Investigadores españoles descubren un defecto genético del VIH que impide su desarrollo
Un defecto genético del VIH ha hecho que cinco pacientes que contrajeron la enfermedad por medio de jeringuillas hayan podido controlar el virus durante más de 25 años sin tratamiento, según un estudio que ha publicado este martes la revista mBio. El defecto genético, que se transmite entre los virus y las personas, reside en la membrana externa del VIH, de acuerdo con la investigación del Instituto de Investigación del Sida (IrsiCaixa) de Badalona, la Universidad de La Laguna (ULL) de Canarias y el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III de Madrid.
Un defecto genético del VIH ha hecho que cinco pacientes que contrajeron la enfermedad por medio de jeringuillas hayan podido controlar el virus durante más de 25 años sin tratamiento, según un estudio que ha publicado este martes la revista mBio. El defecto genético, que se transmite entre los virus y las personas, reside en la membrana externa del VIH, de acuerdo con la investigación del Instituto de Investigación del Sida (IrsiCaixa) de Badalona, la Universidad de La Laguna (ULL) de Canarias y el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III de Madrid.
Los factores que permiten a una persona controlar el avance de la enfermedad se relacionan con su genética, su sistema inmunitario y las características concretas del virus con el que se infecta. En menos del 1% de pacientes la infección no avanza, aunque no tomen tratamiento antirretroviral. El VIH es una enfermedad que no desaparece y que no evoluciona de la misma manera en todas las personas, ha contado Julià Blanco, investigador de IrsiCaixa. Los defectos del VIH-1 pueden impedir que la infección no progrese.
“El VIH-1 actúa modificando la estructura de las células para poder infectarlas. En este estudio hemos descubierto que las membranas de los virus que infectaron a estas personas tienen defectos en este paso clave de la infección”, ha explicado el investigador Agustín Valenzuela. Hasta ahora, se habían señalado algunas regiones del VIH-1 que pueden influir en su capacidad de replicación, pero nunca se habían explorado en profundidad algunas características de la envoltura del virus.
Este descubrimiento puede ser relevante para avanzar en el desarrollo de vacunas contra el VIH-1, ya que los anticuerpos que protegen del VIH-1, como en la mayoría de vacunas, se dirigen contra las proteínas externas del virus. “El VIH-1 con el que se infectaron estas personas es tan ineficaz que es muy probable que ni siquiera pudiera transmitirse por vía sexual. En este caso los pacientes se infectaron porque la transmisión por vía intravenosa es mucho más efectiva”, ha comunicado Concha Casado, investigadora del Instituto de Salud Carlos III.
Los médicos se refieren a las personas que llevan más de 10 años infectadas por VIH, sin síntomas de infección y sin someterse a tratamiento, como “no progresores a largo plazo” –long-term non progressor, en inglés-. En estos casos, las células CD4 a las que ataca el VIH no parecen infectadas. Los “controladores de élite” son aquellas personas en las que el nivel del virus en sangre es tan reducido que es indetectable.
“El próximo paso es evaluar si estos cinco pacientes pudieron generar una respuesta inmunitaria eficaz gracias a la envoltura defectuosa y, en ese caso, estudiar cómo podrían usarse estos virus defectuosos para generar anticuerpos que podrían formar parte de potenciales vacunas preventivas”, ha manifestado Blanco. El estudio ha demostrado que las características del virus se pueden transmitir de una persona a otra, lo que se conoce como “heredabilidad” del VIH, que hace referencia a la parte de la progresión de la enfermedad que viene condicionada por la genética del virus y que es heredada por el virus de la persona infectada.