Tamara: «A través de la música urbana ha entrado mucho intruso»
La cantante conversa sobre sus 25 años de carrera y la gira que lleva a cabo para celebrarlo
Han pasado 30 años desde que Tamara Macarena Valcárcel Serrano (Sevilla, 1984), conocida como artista por su primer nombre, se dio a conocer en un programa infantil cantando un tema de Disney. Nacida en el seno de una familia gitana y flamenca –es nieta por parte de madre del cantaor Rafael Farina y de la bailaora Fernanda Romero, y sobrina segunda de Diego el Cigala–, centró su carrera en géneros melódicos del otro lado del Atlántico, especialmente boleros y rancheras. Se cumplen cinco lustros desde que grabó su primer disco, Gracias, de la mano del productor Bebu Silvetti en Miami, y lo está celebrando con una gira que abarcará este año y el siguiente, con el nombre de 25 años de corazón.
PREGUNTA.- Tamara Macarena Valcárcel Serrano, yo te preguntaba antes de grabar por qué no Salazar, que es el nombre de tu abuelo [conocido como Rafael Farina], el que deberías tener.
RESPUESTA.- Serrano es el apellido de mi abuela materna [conocida como Fernanda Romero]. Yo es que le tenía adoración, porque ella ha sido una de las bailaoras más importantes no solo en nuestro país, sino en el mundo entero. Bueno, eso está escrito en los libros de los flamencólogos. Ella ha sido una gran artista, ha creado bailes que hoy bailaores y bailaora lo bailan. Le tenía adoración, desde que era una niña me reflejaba mucho en ella. Y como te puedes poner como tú quieras… Perdón, abuelo, no es por ti, es que tenía adoración por mi abuela.
P.- ¿Qué queda, Tamara, de aquella niñita de 11 años que cantaba por Pocahontas, por Laura Pausini, en esos concursos infantiles? Así te diste a conocer.
R.- A través de los talent shows de niños. Yo creo que está todo, está toda la esencia.
P.- La misma cara.
R.- No solo el físico. Los rasgos están más hechos, más asentados, pero son los mismos, claro, no voy a cambiar de la noche a la mañana, pero interiormente sí sigue estando esa niña ahí. Se nota porque yo siempre he sido una nena, ahora una mujer, muy risueña, muy cariñosa y de carácter tranquilo, de mucha paz. Y eso siempre ha sido así, no ha cambiado. La esencia está.
«Yo necesito el epicentro de mis hijos, necesito el epicentro de mi mamá, de mi familia, de mis amigos»
P.- Te recuerdo aquella letra que decía «yo no quiero ser una estrella, solo quiero ser feliz, sentir la libertad»…
R.- ¿Tú sabes quién me hizo esa canción?
P.- ¿Quién te hizo esa canción?
R.- Javier Labandón, que es El Arrebato.
P.- Qué mundo más pequeño.
R.- En ese momento todavía él no era El Arrebato. Estamos hablando de hace muchos años.
P.- ¿Te sigues reconociendo en eso: que es mucho más importante otras cosas que ser una estrella?
R.- Hombre, claro. Ahora mismo, mi epicentro son mis hijos. Luego va la música. Es difícil, porque no existe «Tamara profesional», «Tamara personal»; es que Tamara es la misma. Es importante todo. O sea, yo necesito el epicentro de mis hijos, necesito el epicentro de mi mamá, de mi familia, de mis amigos, la gente que me quiere. El epicentro de lo profesional de mi manager, mi equipo fundamental para mí…
P.- Ya: no hay dos ámbitos separados. Sin embargo, tiene que ser muy difícil, con cuatro hijos, compaginar esta profesión.
R.- Era más difícil antes, ya se han hecho más grandes. Ahora ya tengo más tiempo para volver a dedicarme a lo que amo, que es la música. Bueno, yo nunca he dejado de cantar, de todas maneras. Lo que pasa es que antes estaba al cien por cien y al cien por cien también en casa y ahora estoy al mil por mil en mi carrera, porque ya ellos son más grandes, ya es otra cosa.
P.- ¿Te resultó difícil esa temporada que estuviste más centrada en la maternidad?
R.- No, porque yo quería ser madre joven de familia numerosa. Además, me gustan los niños muchísimo. Y bueno, mira, quien quiere, puede. No se puede decir de otra manera mejor.

P.- Nominaciones a los Grammy, premios por los millones de discos que vendiste, el éxito tan grande que siempre has tenido. Y ahora cumples 25 años de carrera y sigues de gira. ¿Cómo está yendo?
R.- Pues muy bien, muy bien, muy bien; tengo gira hasta final de año.
P.- ¿Tu público ha cambiado a lo largo de estos años? ¿Eres de las artistas que incorpora público de todas las edades?
R.- Sí. La gente que empezó a seguirme un poquito más mayor que yo y de mi edad ha tenido familia. Eso lo va arrastrando, claro, y vienen las nuevas generaciones.
P.- Tú, siendo de una familia flamenca: tu abuelo Rafael Farina, tu madre, Fernanda Romero…
R.- Todo flamenco.
P.- Sin embargo, tú quisiste hacer boleros.
R.- Yo soy una cantante melódica-romántica, que es como bien se dice. Que la niña de mis ojos sea el bolero es otra cosa. Pero es que en mi casa había tanta cultura musical, que se escuchaba de todo. Todo lo que era buena música. El arte en sí. El bueno, lo bueno, lo que te nutría, lo que te nutre. Yo me fui decantando un poco más por lo melódico y como en mi casa cada artista es tan personal…
P.- Siempre te apoyaron, en tu familia. ¿Nunca te dijeron: ‘Ay, hija, con esa voz que tienes, no dedicarte al flamenco’?
R.- Ya veían desde que ya era una bebé, de ocho o nueve meses, que yo escuchaba alguna música y me levantaba del parque, me agarraba al parque y yo me ponía a bailar, y mi abuela hacia sí [con las manos en la cabeza] y decía: «No, por favor, otra no, otra no. Lo veo, lo veo, lo veo». Y antes saber hablar, ya te cantaba un anuncio de televisión. Luego he sido muy buena estudiante, que también podía haber sido otra cosa y tener la canción como quien tiene un hobby y no ejercer. Me hubiera gustado estudiar psicología tanto para adulto como infantil, sobre todo infantil. Pero pesó más al final la música.
«Cuando descubrí a Luis Miguel con nueve años y dije: ¡esto es lo que yo quiero hacer!»
P.- ¿Ser de una familia de artistas ayuda más o menos para dedicarse a esta carrera?
R.- No tiene por qué. Ni mejor ni peor.
P.- Porque tengas más facilidades, porque tengas más contactos…
R.- No, no, no.
P.- En otros casos es al revés: es un handicap.
R.- No, no, no. Yo me lo he trabajado, pero muy bien. Porque yo empecé como todo el mundo, no por ser nieta de. Yo hice mi casting para poder salir de Pocahontas en Menudas estrellas cantando Colores en el viento como todos los niños. Me escogieron ya por mi talento. Me parece espectacular venir de donde vengo, porque el arte forma parte de mi persona, viene genéticamente. Los artistas somos autodidactas.
P.- ¿Quién era tu artista favorito cuando eras niña, qué referentes tenías?
R.- Mi referente musical, que todo el mundo sabe, es Luis Miguel. Siempre lo he dicho. Es en quien me fijo: cómo lleva su carrera, lo que hace, lo que canta, cómo se mueve el escenario, de qué manera, elegante, pero a la vez siendo un hombre sexy…. Es un poco ahí, pero yo en mujer.
P.- Hay una cosa muy curiosa con Luis Miguel, y es que si preguntas a cantantes líricos, de ópera, por su cantante popular favorito, la mayoría dice que Luis Miguel, por su calidad vocal y su estilo.
R.- Él tiene un ángel especial que muy pocos artistas tienen. Tiene muchas cualidades que lo hacen completo. Con siete u ocho años yo empecé a escuchar a Ana Gabriel, Rocío Dúrcal, Olga Guillot, Juan Gabriel, y luego ya, un poquito más mayor, descubrí a Luis Miguel con nueve años y dije: ¡esto es lo que yo quiero hacer!
P.- ¿Y la aventura de Miami, cuando estuviste con Bebu Silvetti?
R.- Era mi productor, el que hizo mis tres primeros discos, y porque Dios se lo llevó muy pronto, pero hubiéramos trabajado muchas más veces juntos.

P.- ¿Cómo es trabajar en Miami?
R.- Yo trabajado en Miami, he trabajado en Brasil, he trabajado en México, he trabajado en Italia… Me refiero a mis producciones. Mis producciones de discos nunca han sido aquí en España, siempre han sido fuera.
P.- ¿Por qué no aquí en España?
R.- No sé. Porque los productores para mi estilo musical eran mejor fuera. Además a mí me gustaba irme fuera, porque los niños eran más pequeños… Me gustaba alejarme un poco de los niños, no pensar y centrarme durante 15 días en hacer un disco. Yo tardaba 15 días o menos en grabar 11 canciones, a veces 14, 13, en fin. Dependía.
P.- Ahora grabar un disco es un poco distinto.
R.- Ahora vamos por singles. Se va desgranando. Aunque de los que se han ido desgranando, hay muchos que ya están grabados del año pasado inclusive.
P.- Pero para un álbum completo…
R.- Hay que desgranarlo poquito a poco y cuando ya se saque el último single, que es lo que yo quiero hacer, hacer la playlist de todos los temas con una bonita portada. El disco se llama 25 años de corazón.
P.- ¿Te gusta trabajar así, sacando singles conforme se tienen, o te gustaba más como era antes?
R.- A mí me gustaba más como era antes. Era muy bonito. La sesión fotográfica era muy bonita. Esa ilusión luego de ver las letras, ver qué foto escogíamos de portada, de contraportada… Era un trabajo un poco más laborioso que ahora. Pero hay que adaptarse a los tiempos. Yo he vivido todas las facetas de la música. ¡Hasta casette!
«Nosotros ya de antaño éramos gitanos que estábamos dentro de la sociedad»
P.- En esa trayectoria, ¿qué ha cambiado para bien y qué ha cambiado para mal?
R.- Hombre, para bien, que ahora todo lo que es la tecnología a nuestra disposición; las redes sociales, que es rápido. Se lanza y en poco tiempo ya se ha escuchado la canción, ya se ha movido el videoclip… No es como antes, que tarda más. Y lo que no tanto, es que hay mucho intruso en la música, que yo creo que no son buenos artistas. Es que vamos a ver: es que cantar bonito está bien, pero el artista de verdad tiene que saber cantar y no todo el mundo sabe cantar. Es lo único que no me gusta. No estoy hablando de estilos musicales, eh, porque a mí en el estilo de hoy en día –reguetón, urbano–, hay unos cuantos que son muy buenos y son maravillosos artistas, no te equivoques, pero a través de esa música ha entrado mucho intruso que no debería estar.
P.- Para ti, a estas alturas, ¿ser gitana es un rasgo de identidad o es un rasgo genético más? ¿Le das importancia o no?
R.- A ver, es que soy un ser humano igual que tú. La raza a mí me da igual. Me da lo mismo. ¿Que me siento orgullosa de dónde vengo y de donde vengo hay valores que me han inculcado, mi gente, mi familia? Pero bueno, sí, me siento orgullosa de ser gitana. ¿Por qué no? Sí, sí, siempre lo he dicho.
P.- ¿Nunca te han discriminado? Esto le pregunté yo a Pastora Vega.
R.- No, no. A mi familia pocas veces la han discriminado.
P.- Eso habla bien de este país, ¿no?
R.- Habla bien. A veces depende también qué tipo de gitano. Claro, nosotros ya de antaño éramos gitanos que estábamos dentro de la sociedad. Y no estoy hablando de mis abuelos por ser artistas, estoy hablando de mis bisabuelos. Eran gitanos que estaban dentro de la sociedad, que tenían su casa, que tenían su profesión, que los niños y las niñas iban al colegio…
P.- Estamos hablando de Salamanca, ¿verdad?
R.- No solamente en Salamanca, estoy hablando sobre todo de la parte de mi abuela Fernanda. Esa parte estaba más adelantada. La de mi abuelo por desgracia no estaba tan adelantada, pero solamente por las condiciones económicas. Que por el poder adquisitivo que tenía la familia por parte de mi abuela, quizás pudieron adelantarse más como gitanos a su tiempo y adaptarse más allá. La de mi abuelo es que vivían en chabolas, pero también eran personas muy trabajadoras y muy educadas. Por eso hemos salido todos así. Bueno, que la única hija que existe es mi madre, entre esos dos pedazos de artistas. Lo que pasa es que mi madre ha tenido cinco hijos, yo soy la mayor, y voy yo y tengo cuatro… Ya hemos aumentado. De dos personas y solamente una, ha salido una saga muy grande.
«Rosalía en algunas canciones sí ha hecho apropiación cultural»
P.- Te lo pregunto también porque tú sabes que estas cosas que dicen de algunas artistas, como Rosalía, que hacen «apropiación cultural».
R.- Rosalía en algunas canciones sí lo ha hecho. En otras no. Tengo que romper una lanza en favor de Rosalía, que ella ha sido pionera en mezclar flamenco con lo urbano. Después de ella han venido otras. Eso no se lo quito. Pero que algunas canciones que son muy nuestras, muy de nuestra cultura gitana, sí hace una apropiación cultural. No quita después lo artista que es. Cuidado, porque no quiero hacer aquí una polémica de nada.
P.- ¿Cuál ha sido el momento más difícil de tu carrera y el más dulce?
R.- He pasado muchos momentos no tan buenos. Yo es que nunca digo malos, digo no tan buenos.
P.- ¿Y a qué se ha debido eso, al estado personal, a cosas de fuera?
R.- Quizá al estado personal todo personal, otras veces a algo de afuera. Cuanto te tropiezas y te caes, lo que hago es levantarme con la cabeza bien alta y seguir adelante. Y de eso que me ha ocurrido que no es tan bueno, lo que hago es aprender para mejor. Para ser mejor persona. Y momentos maravillosos tengo muchos. Conocer a Luis Miguel fue uno de esos momentos. Uno de los días más bonitos de mi vida. Porque no es que yo sea una fan suya, es que es mi referente musical. A quien sigo, a quien admiro en todos los aspectos.
P.- En contacto con el público, ¿qué sientes?
R.- Eso es lo más bonito y hermoso que puede existir. Ese momento en donde tú das pero recibes el triple, y mira que tú lo estás dando todo, pero recibes más de lo que tú das. Eso es una plenitud de adrenalina pura. Luego ya, cuando termina el concierto, bajar toda esa adrenalina me cuesta mucho trabajo.
P.- Esa adrenalina va a estar y ese contacto con el público.
R.- ¡Uh! Tamara, con el cambio que hice ya el año pasado de 180 grados…
P.- ¿Por qué dices eso? ¿Por qué dices que has cambiado?
R.- Porque yo he cambiado. He cambiado mi vida, tanto en lo profesional como en lo personal. Y lo he logrado.
P.- ¿Y en qué consiste ese cambio?
R.- ¿Ese cambio? Va a durar mucho tiempo. Quiero que dure una década, ese cambio. Es resurgir.
P.- ¿Quién es la nueva Tamara?
R.- Es resurgir. Es la misma Tamara, la que estaba, la que era ya. Resurgir. A mejor. Me he propuesto una década de cumplir muchos logros, muchas metas y muchos sueños. Por lo menos lo voy a luchar y lo voy a pelear. Siempre he sido una guerrera, una valiente, he sido una luchadora muy trabajadora, yo lo voy a pelear. Yo tengo una virtud muy buena, que es la paciencia, y luego que soy muy constante. Al final casi siempre consigo lo que quiero. Pocas cosas se me han resistido.
P.- Te agradezco que hayas venido. Mucha suerte en la gira de esos 25 años de corazón.
R.- Vamos a celebrar este año y el año que viene. Yo voy a hacer dos años de celebración. Yo, por todo lo alto.