La verdadera historia de los plane… los cometas, de Holden Centeno
Holden Centeno vuelve con la verdadera historia del famoso grupo indie Los Cometas… ¿o son Los Planetas?

El autor Holden Centeno.
Hace más de una década, el madrileño Holden Centeno cabalgó la ola de la literatura en Internet con la maestría del Gran Kahuna. Se hizo un blog preso de esa incontinencia, de esa grafomanía de quien tiene algo que contar de sí mismo a través de ficciones (o no tanto), que le hagan paradójicamente olvidarse de quién es. Suena quimérico, lo sé. Pero esa paradoja es muchas veces el fuel de la escritura. Inventar para reconocer la realidad.
Holden, arropado por las huestes y el cariño de la red, fue llamado a filas físicas y publicó La chica de Los Planetas (Suma, 2014) con 24 años, escudado detrás de un pseudónimo y de un anonimato físico. A lo Thomas Pynchon versión posmo. Con el paso del tiempo, se ha ido poniendo cara a quien escribía. El misterio quedó desvelado, pero el impulso creativo y el interés literario, no. Hoy, varios libros después de aquella irrupción, Holden sigue escribiendo despiojado de oropeles y glamur artificial. De la palabra al libro. Sin adornos, pero no sin profundidad. Y lo hace con la historia de la mítica banda de indie de los noventa Los Cometas… Un grupo que se parece mucho a Los Planetas; la banda granaína que reformuló el indie rock y creó tanta escuela como feligreses (entre ellos Pedro Sánchez), pero que no son Los Cometas. ¿O sí?
En esta entrevista con THE OBJECTIVE, el autor –sometido ahora a la dictadura del pañal con su segundo vástago- desvela cuánto hay de Los Planetas en Los Cometas, y por qué manipular con la realidad es, tal vez, la mejor de las grandes ficciones.
PREGUNTA.- ¿Cómo empezó todo este proceso de escritura?
RESPUESTA.- Ha sido un proceso muy largo para un libro tan pequeño. Empecé a escribir en 2016, pero la idea nació en 2014, cuando salió el libro Canciones de amor a quemarropa. Es una novela de Nickolas Butler. Me encantó el libro y me pareció superguay poder hacer algo similar en España.
P.- ¿Y cómo evoluciona esa idea?
R.- La idea queda ahí, y en 2016 empiezo a escribir. En 2018 sale Todos quieren a Daisy Jones, de Taylor Jenkins Reid, y cuando lo leo, me refuerza la idea de escribir algo sobre una banda española. En el caso de Daisy Jones, se ve clarísimo que se inspiran en Fleetwood Mac. Y claro, mi banda son Los Planetas.
P.- ¿Por qué Los Planetas?
R.- Es con la banda con la que yo he crecido. Con 10 años ya escuchaba Los Planetas por mi hermano mayor. Él siempre me hablaba de la banda, de sus miembros, del misticismo que los rodeaba… Desde pequeño he estado muy empapado de eso, con referencias, historietas, etc. Así que cuando empiezo a escribir este libro, puedo decir que me inspiro en Los Planetas, pero porque esto es una ficción, ¿sabes?
P.- ¿Cómo desarrollaste el universo de tu banda ficticia, “Los Cometas”?
R.- Me empapé de entrevistas y todo lo escrito al respecto, y a partir de ahí empecé a construir la historia de Los Cometas. Me era muy cómodo usar muchas referencias, aunque la mayoría de las cosas que aparecen en la novela son inventadas. Quería jugar con eso, con que el lector dudara de si es verdad o no.
P.- ¿Cómo surge entonces la oportunidad de publicarla?
R.- Un día me encontré los libros de Liburuak en una librería y vi que eran musicales, así que les mandé lo que tenía. Les expliqué que quería hacer algo en la línea de Canciones de amor a quemarropa y Todos quieren a Daisy Jones, aunque con una historia propia, inspirada pero no calcada.
P.- ¿Tuviste que hacer concesiones creativas con la editorial?
R.- Sí. Por ejemplo, el título original era Esas malditas canciones, y mi idea de portada era una escena de K –inspirado en J, cantante de Los Planeta- y Ana -personaje de ficción- en el hotel de Benicàssim tocando el piano. Pero ellos quisieron jugar más con un concepto visual inspirado en el disco Una semana en el motor de un autobús (1998), pero con un asterisco. Me acabó pareciendo muy interesante. También fue idea suya el personaje de Fernanda Pamplona, que articula la novela, inspirado en el periodista Fernando Navarro. Yo había pensado que el narrador fuese un hijo de los personajes Ana y Toño.
P.- ¿Cómo te sentiste al escribir desde una voz femenina?
R.- Al principio me daba un poco de miedo, pero me pareció un buen reto. Creo que me venía bien hablar con una voz femenina y diferenciar las voces. No sé si lo he conseguido del todo, pero era parte del juego narrativo.
P.- ¿Y qué hay de esa historia de amor entre Ana y K?
R.- Eso es 100 % inventado. Lo digo porque mucha gente piensa que hay algo de verdad ahí, y no. El título y el enfoque de la portada predisponen al lector a pensar que se trata de la verdadera historia de Los Planetas, pero no es así. Ni tengo información privilegiada, ni he querido escribir una biografía encubierta.
P.- Pero tú colaboraste con Eric, el batería de Los Planetas, en uno de sus libros ¿no?
R.- Sí, escribí con él. Pero las palabras que tiene sobre Los Planetas, sobre J, etc., son solo buenas. Está enamorado de la banda, a pesar de todos los vaivenes que siempre se han rumoreado. Nada de lo que he escrito es información interna ni nada por el estilo. Es una novela, simplemente.
P.- ¿Los miembros de la banda han leído el libro?
R.- Se lo mandé a J a través de una librería, y a Eric también. No me han dicho nada. No sé si lo han leído. Tampoco lo espero. Es una banda muy a su rollo.
P.- Dices que te jodió un poco el estreno de la película Segundo premio. ¿Por qué?
R.- Porque llevaba mucho tiempo escribiendo el libro y cuando salió la peli pensé: “me han adelantado”. Aunque la novela salió después, no tiene nada que ver con la película. Pero puede dar la sensación de que me he subido al carro, cuando no es así.
P.- ¿Hay elementos en común?
R.- En parte. Yo hablo de cosas como un atentado islámico, un personaje que reza hacia La Meca y se le cae la pipa… Cosas que están muy lejos de la peli.
P.- ¿Qué piensas de los artistas herméticos, como K, que no firman discos ni se hacen fotos con fans?
R.- Me mola. Tiene su punto. Si es una norma coherente con su forma de estar en el mundo, me parece bien. Hay mil motivos: no sentirse cómodo, no querer contribuir a esa cultura del selfie… Aunque también admiro al artista amable, claro. El que se presta a la foto.
P.- ¿Y si no lo hacen?
R.- Pues lo respeto. Pero entiendo que puede joder. Un colega me contó que en el Sonorama se cruzó con Jota en la zona VIP, le pidió una foto y este le dijo que no. Y al tío se le rompió el corazón. Nunca más quiso saber nada del grupo. Cuidado con conocer a tus ídolos, supongo.
P.- ¿Crees que el amor como tema central sigue teniendo fuerza?
R.- J lleva hablando de amor desde hace 40 años. Eso me parece interesante, aunque también me echa para atrás. Creo que un artista debería explorar más temas. El amor es universal, sí, pero también simplificable. Yo he aprendido que el amor no tiene por qué ser sufrimiento. No debe ser cortarte las venas.
P.- Por último, ¿hasta dónde crees que llegará este libro? ¿A cuántos confundirá y a cuántos enfadará?
R.- El fan de Los Planetas, creo que va a disfrutar del libro con enfado. Y el que no lo es, seguramente con duda. Y el que no sepa ni quiénes son Los Planetas, con una historia sobre música, sobre ego, amor y violencia. Cada cual que se quede con lo suyo.