Víctor Manuel: «La gente que puede votar indistintamente a Sumar o Vox debe ser gilipollas»
El cantautor cree que los políticos «seguramente no tienen otra fórmula más que esta pesadez del y tú más»

Víctor Manuel. | EFE
Siete años después de su último disco con temas inéditos, Víctor Manuel vuelve a radiografiarse a sí mismo y a la sociedad con música, empezando por un golpe en la mesa contra los políticos del «y tú más», harto de sus formas y convencido de que no engañan a nadie más allá de una «franja» más manipulable.
«Me llama la atención cómo hay gente que puede votar indistintamente a Sumar o a Vox; deben ser gilipollas, porque no tiene otra explicación», reflexiona el artista en una charla con EFE en la que, una vez más, no se muerde la lengua. Como prueba, este viernes publica ‘Solo a solas conmigo’ (Altafonte), que abre con la canción ‘Déjame por dios que coja aire’, una denuncia contra un parlamento que parece un «botellón».
«Hay mucho cansancio en la gente y creo que los políticos lo saben. Seguramente no tienen otra fórmula para hacer política más que esta pesadez del ‘y tú más’, pero la gente no es tonta. Yo creo que la existencia de medios con determinadas tendencias lleva a la gente para un sitio o para otro, pero no tanto como piensan. Si no, con lo que se dice de ellos, habrían desaparecido», opina.
Sí lamenta que «hay una derecha que lo aplasta todo y que no tiene ningún tipo de escrúpulo a la hora de gobernar». «Si lees el rosario de cosas que ha ido diciendo la presidenta de la Comunidad de Madrid en estos años, cualquiera así en Holanda ya estaría fuera del poder», considera, aunque resta importancia al nivel de crispación.
«Hemos estado como estamos ahora muchas veces. Cuando estallaron los trenes en Atocha ‘había sido Zapatero’ y estuvieron 5 años con la teoría de la conspiración, la derecha y periódicos con nombre y apellidos. No pasa nada, el péndulo se mueve unas veces para un sitio y otras para otro. Generalmente, las elecciones no las gana el que viene, sino que las pierde el que gobierna por errores que comete y que no sabe subsanar», considera.
La dictadura «como un juguete»
Mucho más le preocupa la imagen desdibujada entre las generaciones más jóvenes en torno al franquismo. «De repente se habla de la dictadura como de un juguete, como que no estaba tan mal», protesta. «No se relaja con ello alguien a quien le hayan dado una mano de hostias la policía en la Dirección General de Seguridad, porque lo tiene muy vivo», rememora, al subrayar que él mismo ha corrido «peligro físico en algunos momentos» de su vida.
De ello habla con un fondo musical consciente y paradójicamente bucólico en ‘Yo nací a la sombra de un cerezo’, que alude a la primera foto que tiene de bebé, en un carrito, junto a su madre y su hermano ante el árbol que había en su casa en Mieres (Asturias).
«Yo nací porque ellos lo quisieron / Y no sé si aquel era un buen momento / Tanta sangre reciente, tantos muertos / arrojados a las fosas como perros», canta en ese corte, mientras que en otro, ‘Diario de un robot’, habla sobre la «falta de humanidad extrema». «Me la inspiró una foto de un periódico, como tantas veces me ocurre. Era un selfie brutal de soldados israelíes delante de las ruinas de Gaza. No sabía de qué se reían, ni qué coño hacían ahí con esa autoparodia», denuncia.
No a la jubilación
En ‘Solo a solas conmigo’ también hay mucho de retrato íntimo y canciones amables, empezando por dos dedicadas a su pareja desde hace más de 40 años, Ana Belén, especialmente ‘Gracias por todo’, o la que le da título al álbum, que arranca cantando «de tanto equivocarme, empiezan a gustarme los fracasos».
«Tengo seiscientas y pico canciones escritas. A lo mejor con haber hecho 60 era suficiente, pero estábamos siempre en esa vorágine de sacar discos casi anualmente. Ahí hay cosas que aguantan el paso del tiempo y otras que no», reconoce.
A solo unos días de que su amigo Joaquín Sabina deje los escenarios para siempre, tres después de la despedida de Joan Manuel Serrat, en esa misma canción él ha incluido una renuncia expresa a la jubilación a sus 78 años: «Mientras en estas venas haya sangre, no hay trabajo mejor que el de cantante».
«Nunca he tenido tanta euforia por ser cantante. Es mi profesión desde hace 60 años, pero se ha agudizado con los años. Ves como un veneno ese trasvase entre el público y tú cuando estás en el escenario y cuesta muchísimo dejarlo porque es muy adictivo», valora ante una próxima gira que empezará el 7 de marzo de 2026 en Santiago de Compostela y concluirá el 29 de noviembre en el Movistar Arena de Madrid.
