La Scuderia Ferrari arranca un dominó de nuevos directores de equipo
Este fichaje se venía rumoreando desde hacía meses, y de forma sorprendente la formación italiana salió a la palestra a negarlo todo
Han sido tres en apenas una hora. Frédéric Vasseur es nombrado director de la escudería Ferrari. Al rato ha sido Andres Stella, el que fuera ingeniero de pista de Fernando Alonso en Ferrari, el nombrado en McLaren como responsable del equipo. Y de manera instantánea, y obviamente consensuada con McLaren, el que ha ocupado ese cargo hasta hoy, Andres Seidl, salta a comandar Alfa Romeo.
La rumorología indicaba algunas de estas acciones, pero no todas. La más llamativa de ellas es la referente al primero de sus protagonistas: Frédéric Vasseur, y que merece un análisis específico. La jugada no deja de ser extraña en su concepción, pero lógica en su desenlace. Vasseur, hasta hoy director ejecutivo de la escudería Alfa Romeo pasa a ser el ocupante de la silla más caliente de toda la Fórmula 1.
Si el final quedaba relativamente claro tras el anuncio de dimisión por parte de Mattia Binotto, su hasta ahora responsable, en el caso del parisino ha sido uno de los secretos peor guardados de la Fórmula 1 en los últimos años. Esto se venía rumoreando desde hacía meses, y de forma sorprendente, la formación italiana salió a la palestra a negarlo todo.
No es lo habitual en ellos. Que lo hicieran, y de forma vehemente, fue lo que hizo suponer a muchos que había algo de realidad en todo ello. Los equipos anuncian cosas, no desmienten rumores… a menos que les fastidien sus planes. Ferrari es la más diva de todas las formaciones y lo niegan todo, por muy real que sea, hasta que lo anuncian oficialmente. Así hicieron con Michael Schumacher o con la salida de Fernando Alonso.
Una Ferrari menos italiana
Si este ha sido el trayecto hasta su aterrizaje, las consecuencias no dejan de albergar connotaciones sorprendentes. Se habla desde hace años de la necesidad de desitalianizar Ferrari. Eliminar a los italianos de uno de sus símbolos patrios más reconocibles es como eliminar el color verde de los árboles.
Desde la salida de Jean Todt en 2007, el último director extranjero del equipo, solo han desfilado por allí nacionales: Stefano Domenicali, Maurizio Arrivabene, Marco Mattiaci y Mattia Binotto. Desde que el primero de esta lista fue nombrado ‘Team Principal’ de Ferrari, solo se han embolsado un título, el de constructores de 2008.
Desde entonces, sequía roja en un periodo que no puede tildarse de exitoso, y es ahora de nuevo un galo el que se hace con las riendas. Ello hace rememorar aquel periodo desde 2000 y hasta 2004 con Michael Schumacher (alemán), Jean Todt como director (francés), Rory Byrne como ingeniero jefe (sudafricano) y Ross Brawn, estratega y coordinador (británico).
Este grupo comandó un periodo arrollador que proporcionó a Ferrari una decena de títulos si sumamos los de pilotos y constructores; uno más si añadimos en de constructores de 1999. Cuando esta etapa mágica acabó de mano de Renault y Fernando Alonso, el grupo se deshizo, y el presidente de la compañía, Luca di Montezemolo recuperó la italianidad del equipo. Desde entonces los títulos brillan por su ausencia y muchos errores de gestión se achacan a la falta de un liderazgo claro.
Se rumorea que antes de fichar a Frédéric Vasseur tocaron director de Red Bull, Christian Horner, que declinó la oferta. También a Andreas Seidl, del que se dice abandonará McLaren en breve para enfilar hacia la nueva formación de Audi. Esto indica algo sencillo: necesitan un cambio radical y no solo un lifting, y están dispuestos a lo necesario. Son buenas noticias para Maranello.
Freddie y sus amigos
Frédéric Vasseur es un muy vasto conocedor de la especialidad. Ingeniero formado en la prestigiosa ESTACA de Paris (École Supérieure des Techniques Aéronautiques et de Construction Automobile) es socio y confundador de la compañía Spark, creadora de los monoplazas eléctricos Formula E. Ganó campeonatos de Fórmula 3 y Fórmula 2 con su equipo ART, y aterrizó en 2016 en la F1 en la escudería Renault. De allí pasó a Alfa Romeo, y salta ahora a Ferrari en una carrera meteórica. Es muy amigo del director del equipo Mercedes, Toto Wolff, tanto que compartieron apartamento en su juventud, y el francés fue uno de los testigos de su boda. Es muy apreciado por todos los que han trabajado con él, habla claro y es directo, y se supone que no le temblará la mano a la hora de hacer cambios de orden mayor.
Esto es lo que muchos esperan que venga de esa misma mano, una mano que habla francés como la de Jean Todt, el último director de equipo no transalpino que dirigió los designios de Ferrari. Apodado despectivamente por sus críticos como ‘el pequeño Napoleón’, pilotó con mano firme al equipo más rocoso de toda la parrilla, con una cultura muy especial y definitoria. Cuentan que cuando le contrataron en 1993, el equipo estaba desplazado en un circuito realizando unos entrenamientos; le ofrecieron ir a hacer una visita informal antes de ser presentado en sociedad.
Nada más entrar en la carpa donde mecánicos, ingenieros y demás técnicos devoraban pasta al dente se quedó en silencio, alzó su mano, y señaló con el índice una botella de Chianti que había sobre una de las mesas e hizo alguna pregunta incómoda. «Es una botella de vino, señor Todt», le respondió con cierto temor en guía. «No quiero volver a ver una botella de vino donde hay gente trabajando», dijo el galo sin alzar la voz, pero con la determinación del que tiene muy claras las cosas. «Es que somos italianos», «es la tradición», «es de un patrocinador».
Todt no volvió a abrir la boca y se limitó a mostrar un rictus inexpresivo de mirada fija que lo decía todo. El vino desapareció de las mesas. También otras tradiciones, y acabaron funcionando. Vasseur igual tiene que buscar el vino que debe haber por alguna parte.