Fernando Alonso logra su podio número 100 tras una rectificación de los comisarios
Los federativos le despojaron de su bien ganado galardón tras encadenar dos presuntos errores. Posteriormente determinaron que la sanción era incorrecta
Fernando Alonso recaba el podio número 100 de su carrera deportiva tras una noche de polémicas entre comisarios y equipos. El asturiano cruzó la meta en tercer puesto, subió al cajón, recogió su trofeo, y agitó espumoso sin alcohol… El problema es que los federativos le despojaron de su bien ganado galardón tras encadenar dos presuntos errores, uno propio y otro ajeno, que acabaron restando quince segundos a su concurso. En principio y nada más acabar la ceremonia del podio, la tercera plaza recayó sobre George Russell, piloto de Mercedes, que se encontró esto de cara cuando estaba recogiendo ya para marcharse. La sorpresa llegó horas más tarde, casi en la medianoche saudí, y en la que los comisarios de la federación Internacional de Automovilismo determinaron que la sanción era incorrecta. Alonso acabó recuperando su trofeo.
Rebobinemos
No fue casualidad, ni suerte. El Aston Martin corre, sobre todo, en manos del bicampeón. El sorprendente ritmo mostrado en Bahréin se ha reproducido en la segunda cita del calendario, y el resultado neto recogido sobre el asfalto es casi el mismo. Si en la prueba inaugural el de Oviedo quedó segundo en ausencia del favorito y vigente campeón, Max Verstappen, en Arabia Saudí y con el neerlandés en pista, Alonso fue técnicamente el mejor de todos los demás. Ni Ferrari, ni Mercedes estuvieron a su altura, ya fuera tanda clasificatoria o carrera puntuable. Se sabe que su coche tracciona como pocos, se comporta muy bien en las zonas de frenada, y en curva rápida es eficiente. Por contra, había dudas acerca de su capacidad de ser rápido en las rectas, y ciertamente fue justo lo que ocurrió en las largas rectas del Jeddah Corniche Circuit. En la llamada speed trap, la trampa de velocidad, fue cronometrado el sábado de la mitad hacia atrás. A pesar de ello, tanto él como su compañero Lance Stroll supieron lidiar con esa carencia sin que el resto de monoplazas pudieran sacar ventaja bajo esas circunstancias.
Había muchos nervios y mucha pasión tras la clasificatoria del sábado en Jeddah. Las cosas se le pusieron de cara a Alonso desde antes de la Q3, la fase final del llamado Qualifying. Checo Pérez fue el más rápido de todos y se hizo con la pole position, pero el de Oviedo tuvo la suerte de cara. Charles Leclerc, que marcó el segundo mejor registro, se vio obligado a retrasar su Ferrari diez puestos en parrilla. Es la sanción impuesta por sustituir una pieza de alto valor en su SF-23 como fue una centralita (el principal ordenador de a bordo). El segundo golpe de suerte lo tuvo durante la Q2, en el que el vigente campeón y máximo favorito al título, Max Verstappen, rompió el palier de su Red Bull en plena clasificatoria y tuvo que llegar a boxes por inercia. Al no poder mejorar su registro, salió desde el puesto quince de parrilla. La carrera no se caracterizó por ser especialmente entretenida. La pista saudí con cita nocturna es espectacular. El show paralelo, con drones en el cielo dibujando figuras, o los fuegos artificiales, hacen palidecer a otros eventos. Por contra la pista urbana, que discurre entre edificios y el mar, no es en especial favorecedora para con lo deportivo. Rápida y algo estrecha, al estar encastrada entre los muros de seguridad, no ofrece muchos espacios definidos donde adelantar.
El inicio del desatino en que se vio envuelto nuestro hombre ocurrió segundos antes de apagarse los semáforos. Cuando los monoplazas llegaron de la vuelta de reconocimiento, el asturiano no colocó debidamente su AMR23 sobre la caja de salida. Se trata de una suerte de plaza de aparcamiento señalizada con pintura en el suelo de la parrilla, sobre la que ha de dejar su bólido encajado entre tres líneas: izquierda, derecha y frontal. Al parecer pisó la izquierda, que descolocaba su coche con respecto a sensores, y esto fue motivo de sanción. Dirección de carrera le recetó cinco segundos de parada en boxes a ser abonada en el primer cambio de neumáticos que realizase. Hasta ahí, asumible. Su salida fue excelente, le robó el primer puesto durante cuatro vueltas al poleman mexicano, que se desquitó antes del quinto giro con un coche a todas luces más rápido. La prueba transcurrió sin sobresaltos, y lo único interesante y que pudo modular un poco la diversión, fue el despliegue del coche de seguridad, innecesario, tras el abandono de Lance Stroll. Con un tercio de carrera recorrido, el canadiense recibió desde boxes la orden de parar su monoplaza, que quedó apartado a un lado. El Safety Car salió a pista —un Aston Martin se rompió, y salió otro Aston Martin a poner orden en el asfalto—, y casi todos aprovecharon para detenerse en boxes y cambiar neumáticos en el periodo neutralizado. El español aprovechó en ese momento para abonar el peaje de cinco segundos recetado por los comisarios. Hasta ahí tuvo suerte, porque los cinco segundos de parada extra en su primer cambio de neumáticos no afectó a su posición en carrera, pero ocurrió algo. Los comisarios tomaron nota de una posible infracción para ser analizada con posterioridad, y esto fue lo que envenenó el destino de Alonso. Al parecer, y esto se supo tras acabar la carrera, uno de los mecánicos que levanta el coche en las paradas tocó con el gato el bólido número 14 antes de los cinco segundos. Esto tendría consecuencias…
A la caída de la bandera a cuadros, victoria para un Checo Pérez que parece más cómodo con su monoplaza que el año anterior. La segunda posición fue para Max Verstappen, que hizo una carrera excepcional, y que sumó el punto extra de la vuelta rápida. Gracias a ese punto lidera la tabla de pilotos. El tercer puesto fue para Fernando Alonso, el primero del resto y que certifica el excelente, casi increíble, estado de forma de su mecánica. Ningún otro participante en carrera tuvo su ritmo, y en la clasificatoria solo el Ferrari pilotado por Charles Leclerc pudo sacarle 3,1 décimas; el resto se mostró más lento que el bólido verde, al que algunos aficionados ya denominan ‘La Masa’. El problema para el ovetense es que la segunda sanción, la provocada por el contacto del gato antes de los cinco segundos, añadió una sanción de diez segundos extra una vez acabada la prueba. Alonso perdió la tercera plaza en favor de George Russell, para acabar legalmente cuarto. La sorpresa final llegó pasadas las diez y media de la noche en la España peninsular. Tras varios mensajes de los implicados a través de sus redes sociales y algunos periodistas enviados como Albert Fábrega y Jesús Balseiro, FIA emitió un comunicado en que expresaba que la segunda sanción quedaba revertida. Dicho de otra forma: Alonso no recibiría más que la primera sanción, la relacionada con su posición en la parrilla de salida, y recuperaba su tercer puesto en carrera. Puede decirse sin espacio para la duda, que Alonso es el mejor de todos los que no tienen un Red Bull. Carlos Sainz acabó sexto, justo tras su compañero Leclerc con un Ferrari que parece no dar más de sí. A pesar de ello muestra destellos de brillantez de manera puntual, como ese segundo puesto de Leclerc el sábado en la cronometrada, aunque aseguran tener espacio para la mejora.
El estado de las cosas
Poco a poco los equipos están dejando atrás la etapa inicial, y los problemas propios de los estrenos están desapareciendo. No solo eso, sino que aquellos a los que se esperaba, Ferrari y Mercedes, empiezan a recuperar su espacio lógico. Tras los implacables Red Bull, y si eliminamos de la ecuación a ‘la (maravillosa) anomalía verde’, italianos y las flechas plateadas parecen mejorar sensiblemente con respecto a lo visto en el inicio del año. Con una pretemporada tan corta cabía esperar que las dos-tres primeras pruebas resultasen una prolongación de la misma, con problemas mecánicos inesperados como el que sufriera Verstappen en la primera y segunda cita, el Ferrari de Leclerc en Bahréin, o el propio Lance Stroll en esta segunda carrera. Lo que debe ser una verdadera sorpresa para Alonso no es ya la velocidad de su nuevo coche, sino de momento, su fiabilidad. Alonso sostiene un doloroso récord que no resulta achacable a su pilotaje: desde que comenzó la era hibrida ha abandonado por avería mecánica en cuarenta ocasiones. De momento su Aston Martin no le ha dejado tirado, y hacía años que un coche no le hacía correr tanto. Llegarán más cajones, y probablemente, alguna victoria. Esperando estamos.