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¿Por qué hay una epidemia de roturas de ligamento en el fútbol femenino?

Algunas de las mejores jugadoras del momento están ahora mismo de baja por esta lesión. La inglesa Beth Mead es la última en sumarse a la lista

¿Por qué hay una epidemia de roturas de ligamento en el fútbol femenino?

La jugadora inglesa Beth Mead, del Arsenal, se lesionó durante el partido contra el Manchester United. | Europa Press

Las lesiones en el deporte de élite general, y en el fútbol en particular, siempre duelen. En el fútbol femenino hay una que hace daño especialmente (y no hablamos de dolor físico, precisamente): la rotura del ligamento cruzado. Es una lesión que afecta tanto a hombres como a mujeres, claro –el francés Lucas Hernández acaba de sufrirla en su debut en el Mundial de Qatar–, pero que tiene una mayor incidencia entre las futbolistas.

Algunas de las mejores jugadoras del momento están ahora mismo de baja por esta misma rotura. Alexia Putellas, Catarina Macario, Marie-Antoinette Katoto y, ahora, la inglesa Beth Mead. Todas ellas, entre las 20 nominadas al Balón de Oro en la pasada edición. En el fútbol patrio hay otras tantas futbolistas afectadas por esta lesión como Bruna Vilamala, Rosa Márquez, Ángela Sanchís, Isabel Álvarez, Celia Marcos, María Valenzuela y Naroa Uriarte.

Beth Mead, estrella absoluta del Arsenal inglés y segunda clasificada en el Balón de Oro –ganó la pasada Eurocopa con su selección– es la última en añadirse a esta triste lista. La delantera se lesionó durante la derrota por 3-2 ante el Manchester United el pasado fin de semana. Lo anunció el propio equipo inglés en un comunicado el pasado martes: «Podemos confirmar que Beth Mead sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior en nuestro partido contra el Manchester United en el Emirates Stadium el sábado».

El doble de probabilidades en mujeres que en hombres

La fisionomía no engaña. La lesión del ligamento cruzado anterior afecta el doble a las mujeres que a los hombres. ¿Por qué? Hay que fijarse en el valgo de las rodillas, es decir, la posición que adquieren las piernas durante el desarrollo de una persona caracterizada por que las rodillas se tocan entre sí, los tobillos están separados y, si intenta juntar los tobillos, las rodillas impiden el contacto de estos.

Este es uno de los factores que más afecta a la lesión, ya que es el movimiento más común en el que se produce la rotura. ¿Y por qué afecta, precisamente, mucho más a las jugadoras que a los jugadores? Pues porque la apertura de la pelvis en las mujeres hace que las caderas estén más hacia el exterior, lo que hace que la posición del fémur provoque riesgo de lesión.

Los expertos coinciden en que tener un entrenamiento físico específico para reforzar ese área es vital. Debe ser específico para las jugadoras porque, precisamente, la fisionomía de las mujeres es diferente. Aunque el fútbol femenino esté dando pasos agigantados hacia la profesionalización, y muchos clubes ya cuenten con preparadores y equipos médicos específicos para las jugadoras, está claro que en este aspecto todavía queda mucho camino que recorrer.

La lesión puede ocurrir pase lo que pase, pero la prevención es un pilar para reducir el riesgo. Los expertos también advierten: se necesitan más estudios médicos enfocados a las deportistas, no solo a las futbolistas. Porque esta lesión afecta también a otras disciplinas deportivas. Por ejemplo, la veterana portera de la Selección española de balonmano, Silvia Navarro, acaba de ser intervenida de su rodilla izquierda. Se rompió durante el encuentro del Campeonato de Europa que enfrentó a España con Montenegro.

Recuperación larga: ¿estarán listas para el Mundial de 2023?

El tiempo de recuperación en este tipo de lesiones es largo, muy largo. La recuperación de la cirugía de ligamento cruzado es un proceso que se extiende entre cuatro y seis meses, aunque la velocidad y efectividad de la recuperación radica en la disciplina que se tenga en seguir las recomendaciones médicas. En el caso de las deportistas, esta recuperación es más larga aún, dada la intensidad de la actividad física que realizan. No es lo mismo recuperarse para caminar sin dolor que para jugar un partido de 90 minutos.

Además, los plazos de recuperación de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla también se alargan más en futbolistas femeninas que en los masculinos. Mientras que el pronóstico de recuperación en hombres puede quedarse en seis meses, en mujeres el plazo va entre los 10 y los 12 meses. Toda una temporada paradas, lo que es una barbaridad para una deportista de élite.

Teniendo en cuenta que el Mundial de Australia-Nueva Zelanda se disputará en verano de 2023, aquellas que se han lesionado recientemente tienen muy difícil acudir a la próxima cita mundialista. No solo porque no estarían totalmente recuperadas, algunas, por esas fechas, sino que aunque lo estén no tendrían la forma física y el rodaje que exige un campeonato de estas características.

Alexia Putellas presencia un partido de la Selección española en la Eurocopa tras lesionarse. | Foto: Europa Press

Por ejemplo, en el caso de Alexia Putellas, se estima que su recuperación dure en total unos 10 meses –su operación fue exitosa y su trabajo de rehabilitación está siendo exhaustivo–, por lo que podría estar disponible con su club, el FC Barcelona, en mayo del próximo año. Estas serían las previsiones más optimistas. ¿Llegaría para jugar con España en el Mundial? No lo sabemos, aunque tampoco es seguro que ella esté dispuesta a unirse al equipo comandado por Jorge Vilda, dados los últimos acontecimientos de la guerra entre parte de las jugadoras y el seleccionador. Lo que es seguro es que esta lesión, la del ligamento cruzado anterior, es la peor pesadilla de las jugadoras profesionales de fútbol.

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