Gonzalo Torné conjura en 'Brujería' la pasión y la melancolía
El escritor regresa con una novela sobre las nuevas relaciones amorosas y los peligros de la nostalgia
A Gonzalo Torné se le relaciona con maestros indiscutibles como Henry James, Philip Roth o, poniéndonos patrios, con Javier Marías. Desde luego, con ellos coincide en la capacidad de allanar mentes y de adentrarse en los vericuetos del pensamiento de cada uno de sus —siempre complejos— personajes.
En Brujería (Anagrama, 2024) vuelve a hacerlo: parte del retorno de Diego Duocastella a Barcelona tras una década en Italia y, a partir de ahí, desembrolla una trama basada en la relación de este con los tres miembros de la familia Pons, un matrimonio y la hermana de él. A través de cada uno de sus encuentros, en grupo o tête à tête, despliega Torné una gavilla de dilemas y enredos sentimentales que nos resumen como especie complicada.
THE OBJECTIVE ha hablado con el autor, empezando por el temor que Diego siente a involucrarse sentimentalmente, mientras le acosa el pasado en forma de pensamientos recurrentes que evocan unos amigos perdidos: «Creo que Diego es uno de esos individuos que sitúan en el pasado la época en la que se sintieron mejor, más ellos mismos. Que mantienen un diálogo espectral con los ausentes. Pero diría que no se agota en esta sensación de haber dejado buena parte de su vida atrás, también sabe dónde comer, qué ir a ver y cómo vestirse. Es una persona irónica, rozando el cinismo cuando piensa en política. Un poco seductor y bien predispuesto a volver más agradable la vida de quienes le rodean».
Ciertamente Diego es complejo, como lo es esta obra de Torné que no aspira a resolver un enigma ni a resolverse a sí misma, y que podría condensarse, de algún modo, en uno de sus pasajes: «La vida no tiene sentido ni mensaje, es un tiempo consciente que atravesamos, y una novela es igual: un mundo de ficción al lado de la realidad». «Creo que es algo que se puede decir de todas las novelas que me gustan», reflexiona el autor, «para ser justos creo que a las novelas se les tiene que exigir algo más de sentido y de intención que a la vida. Leer una novela, como un viaje o una relación, es una experiencia y el lector tiene que atravesarla. Y a menudo pienso que cuantas menos pistas tenga y menos le condicionemos mejor».
A lo largo y ancho de sus dilatadas interacciones, el lector puede pensar por momentos que Diego juega a voluntad con las dos mujeres del clan Pons, pero, una vez más, en Brujería nada es exactamente como parece y el trampantojo está servido. En palabras de Torné, «el juego de alianzas y tensiones, del gato y el ratón, es constante entre los tres».
La novela está atravesada por larguísimos diálogos que cimientan las bases de la relación entre los cuatro protagonistas. Y, si bien no son por lo general verosímiles, tampoco es algo que le preocupe al autor: «Parece como si el diálogo solo se admitiese en la novela si expresa un modo de habla propio del personaje y de su clase, o si contribuye al progreso de la trama. Me parece más interesante tratar de reproducir lo que ocurre cuando empezamos a conversar con alguien que no conocemos, el tanteo, el inventarnos un poco quienes somos, los avances y los retrocesos, el lento progreso de lo que intuimos que el otro piensa de nosotros, las vacilaciones, las repentinas condensaciones de afecto… Todo esto me parece más verosímil que hablar con muletillas o frases lacónicas o asegurarse que la trama avance como si tuviéramos mucha prisa».
Sobre sus nuevos proyectos, asegura estar ahora mismo en barbecho: «No sé muy bien cuándo volveré a ponerme. Igual me da por seguir con los conjuros y los hechizos… Pero hay un tema que me interesa mucho que es el de la santidad. En Brujería a casi todos los personajes les gustaría ser amables, tienen una preocupación por la bondad, pero son débiles, inconstantes, se dejan llevar… Y la bondad exige firmeza y perseverancia. ¿Cómo sería la vida de un santo contemporáneo? Supongo que tendría que hacer algún milagro, pero el resto no lo sé muy bien, y me gustaría indagarlo».