La Fórmula 1 estará más apretada este año y se atisban cambios de jerarquía
Desde hace años, los gerentes del deporte y los directores de equipo están cansados de que las victorias se las rifen entre los dos o tres equipos dominantes
Comienza la cascada de presentaciones de equipos de Fórmula 1 y con ello las proyecciones acerca de lo que pueda ocurrir. Y lo que va a ocurrir parece ser una salmodia bien conocida desde que llegaron los motores híbridos: que las victorias se las van a repartir entre los tres equipos más grandes y mejor dotados, Red Bull, Ferrari y Mercedes. Aunque esto sea lo que vaya a ocurrir es algo llamado a cambiar, poco, pero va a empezar a ser distinto.
Desde hace años, los gerentes del deporte y, en menor medida, los directores de equipo están cansados de que las victorias se las rifen entre los dos o tres equipos dominantes. En 2014 comenzó la era híbrida, y de las 182 carreras disputadas, 178 han sido ganadas por estos tres equipos. El resto de escuderías solo han disfrutado de las mieles del éxito en cuatro ocasiones. En 2020 Pierre Gasly ganó a bordo de un Alpha Tauri en Monza, Checo Pérez en Baréin subido en un Racing Point, y en 2021 Esteban Ocon venció para Alpine en Hungría. La última victoria fuera de lo esperado fue para el australiano Daniel Ricciardo en Monza 2021 a lomos de un McLaren. En todo ese periodo, ningún otro coche ha sido capaz de recabar victoria alguna si no se forma parte de la triada mágica Red Bull-Ferrari-Mercedes. Esto es algo que no va a variar en gran medida, pero puede comenzar a cambiar de signo.
Cambio de ADN
Desde hace años, tanto a la Federación Internacional de Automovilismo como a los organizadores del certamen les preocupa esta pauta tan previsible. Es por ello por lo que desarrollaron una estrategia dual para zancadillear en lo posible a los más grandes sin apretarles el gaznate, al tiempo que ayudaban a los de atrás, pero sin regalarles técnicamente nada. Desde 2021, existen unas regulaciones financieras que si pesaron en el seno de las formaciones, apenas se apreciaron en las pistas, pero este año sí que se van a notar y por varias circunstancias.
Cuando hay pocos cambios reglamentarios de un año para otro, las temporadas suelen arrancar de una forma similar a como acabaron el año anterior. Red Bull dominó a placer, Ferrari bajó los brazos a mediados de año y se puso manos a la obra con el coche de 2023, y Mercedes se recuperó de una forma pasmosa. El resto de coches no estuvieron ahí, y tampoco lo van a estar este año, pero veremos cosas.
El favorito, Red Bull, parte con palos entre las ruedas. Parten con la ventaja del campeón, que mostró una superioridad sin tacha el año pasado, con los dos títulos logrados varias carreras antes del final del calendario, aunque este año correrán con algo de plomo en los bolsillos. En 2021 FIA impuso fuertes restricciones al desarrollo con un tope presupuestario de 145 millones de dólares, que pasó a ser de 140 en 2022 y de 135 esta temporada (con un pequeño incremento a cuenta de la subida del IPC). Red Bull incumplió este límite el año pasado y le cayeron siete millones de euros de multa más una reducción del 10% en su tiempo de uso del túnel de viento. Esta pieza fundamental de la arquitectura de una escudería es el laboratorio por el que ha de pasar toda idea en periodo de prueba, experimento o nueva pieza desarrollada. Tener un 10% menos de tiempo de túnel no implica un déficit de velocidad en esa medida; sin embargo, tendrán que administrar mucho mejor sus capacidades. Debido a ello es posible que veamos algún desfallecimiento en algún momento de la temporada porque no tendrán acceso a mejorar un coche que el resto si podrá. Si Red Bull parte con ventaja, puede que se disipe en cierta medida. Dependerá de si es mucha o poca desde un inicio, para que los dos contendientes más sólidos puedan acercárseles.
Ferrari
Por el lado italiano, Ferrari acaba de recibir a su nuevo director, Frederic Vasseur, procedente de Alfa Romeo. Es un gran conocedor del mundo de las carreras, muy respetado, y con tendencia a hacer funcionar todo aquello que pasa por sus manos. Si le permiten tomar las riendas sin cortapisas ni injerencias externas, casi imposibles en Maranello, llevará al equipo por la senda ganadora.
Tienen el presupuesto, los pilotos y la tecnología, pero han de mejorar en varias asignaturas. Una de ellas, muy sensible, es la de estrategia, y cuando llegó muchos temieron una escabechina. No solo no ha ocurrido, sino que parece que el galo prefiere dejar hacer y mirar de cerca donde se puede acometer cirugía menor. Por otro lado, su anterior responsable, Mattia Binotto, ha dejado caer en unas declaraciones recientes que a falta de diez carreras abandonaron el desarrollo del coche de 2022. Esto hace pensar que dedicaron todos sus recursos y personal al de 2023, y esto debería notarse de alguna manera, tal y como emprendieron el año pasado. Lo empezaron con victorias, liderando la tabla, pero no pudieron contener el ritmo de los coches azules, de ahí que se pusieran manos a la obra con lo venidero. Con Ferrari nunca se sabe, pero no sería una sorpresa si fueran capaces de prolongar un periodo inicial de eficiencia en sus monoplazas, o al menos más largo que en exitoso inicio de 2022.
Mercedes
A los anglogermanos les sentó solo regular el cambio regulatorio. Cortó en seco una increíble cabalgada y los dejó en muy mala postura a principios de año. Con un diseño revolucionario y alternativo, padecieron lo indecible para recuperar el resuello de una manera milagrosa. Acabaron terceros y si les hubieran dejado un par de carreras más, le hubieran robado la cartera a los segundos, Ferrari. Declaraciones y rumores aparte, todo hace pensar que si hicieron funcionar ese diseño, no se van a embarrar en crear uno nuevo y empezar desde cero. De ser así tendrán que depurarlo para sacar un rendimiento neto de él que les ayude a estar delante desde el inicio de la temporada si quieren pelear por este título. Este es el tercer equipo de entre los que pelearán por títulos este año.
El resto
De manera previsible, el resto de equipos no estará delante. Pero si la receta regulatoria en un intento de ralentizar a los más rápidos, y en lo financiero, a base de premiar algo mejor a los de atrás, es bastante posible que todo el grupo se apriete un poco más. De hecho, ha pasado bastante desapercibido que los farolillos rojos están más cerca del grupo principal. No, no podrán coger a los de delante, pero este año los de la zona media deberían estar más cerca unos de otros y, en bloque, más cerca de los de arriba. No será un cambio radical y espectacular, pero será interesante ver cómo se comprime todo. A ver qué consigue Alpine, con cambio de piloto, pero sin grandes cambios a nivel interno. A seguir a Aston Martin con cambios de orden mayor en su cúpula técnica y la llegada de Fernando Alonso, e interesante el concurso de Oscar Piastri en McLaren.
En todo caso, se avecina un nuevo tiempo para los pilotos, porque con coches más parecidos, podrán brillar los más rápidos, los más pillos y los capaces de sacar tajada de situaciones complejas y equívocas. Disfrutaremos algo menos de los coches, y más de los que los conducen. Siempre puede saltar alguna sorpresa, pero esto es lo previsible y lo que comienza en apenas un mes en Bahréin. Los motores ya están cogiendo temperatura.