Walter Benjamin llega al Liceu en una ópera que dialoga con el exilio, la historia y el pensamiento
Barcelona acoge el 19 y 21 de julio el estreno de ‘Benjamin a Portbou’

Fotografías del ensayo de la ópera "Benjamin a Portbou" | David Ruano / Gran Teatro del Liceu de Barcelona
Walter Benjamin vuelve a Portbou, esta vez como protagonista de una ópera. El compositor Antoni Ros Marbà debuta en el género operístico con una obra que se presenta en el Liceu de Barcelona como un acontecimiento cultural de alto voltaje simbólico y artístico. Benjamin a Portbou, según la directiva escénica del Liceu, no es solo el retrato escénico de un pensador imprescindible del siglo XX; también es un canto polifónico sobre el exilio, la frontera, la memoria y la condición humana.
La ópera, escrita en inglés con libreto de Anthony Carroll Madigan, explora la vida del filósofo alemán desde una triple dimensión: biográfica, intelectual y alegórica. El relato comienza la noche del 26 de septiembre de 1940, en la habitación del hostal de Portbou donde Benjamin murió en circunstancias no del todo esclarecidas. Desde allí, el libreto construye un flashback fragmentado que recorre los momentos clave de su vida, su pensamiento y sus vínculos con figuras como Hannah Arendt, Bertolt Brecht o Gershom Scholem. «Queríamos construir un biopic no lineal, una esfera narrativa donde el tiempo no es cronológico sino emocional y filosófico», explicó Anna Ponces, directora escénica de la producción.
Una ópera para pensar y conmover
Ros Marbà, que ha dedicado seis años a la composición de esta partitura, reivindica con esta ópera su faceta más profunda como creador. Tras una trayectoria consolidada como director de orquesta y divulgador musical, asume el reto de dar voz a Benjamin en una ópera en dos actos y trece escenas, con un enfoque musical que fusiona lirismo mediterráneo, tradición sinfónica europea y una modernidad sutil.
La música, influida discretamente por nombres como Britten, Stravinsky y Verdi, se plantea como un diálogo constante entre lo racional y lo emocional, entre lo melódico y lo estructural. En palabras del propio Ros Marbà, «no hay citas temáticas, pero sí atmósferas que evocan otras músicas. La influencia existe como secuencia, no como copia».
Uno de los grandes hallazgos simbólicos de la puesta en escena es la incorporación del Ángel de la Historia, inspirado en el dibujo de Paul Klee que Benjamin adquirió y sobre el que reflexionó en sus Tesis sobre la filosofía de la historia. En contraposición, aparece el personaje del Japerut, un enano maléfico de la tradición germánica, metáfora del caos y el destino. Ambos seres funcionan como fuerzas que dialogan y que tensan la acción: el primero mira hacia las ruinas del pasado con voluntad reparadora, mientras el segundo empuja hacia la repetición del desastre.

Por su parte, el coro encarna a los refugiados anónimos de todas las épocas. Desde el éxodo republicano hasta las actuales crisis migratorias, Benjamin a Portbou dibuja un paralelismo entre el tránsito del filósofo por los Pirineos y la tragedia de quienes cruzan fronteras en busca de dignidad. «No podíamos entender a Benjamin sin actualizar su resonancia en el presente», afirmó Ponces.
La estructura visual de la ópera ha sido desarrollada en colaboración con el colectivo Playmodes Studio, procedente del ámbito del arte contemporáneo, que aporta una escenografía lumínica basada en la instalación Signes. Su propuesta busca amplificar las emociones y tensiones del libreto a través de geometrías abstractas y movimientos de luz, en consonancia con la estética de la Bauhaus y el universo simbólico del propio Benjamin. «Es una instalación de luz dentro de una ópera», explican sus creadores, «no solo sirve a la acción, también es una obra artística en sí misma».
Un Benjamin internacional, con voz y alma
Esta ópera se presenta en inglés, con la intención explícita de facilitar su internacionalización. «Es una lengua que abraza a los personajes sin limitar su universalidad», explicó Ros Marbà. El tenor protagonista, el estadounidense Peter Tantsitsde, de edad similar a la que tenía el filósofo al morir, facilita la identificación, pero lo esencial es su compromiso con el pensamiento benjaminiano. «Mi papel es ser canal de ese mundo cerebral e intelectual, pero también profundamente humano», declaró durante la rueda de prensa.
El equipo artístico destaca por su cohesión, pese al reto de producir una ópera de tal envergadura en un tiempo récord. «Nos hemos convertido en familia en pocos días», confirmó el equipo durante la presentación a la prensa. La implicación de todo el Liceu —desde el equipo técnico hasta la orquesta— ha sido determinante para convertir este proyecto en una realidad escénica de alto impacto.

Por último, vale destacar que la ópera no resuelve el misterio de la muerte de Benjamin, pero plantea la pregunta. ¿Suicidio, asesinato o muerte por colapso físico ante el cierre de fronteras? La respuesta queda abierta, pero el mensaje es claro para la dirección escénica: «Nadie debería morir por presión de la historia».
Benjamin a Portbou será estrenada en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona los días 19 y 21 de julio.