The Objective
Déjate de películas

Las mejores películas navideñas

Dedicamos este episodio de ‘Déjate de películas’ a un especial de recomendaciones cinéfilas para estas fechas

Las mejores películas navideñas

Fotograma de 'Qué bello es vivir'.

El cine navideño ocupa un lugar especial dentro de la historia del séptimo arte y en la memoria colectiva de millones de personas alrededor del mundo. Más que un simple subgénero cinematográfico, las películas ambientadas en la Navidad funcionan como un ritual cultural que se repite cada año, reforzando valores, emociones y tradiciones asociadas a esta época. Desde relatos familiares y comedias ligeras hasta dramas profundos y fantasías mágicas, el cine navideño ha sabido adaptarse a los cambios sociales sin perder su esencia.

Uno de los rasgos más característicos del cine navideño es su fuerte carga emocional. Estas películas suelen apelar a sentimientos como la esperanza, la nostalgia, la solidaridad y el perdón. La Navidad, entendida como un tiempo de reflexión y reencuentro, se convierte en el marco ideal para historias de redención personal o reconciliación familiar. Un ejemplo clásico es ¡Qué bello es vivir! (1946), de Frank Capra, que explora el valor de la vida y la importancia de la comunidad a través de un mensaje optimista que sigue vigente décadas después de su estreno.

Otro elemento fundamental es la familia. En el cine navideño, la familia aparece tanto como un refugio emocional como un espacio de conflicto. Muchas tramas giran en torno a reuniones familiares caóticas, malentendidos generacionales o ausencias dolorosas que se hacen más evidentes durante las fiestas. Películas como Solo en casa (1990) combinan humor y ternura para mostrar cómo la unión familiar, incluso tras situaciones absurdas, termina siendo el verdadero regalo de Navidad.

La comedia ocupa también un lugar central dentro del cine navideño. El tono ligero y el humor accesible permiten que estas películas sean disfrutadas por públicos de todas las edades. Situaciones exageradas, personajes entrañables y finales felices refuerzan la idea de la Navidad como un tiempo para reír y compartir. Al mismo tiempo, algunas comedias navideñas introducen críticas sociales, como el consumismo excesivo o la pérdida del sentido original de la celebración, aunque siempre desde una perspectiva amable.

No se puede hablar de cine navideño sin mencionar la fantasía. Santa Claus, los elfos, los milagros y los deseos cumplidos forman parte del imaginario colectivo que el cine ha sabido explotar con creatividad. Estas historias permiten escapar de la realidad cotidiana y recuperar una mirada infantil sobre el mundo, donde todo parece posible al menos por una noche. Películas como Polar Express o Elf muestran cómo la fe en la magia navideña puede transformar a los personajes y, por extensión, al espectador.

En años recientes, el cine navideño ha evolucionado para incluir nuevas formas de representación. Se han diversificado los modelos de familia, los contextos culturales y los conflictos abordados. Además, las plataformas de streaming han impulsado una producción masiva de películas navideñas que, aunque a menudo siguen fórmulas conocidas, responden a la demanda constante de contenido reconfortante durante las fiestas. Esta repetición de esquemas, lejos de ser un defecto para muchos espectadores, forma parte de su encanto y previsibilidad.

En conclusión, el cine navideño perdura porque cumple una función emocional y social muy clara: ofrecer consuelo, esperanza y una pausa cálida en medio de la rutina diaria. Cada diciembre, estas películas regresan para recordarnos valores universales como la empatía, el amor y la importancia de los vínculos humanos. Más allá de su calidad artística o su originalidad, el cine navideño sigue siendo un espacio donde la magia, la emoción y la tradición se encuentran, convirtiéndose en una experiencia compartida que trasciende generaciones.

Sobre Déjate de películas

Déjate de películas es un podcast de THE OBJECTIVE dedicado al mundo del cine. Se trata de una tertulia de periodicidad mensual en la que se discutirán todo tipo de temas relativos al séptimo arte: tendencias, estrenos, corrientes, directores, actores, y, por encima de todo, películas. También hablaremos de  los grandes asuntos de la vida —existenciales, filosóficos, políticos o sociales—, pero siempre apoyándonos en el cine.

Para ello, queremos seguir así la estela de programas como Qué grande es el cine, del maestro José Luis Garci, de Cowboys de medianoche, o de La Clave, aquel mítico espacio que dirigía el gran José Luis Balbín. Son modelos muy elevados, por lo que no pretendemos estar a la altura, pero sí al menos parecernos aunque sea de lejos. Los componentes del equipo de Déjate de películas somos Sonsoles Callejo, abogada; Salvador Otamendi, consultor político; y Jaime Cervera, historiador y periodista de este diario. Los tres rondamos la treintena y compartimos una común pasión por el cine de ayer y de hoy.

Publicidad