecen un reconocimiento renovado. Entre los protagonistas destacan Jeff Buckley, Boy George, Carl Craig, Allee Willis o Depeche Mode, junto a relatos que reconstruyen hitos históricos, como Revival69: The Concert that Rocked the World, sobre el llamado “Woodstock canadiense”, rescatado en 1969 por la aparición sorpresa de John Lennon y Yoko Ono.
Una de las líneas más potentes de la programación es la que ilumina a músicos eclipsados por estrellas mediáticas, pero cuyo aporte fue decisivo. Este año la gran pantalla dará voz a Warren Ellis, pieza clave de los Bad Seeds junto a Nick Cave; Glenn Matlock, bajista y compositor original de los Sex Pistols; y Paul Di’Anno, primer vocalista de Iron Maiden y figura esencial para el heavy metal.
Latinoamérica como eje narrativo
La mirada hacia América Latina es otro de los grandes focos del In-Edit 2025. Entre las propuestas más destacadas se encuentra La salsa vive, un recorrido vibrante por un género que nació de los ritmos afrocubanos y puertorriqueños —mambo, guaracha, guaguancó— fusionados con el brío del jazz neoyorquino, y que encontró en Cali, Colombia, su segunda patria. La película, que ya se ha estrenado en Netflix Latinoamérica, traza el viaje musical de ida y vuelta entre La Habana, Nueva York y Cali, y se adentra en la vida cotidiana caleña para mostrar cómo bailarines, coleccionistas, jóvenes entusiastas y maestros veteranos mantienen viva la tradición en cabarets, concursos y calles. Con testimonios de Rubén Blades, Henry Fiol y Willie Rosario, el filme celebra la resistencia popular de la salsa como identidad, pasión y comunidad.
Otra propuesta imprescindible es O Menino D’Olho D’Água, que homenajea al recientemente fallecido Hermeto Pascoal, uno de los compositores brasileños más influyentes de las últimas décadas. En esa misma línea de explorar músicas transformadoras, El canto de las manos, dirigido por María Valverde, sigue a tres músicos sordos venezolanos que, bajo la dirección de Gustavo Dudamel, preparan la primera versión en lengua de signos de la ópera Fidelio de Beethoven.
Desde la periferia caraqueña llega Esto es Raptor House, la historia del techno-house caribeño creado por Pedro Elías Corro, AKA DJ Babatr, a finales de los 90. Un género nacido en los márgenes, marcado por matinés, CDs piratas, batallas de baile y el estigma de la etiqueta “tuki”. Prohibido durante años, resurgió gracias a la viralidad de internet y a la escena electrónica queer, conquistando clubes europeos y demostrando que la resiliencia a 140 BPM también forma parte del pulso musical latinoamericano.
Y desde Santo Domingo, La 42 narra cómo en el barrio de Capotillo, una calle de apenas 600 metros se convierte en escenario de celebración, arte y pura supervivencia. Bailarines y artistas habitan la noche a ritmo de dembow, con un apetito voraz por expresarse y por la fama, desafiando el hostigamiento policial y los estereotipos de violencia y narcotráfico. La cámara se adentra sin concesiones en un hervidero urbano de cuerpos que se mueven como acto de libertad, rabia y esperanza. En La 42 —fuente de inspiración para artistas como Bad Bunny, Arcángel, Tokischa, Akon, El Alfa o La Perversa— el baile no es solo danza, sino un grito de humanidad, cuerpos indomables, en una experiencia sensorial que juega con los límites entre documental y ficción.
Más allá del documental clásico
Fiel a su identidad, In-Edit no se limita a retratar artistas o escenas: también se atreve con narrativas híbridas que difuminan la frontera entre la realidad y la ficción, y que hacen del cine un espacio para experimentar con el relato. Este año habrá documentales que apuestan por la comedia como recurso central, otros que exploran la construcción de la identidad a través de la música y experiencias cinematográficas que se completarán con actuaciones en vivo.
Toda la programación ya puede consultarse en la web oficial del festival, donde están disponibles packs y abonos.