¿Cuál es la temperatura correcta del aire acondicionado?
Según la Sociedad Española de Neumología, la mitad de las bajas laborales en verano son a causa del aire acondicionado
Aparato de aire acondicionado. | Unplash
En verano, todos aprovechamos para mantener la casa lo más fresquita posible, pero abusar del aire acondicionado no siempre es lo más conveniente para nuestra salud. Por eso, a pesar de que los aparatos de aire acondicionado se han convertido en electrodomésticos indispensables es importante aprender a utilizarlos con medida. La temperatura del aire acondicionado puede ser una fuente constante de debate, especialmente en hogares y oficinas donde las preferencias personales varían. Determinar la temperatura ideal no solo es crucial para el confort, sino también para nuestra salud y para reducir la factura de la luz.
Y es que, mantener la temperatura en el rango ideal, realizar un mantenimiento adecuado del sistema y usar estrategias de ahorro energético puede ayudar a maximizar los beneficios del aire acondicionado mientras se minimizan sus posibles efectos negativos. Con estos consejos, es posible disfrutar de un ambiente confortable y sano sin sacrificar el ahorro en la factura de la luz.
La temperatura ideal del aire acondicionado
La temperatura ideal para configurar el aire acondicionado varía según factores individuales y ambientales. Sin embargo, los expertos en climatización sugieren que una temperatura de 24°C es óptimo. Ya que, poner el aire acondicionado a 24°C permite disfrutar de un ambiente fresco sin consumir demasiada energía. Como mucho, los expertos recomiendan que la temperatura del aire oscile entre los 24ºC y los 26ºC de temperatura, ya que estos valores no solo proporcionan un ambiente cómodo, sino que también ayuda a mantener un balance idóneo entre el consumo de energía y el bienestar personal.
Durante la noche, puede ser beneficioso ajustar la temperatura un poco más alta, alrededor de 26°C. Esto no solo reduce el consumo de energía, sino que también es mejor para la salud, ya que un ambiente ligeramente más cálido puede favorecer un sueño reparador.
Establecer el termostato de 24°C a 26°C es eficiente porque reduce la carga de trabajo del sistema de nuestro aparato de aire acondicionado. Cuanto más baja sea la temperatura configurada, más energía necesitará el sistema para mantener esa temperatura, incrementando así el consumo eléctrico y la factura de la luz. En invierno, si el aire acondicionado se utiliza para calentar, una temperatura de entre 20°C y 22°C es la recomendada por los expertos.
Consecuencias del aire acondicionado para la salud
Aunque cueste creerlo el uso excesivo del aire acondicionado puede tener consecuencias nefastas para nuestra salud. De hecho, la Sociedad Española de Neumología asegura que el 20% de los resfriados y la mitad de las bajas laborales en verano son a causa del aire acondicionado.
El aire acondicionado puede secar el aire, lo que puede irritar las vías respiratorias y empeorar enfermedades como el asma o la bronquitis. Para mitigar esto, es recomendable usar un humidificador o mantener una adecuada ventilación en el hogar. Además, si los filtros del aire acondicionado no se limpian regularmente, pueden acumular polvo, polen y otros alérgenos, que luego se dispersan por toda la casa y multiplican la posibilidad de sufrir problemas respiratorios puntuales.
Los cambios bruscos de temperatura y la exposición prolongada a ambientes fríos pueden causar dolores de cabeza y fatiga. Es importante evitar ajustes extremos en la temperatura del aire acondicionado y optar por una configuración más moderada. Igualmente, el aire seco producido por el aire acondicionado puede producir sequedad en la piel. Para contrarrestar esto, se recomienda hidratarse adecuadamente y utilizar lociones humectantes.
Sin embargo, el uso del aire acondicionado puede tener varios efectos en la salud, tanto positivos como negativos, dependiendo de cómo se gestione. Aunque un mal uso resulte perjudicial para nuestra salud, por lo general mejora la calidad del aire, ya que los sistemas de aire acondicionado modernos suelen incluir filtros que eliminan partículas de polvo y contaminantes del aire, mejorando la calidad del aire interior. Además, ayuda a mantener el control de la humedad, puesto que reduce la humedad ambiental, lo cual es beneficioso en climas húmedos donde el exceso de humedad puede favorecer la aparición de moho y ácaros.
Cómo ahorrar en la factura de la luz
El uso intensivo del aire acondicionado puede aumentar significativamente la factura de la luz. Por eso, si queremos que nuestra factura de la luz no se dispare durante el verano es muy importante configurar la temperatura correctamente y usar el modo de ahorro de energía. Muchos aparatos de aire acondicionado tienen un modo de ahorro de energía o «eco». Este modo ajusta automáticamente la temperatura y el flujo de aire para maximizar la eficiencia energética.
Asimismo, limpiar o reemplazar los filtros regularmente y realizar un mantenimiento periódico del sistema puede mejorar significativamente la eficiencia del aire acondicionado, reduciendo su consumo de energía. Usar temporizadores y aprovechar la programación del aire acondicionado para que se encienda y se apague automáticamente según las necesidades diarias evita su uso innecesario y ahorra energía.
Aprovechar la ventilación natural, en las horas más frescas del día, como temprano en la mañana o en la noche, abrir las ventanas para permitir la circulación del aire fresco. Esto puede reducir la necesidad de usar el aire acondicionado. Y aislar adecuadamente el espacio, mantener las puertas y ventanas cerradas para evitar fugas de aire puede mantener el aire fresco en el interior, reduciendo la carga de trabajo de nuestro aparato de aire acondicionado.
