Stephen King domina las pantallas de este otoño
Desde octubre se han estrenado cuatro adaptaciones del maestro del terror. La última, ‘The Running Man’, lo hace hoy

Fotograma de 'Running man'. | Paramount
Ha superado los 50 años de carrera batiendo todos los récords: más de 80 libros publicados, más de una cincuentena de adaptaciones a la pantalla. Stephen King (Portland, Maine, 1947) debutó en 1974 con Carrie y desde entonces se ha convertido en el mayor forjador de mitos del terror de la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del XXI. Con o sin elementos sobrenaturales, ha explorado como nadie los miedos de la sociedad contemporánea.
Solo este año se han estrenado cinco adaptaciones de obras suyas: The Monkey de Osgood Perkins (llegó a los cines en junio); La vida de Chuck de Mike Flanagan (estrenada el 14 de octubre); la serie It: Bienvenidos a Derry (en emisión en HBO, de momento hay cuatro capítulos de ocho disponibles), que es una precuela de su novela It; La larga marcha de Francis Lawrence (que llegó a los cines la semana pasada) y The Running Man (se estrena hoy) de Edgar Wright.
Los dos últimas coinciden en ser narraciones distópicas ambientadas en una sociedad futura totalitaria. En La larga marcha gobierna el país un líder militar y la trama presenta a un grupo de adolescentes elegidos por sorteo para participar en una macabra competición televisada. Se trata de una caminata sin pausas, en la que solo sobrevivirá uno de los participantes, al que se concederá un fabuloso premio. Los que se detienen por el cansancio son sacrificados sin piedad. La premisa es potente, pero la película la malbarata por el elevado número de detalles inverosímiles que acumula. Por ejemplo, que alguien sea capaz de andar sobre el asfalto unos 50 kilómetros descalzo sin destrozarse los pies por el camino. O que los concursantes, sabiendo que solo va a sobrevivir uno, confraternicen y se ayuden entre ellos.
Como curiosidad: el papel del siniestro mayor al mando de la competición está interpretado por un irreconocible Mark Hamill, el Luke Skywalker de La guerra de las galaxias. Y el protagonista es Cooper Hoffman, el hijo de Philip Seymour Hoffman.
Más interés tiene The Running Man, que adapta otra novela distópica de King, en este caso de las que firmó bajo el seudónimo Richard Bachman. Es la segunda ocasión en que se lleva al cine; hay una versión anterior, ochentera, protagonizada por Arnold Schwarzenegger. Esta nueva adaptación es mucho más fiel al original literario. Aquí la sociedad del futuro está dividida entre una élite privilegiada que vive protegida y los parias que hacen lo que pueden por sobrevivir.
Cacería humana
El gobierno está en manos de una gran corporación mediática que lanza cruentos concursos al estilo de lo que los romanos entendían por entretenimiento en el Coliseo. El programa estrella se llama The Running Man y consiste en que tres concursantes traten de sobrevivir durante un mes a una cacería humana. Uno de ellos es el protagonista (un eficaz Glen Powell) que acepta participar acuciado por sus problemas económicos.
Dirige el británico Edgard Wright, que debutó con comedias de culto como Zombies Party y después pasó a cosas más serias como Baby Driver y Última noche en el Soho. La película tiene buenas escenas de acción y un tono que recuerda —para bien— a aquellas cintas ochenteras de John Carpenter como 1997: Rescate en Nueva York o Golpe en la pequeña China. Sin embargo, la cinta se resiente de algunas inconsistencias del guion, como introducir un personaje femenino tan al final que es imposible sacarle partido y que al público le importe lo que le suceda.
De los recientes estrenos de adaptaciones de Stephen King, el más destacado es sin duda La vida de Chuck, una parábola sobre el sentido de la finita existencia humana, a partir de unos versos del Canto a mí mismo de Walt Whitman: Do I contradict myself? / Very well then I contradict myself, / I am large, I contain multitudes (¿Me contradigo? / Sí, me contradigo / Soy inmenso, contengo multitudes). La novela corta original está en el volumen La sangre manda y la adaptación cinematográfica es muy fiel. La argucia narrativa es tan simple como efectiva: consiste en colocar sus tres partes en el orden inverso, de modo que al principio el espectador siente cierto desconcierto ante lo que lee o ve y, conforme la historia avanza hacia atrás, las piezas del puzle van encajando.
La historia arranca con el mundo al borde del apocalipsis, en cuyas calles aparecen unos enigmáticos carteles que homenajean a un anodino contable. Es Chuck (el británico Tom Hiddleston), que ocupa el centro de la segunda parte, cuyo eje es una exultante secuencia de baile. Este sirve de conector con la última —cronológicamente la primera—, que nos lleva a la infancia de Chuck y al misterio tras una puerta en la casa victoriana en la que vive con sus abuelos. El abuelo, por cierto, es de nuevo el galáctico Mark Hamill. No estamos aquí ante el Stephen King sombrío y siniestro, sino ante una propuesta feel good en toda regla.
‘El resplandor’
El director, Mike Flanagan tiene en su haber otras dos adaptaciones previas de obras del escritor de Maine. La primera, El juego de Gerald, es una modesta pero muy eficaz producción de Netflix sobre un juego erótico que acaba en accidente y deriva en pesadilla. Y la segunda, Doctor Sueño —una de las pocas adaptaciones de sus libros que le gustan a King— es la secuela de El resplandor y sigue las andanzas del pequeño Danny Torrance, ahora convertido en un adulto perseguido por extrañas visiones.
Precisamente El resplandor encabeza el ránking de mejores adaptaciones al cine de obras de Stephen King, según mi modesta opinión. Como verán, no todo es terror:
1. El resplandor (Stanley Kubrick, 1980). King la detesta por las libertades que se tomó el cineasta y como contrapeso decidió producir una adaptación televisiva más fiel a su libro. Sin embargo, la cinta de Kubrick es un hito del cine de terror, con un puñado de escenas ya icónicas: Jack Nicholson rompiendo una puerta a hachazos, el niño recorriendo con el triciclo los pasillos del Hotel Overlook, la aparición de las dos gemelas muertas, el ascensor que escupe sangre… Además, con su protagonista escritor, es una fascinante exploración de la relación entre creatividad y locura.
2. Cuenta conmigo (Rob Reiner, 1986). El escritor la considera «la primera adaptación plenamente satisfactoria». Y resulta que no es de terror. Basada en el relato El cuerpo, del volumen Las cuatro estaciones, es una obra sobre el tránsito de la adolescencia a la edad adulta. Los protagonistas son unos chavales que un verano encuentran en el bosque de su pueblo un cadáver.
3. Carrie (Brian De Palma, 1976). King apoyó que el director fuera Brian De Palma, sobre cuya idoneidad había dudas porque venía del cine underground. Fue un taquillazo, lanzó la carrera del cineasta y relanzó las ventas del libro. Además, dejó algunas imágenes indelebles como la de Carrie en el escenario cubierta de sangre o esa mano que sale de la tumba en la escena final.
4. Cadena perpetua (Frank Darabont, 1994). Adaptación de Rita Hayworth y la redención de Shawshank, otro de los relatos de Las cuatro estaciones. Como Cuenta conmigo, tampoco es una historia de terror. Cuenta la amistad carcelaria entre un hombre acusado injustamente de fraude y un veterano prisionero negro. Darabont cuenta en su haber con otras dos muy solventes adaptaciones de King: La milla verde y La niebla.
5. Misery (Rob Reiner, 1990). Una Kathy Bates excelsa —gano el Óscar a mejor actriz— se convierte en la mayor fan y la peor pesadilla de James Caan, en el papel de un escritor de novelas románticas. Segunda adaptación de King de la mano de Reiner, tras Cuenta conmigo. Consigue llevar la tensión al límite y se desarrolla casi por completo en un único escenario. Terror realista, sin presencia de elementos paranormales.
