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Grumos blancos en la leche: cómo saber si debes tirarla o aún se puede consumir

Estas pequeñas acumulaciones de grasa y proteínas convierten a esta bebida en un alimento poco apetecible a la vista

Grumos blancos en la leche: cómo saber si debes tirarla o aún se puede consumir

Un vaso de leche. | (Canva)

La leche es un alimento básico , que en la mayoría de las casas españolas, es consumido a diario por adultos y niños. Sin embargo, a veces presenta un aspecto que genera cierto asco y temor entre sus consumidores. Una de las más comunes es la aparición de pequeños grumos blancos en la leche, especialmente visibles al final de la botella o al servir los últimos mililitros del envase.

Ante la presencia de estos grumos, normalmente nos preguntamos si la leche está en mal estado o si su consumo representa un peligro para la salud. Por eso, en este artículo despejaremos tus dudas, y analizaremos en profundidad qué son exactamente esos grumos, por qué aparecen y cómo actuar en caso de encontrarlos la leche.

Leche: (Canva)
Leche: (Canva)

Los grumos blancos que hay al final de las botellas de leche

Son, por lo general, pequeñas acumulaciones de proteínas y grasas que se han separado del líquido. Esta separación puede deberse al tipo de leche, el proceso de conservación, y el tiempo que ha pasado desde su apertura. En leches pasteurizadas o UHT (ultra altas temperaturas), puede indicar el inicio de una degradación del producto, especialmente si va acompañada de mal olor o sabor agrio.

En ocasiones, lo que parecen ser grumos también pueden ser pequeñas partículas formadas por sedimentos naturales del producto. O por una reacción entre los componentes de la leche y el material del envase. Aunque tienen una textura desagradable cuando la tomamos, no significa que la leche esté caducada.

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¿Suponen un riesgo para la salud?

No representan un riesgo directo para la salud, siempre y cuando no vengan acompañados de otros signos de descomposición como un olor rancio, sabor ácido, cambio de color o presencia de gas. En ese sentido, es importante utilizar todos los sentidos para evaluar el estado de la leche antes de consumirla.

Sin embargo, si la leche presenta grumos y además huele mal o ha pasado su fecha de caducidad, sí es posible que esté en mal estado. y pueda causar trastornos digestivos. En estos casos, el riesgo es mayor para niños y ancianos. Así que, es preferible tirar la leche.

Un vaso de leche: (Canva)
Un vaso de leche: (Canva)

¿Por qué se forman esos grumos?

Una de las principales causas de los grumos blancos en la leche es la desnaturalización de las proteínas, un proceso que puede ocurrir una vez que la leche ha sido abierta. También si la leche ha sido sometida a cambios bruscos de temperatura, o si se ha dejado fuera del refrigerador durante mucho tiempo, es más probable que se formen estas acumulaciones.

Aunque en las leches UHT o esterilizadas, los grumos son menos frecuentes, pueden aparecer si se ha roto la cadena de frío. Incluso en leches vegetales, como la de soja o almendra, pueden presentar posos si el producto no la agitamos antes de consumirla.

¿Qué hacer si una botella de leche tiene grumos?

Lo primero es agitar la botella para ver si los grumos se disuelven. A continuación, huele la leche y pruébala. Si huele bien, sabe normal y está dentro de la fecha de caducidad, probablemente sea segura para el consumo. No obstante, si tienes dudas, lo mejor es no arriesgarse.

La aparición de grumos blancos en la leche no siempre es sinónimo de que el producto esté en mal estado. En muchos casos, se trata de una separación natural de los componentes, especialmente en los últimos días de vida útil del producto o cuando no se ha conservado adecuadamente.

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