La Fórmula 1 se dispara, y no es por la velocidad: registra récord histórico de beneficios
La Fórmula 1 está más viva que nunca: mientras que las entradas antes no solían agotarse, ahora es rara la prueba que no cuelga el «no hay billetes»
«Les dejé un restaurante de lujo y lo han convertido en un McDonalds». Esa fue la lacerante frase que regaló Bernie Ecclestone, jefe supremo de la Fórmula 1 durante cuatro décadas, a los actuales propietarios a los que vendió la categoría que había creado. Ahora debe estar maldiciendo a su estampa porque los ‘camareros del McDonalds’ están a punto, en poco más de cinco años, de duplicar sus mejores cifras de negocio. Esto es lo que se desprende de las cuentas mostradas por Liberty Media, compañía matriz del llamado Formula One Group, entidad organizadora del campeonato.
En 2022, y de acuerdo con sus cifras, los ingresos de la especialidad superaron en casi un 20% a los del año anterior. Esta cifra pasó de unos 2.010 millones de euros en cifras redondas hasta 2.413 millones de euros al cambio de hoy (la F1 hace sus cuentas en dólares y un euro está el 1 de marzo a 0,93 dólares). Este dinero se divide entre el beneficio que se llevan los propietarios, los costes operativos, y las escuderías. Los diez equipos participantes se han repartido 1.087 millones euros, unos 90 más que la temporada previa.
¿De dónde sale todo este dinero?
La Fórmula 1 tiene cuatro cajeros automáticos de los que saca sus beneficios. Los tres principales son los derechos audiovisuales que abonan las cadenas (el 36,4 % del total de la facturación), el canon cobrado a los circuitos por acoger los grandes premios (un 28,6 %), y la publicidad estática y patrocinios (el 16,9 %). Entre ellos suman algo más del 80% del bocado. El resto sale del llamado Paddock Club, un restaurante VIP que montan en las pistas con entradas disparatadamente caras, las otras categorías de su propiedad (Formula 2, Formula 3 y ahora la F1 Academy solo para chicas) y diversas licencias comerciales.
Los ingresos principales de la F1 —los tres primeros— crecieron durante todo el año, con aumentos en todas las áreas. La facturación por el canon de las carreras se disparó debido a las mayores comisiones generadas por los eventos celebrados. También ayudaron las tres carreras adicionales celebradas fuera de Europa, en comparación con 2021. Una de las claves fue el regreso del público a las gradas tras el paso de la pandemia, lo que provocó que algunas citas se celebrasen con las tribunas llenas en lugar de vacías. Como consecuencia, se pudo cobrar a los promotores locales la licencia en su totalidad, y no una aportación simbólica, algo que ocurrió en muchas de las pruebas disputadas a puerta cerrada.
La apertura de puertas a los visitantes también se notó en que llevó a los ricos del planeta al restaurante VIP Paddock Club en mayor cuantía. En 2021 solo pudieron desplegar sus mesas repletas de champán y caviar en 11 citas, mientras que en 2022 fueron 19 las carreras en las que estuvo presente. Por otra parte, los ingresos por derechos audiovisuales aumentaron de manera progresiva gracias al incremento de las suscripciones a F1 TV. De forma paralela, a muchas cadenas de televisión se les subió el precio en la factura al renovar estos derechos. En el apartado de la publicidad estática y patrocinios, tras el sorprendente repunte en la popularidad de la categoría, los ingresos aumentaron debido a la llegada de nuevos sponsors.
No hay sitio para tanta gente
La Fórmula 1 está más viva que nunca y muestra de ello es que mientras que las entradas antes se quedaban en las taquillas en muchas carreras, ahora es rara la prueba que no cuelga el «no hay billetes» en la puerta. Los organizadores del Gran Premio de España, por ejemplo, tienen un verdadero problema con esto. Vendieron sus 68.000 asientos libres en noviembre, un mes antes de las habituales ofertas de Navidad, que han brillado por su ausencia. Muchos esperaban a ese momento en que los tickets tienen —o solían tener— un 20% de descuento, y este año se han estrellado contra la realidad de que tendrán que vivir la experiencia desde casa y por televisión al quedarse sin ellos.
Los organizadores trabajan con diversos proveedores de andamiajes y gradas supletorias en un intento de ampliar el aforo, pero no va a ser fácil puesto que las mejores posiciones están liquidadas, y el espacio existente es limitado. Según el informe de Liberty Media, la asistencia de aficionados a los circuitos en 2022 fue de 5,7 millones y aumentó un 36 % en comparación con 2019. La audiencia acumulada de televisión fue de 1.540 millones de espectadores, mientras que los seguidores de las redes sociales aumentaron un 23 % hasta los 61 millones.
La afición está desbocada y por eso Stefano Domenicali, responsable último de la categoría, dice «la Fórmula 1 registró un récord de asistencia a sus carreras en 2022 y, una vez más, fuimos el deporte principal de más rápido crecimiento en las redes sociales». No se quedó ahí el italiano en su presentación de beneficios, y añadió que «la relevancia global de la F1 y los esfuerzos de sostenibilidad están atrayendo la entrada de los principales fabricantes de equipos originales, incluidos Audi y Ford en 2026, y estamos seguros de que aportarán un valor significativo a nuestro deporte», así que esto promete ir a más.
El deporte es el mismo, no ha habido grandes cambios en su fisonomía desde hace años: coches de colores que corren, pilotos famosos que viajan por el mundo, y gente que corea su nombre cuando suben al pódium. Nunca corean al organizador, que siempre gana. Eso es lo que dicen los números, y gana más que nunca. Y si no, que le pregunten a Bernie Ecclestone, que se muerde el labio de abajo cada vez que pasa por delante de un McDonalds.