La Fiscalía de París ha anunciado este martes que ha abierto una investigación por un partido de dobles femenino en Roland Garros en el que se sospecha de un posible amaño y corrupción «en banda organizada».
Lo más importante: las pesquisas se abrieron el pasado 1 de octubre por «estafa en banda organizada, corrupción deportiva activa y corrupción deportiva pasiva». La Fiscalía no ha precisado el partido que está bajo sospecha, pero según el diario L’Équipe se trata del disputado el pasado 30 de septiembre entre las rumanas Andreea Mitu y Patricia Maria Tig y la pareja ruso-estadounidense Madison Brengle y Yana Sizikova.
Las rumanas partían como favoritas y se impusieron por 7-6 (8) y 6-4, pero el quinto juego del segundo set despertó las alarmas. L’Équipe ha señalado que, según fuentes concordantes, se habían apostado grandes cantidades de dinero en distintos países a la victoria de Mitu y Tig en ese juego.
Las sospechas recaen principalmente sobre la rusa Sizikova, de 25 años, que hizo dos dobles faltas. El periódico francés ha añadido que, según el alemán Die Welt, se habrían apostado sobre ese juego varios centenares de miles de euros. Según sus cálculos, quien apostara 100.000 euros sobre ese resultado habría recuperado esa cantidad y otros 90.000 euros.
Asimismo, una fuente próxima al caso ha reconocido que recibieron alertas a través de diversos canales. «A la vez de operadores privados, una alerta de GLMS (Global Lottery Monitoring System) y también del grupo de Copenhague (que agrupa a 33 plataformas de lucha contra el amaño de apuestas deportivas».
No es, ni mucho menos, la primera vez que el tenis se ve salpicado por sospechas de partidos amañados, que suelen darse en torneos de segundo o de tercer nivel. El pasado 27 de septiembre, dos jugadoras de Kirguistán y Uzbekistán fueron investigadas y puestas bajo control judicial en Francia, en el marco de una investigación abierta después de un torneo en Gonesse en marzo. En enero, el antiguo top-100 portugués Joao Souza fue suspendido de por vida y multado con 200.000 dólares por amañar partidos.