Daniel Ortega deroga las reformas de la seguridad social por las protestas violentas

El Gobierno de Nicaragua ha decidido revocar esta madrugada las reformas de la seguridad social contestadas en las calles desde el miércoles y que han dejado al menos 27 muertos, según datos de ONG, además de un centenar de heridos y daños a comercios y otros inmuebles, mientras las cifras oficiales sólo reconocen 10 muertos.

El Consejo Directivo del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) acordó revocar las dos resoluciones que sirvieron como «detonante para que se iniciara esta situación», dijo el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en un mensaje a la nación.

«Estamos revocando, o sea cancelando y poniendo a un lado la resolución anterior que sirvió como detonante para que se iniciara esta situación», informó el mandatario.

A través de dos resoluciones, el Consejo Directivo del INSS había acordado el martes pasado aumentar la cotización de los trabajadores y de las empresas, y que los jubilados tendrían que aportar un 5% de la pensión en concepto de cobertura de enfermedades, entre otros cambios.

En su discurso, Ortega reconoció que esa propuesta no tuvo «viabilidad» y que ha sido derogada para facilitar el diálogo con el sector privado y con representantes de los trabajadores.

El mandatario dijo que la reforma a la seguridad social «creó esta situación dramática«, en alusión a las protestas callejeras, que han derivado en violencia y vandalismo, así como saqueos en numerosas tiendas que, en el caso de Managua, ha dejado numerosos comercios vacíos.

Asimismo, Ortega invitó al cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes y a los obispos a promover un diálogo entre el Ejecutivo, el sector privado y los trabajadores.

Las protestas contra Ortega se iniciaron el miércoles pasado tras conocerse los términos de las reformas a la seguridad social. La población también protesta por supuestos fraudes electorales, por las continuas subidas del precio de los combustibles, por la impunidad de la Policía, las muertes sin explicación de campesinos que se oponían al Gobierno, y el discurso oficial de «paz y reconciliación» que supuestamente no refleja la realidad del país.

Los hechos violentos se han cobrado al menos 27 vidas, incluyendo las de un periodista muerto de un tiro fulminante, un adolescente y un policía, según organizaciones humanitarias, aunque el Gobierno ha informado de 10 fallecidos y lo hizo el viernes pasado. También hay más de 100 heridos y se desconoce el número de detenidos.

El sábado, en su primera comparecencia pública desde que comenzó la crisis, Ortega culpó a «pequeños grupos de la oposición» de ser los causantes de las revueltas.

Los manifestantes han utilizado las redes sociales para denunciar la represión por parte de la Policía Nacional y el apoyo de los agentes a las fuerzas de choque afines al Gobierno, a las que responsabilizan de los saqueos en los comercios.

Soldados del Ejército de Nicaragua se mantienen desplegados en varias ciudades por segundo día consecutivo tras una nueva noche de enfrentamientos y vandalismo que se ha recrudecido en las últimas horas, informa EFE.