Cristina Gutiérrez, primera española en ganar una etapa del Dakar: «Me costó hacerme valer»
La piloto, que acaba de fichar por Dacia y trabajará mano a mano con Sébastien Loeb, recibe a THE OBJECTIVE
Cristina Gutiérrez (Burgos, 1991) está acostumbrada a las primeras veces. De su primera vez montada en una minimoto con apenas seis años a su primera vez como ganadora de una etapa del rally más difícil y famoso del mundo, el Dakar, han pasado muchos años y muchas carreras. Eso de ganar una etapa del Dakar es algo bastante extraordinario, especialmente si quien lo hace es una mujer. Cristina fue la segunda piloto femenina en lograrlo en toda la historia, tras la alemana Jutta Kleinschmidt. Eso sí, tiene el honor de ser la primera española en conseguirlo. Esa gesta llegó en un momento complicado. En plena pandemia del covid, Cristina perdió todos sus patrocinadores. Llegó a querer dejarlo. Afortunadamente, no lo hizo. Y triunfó. No siempre fue fácil. En sus inicios, recuerda, «tenía que recorrerme toda España en busca de gente o empresas que me quisieran ayudar».
Ahora está en un momento especialmente dulce, con el fichaje por parte de Dacia, equipo con el que a partir de 2025 competirá en el Dakar junto con la leyenda Sébastien Loeb. Ya se conocen bien de la categoría Extreme E, la competición de todoterrenos eléctricos. En ella se convirtió en la primera piloto española, hombre o mujer, en conseguir el campeonato. Ya sabemos que está acostumbrada a las primeras veces. Recibe a THE OBJECTIVE para hablar de todo ello.
PREGUNTA.– Tengo entendido que naciste en una familia de médicos. ¿Cómo te iniciaste en el mundo del automovilismo?
RESPUESTA.– Era un hobby de mi padre. Él nunca compitió ni hizo nada parecido a lo que estoy haciendo yo ahora, pero sí que es verdad que cuando empezamos a andar en bici y esas cosas, pues a mi padre ya le tiraba el mundo de la gasolina. Empezamos con las minimotos y todas esas cosas. Y bueno, al final, de los cuatro hermanos yo era la que más ilusión y más ganas le ponía. Lo bueno es que mi padre nos dio la misma libertad a los cuatro y pudimos elegir lo que nos gustaba hacer. Y yo fui un poquito la que siguió con su hobby para adelante.
P.– Ser una de las pocas mujeres en competir en el Dakar es un logro impresionante, y ser la primera española en lograr un triunfo de etapa todavía más. ¿Cómo te hace sentir tu papel como pionera en este deporte? ¿Sientes presión por ser una referente?
R.– Estoy en una posición en la que sí que creo que tengo cierta responsabilidad de marcar unos pasos. Al final, lo que me ha faltado a mí siempre es alguien en quien fijarme, porque al final es un mundo un poco desconocido. Y sí que es verdad que ahora las niñas o niños que van iniciándose en el mundo del motor tienen referentes o gente que vaya abriendo el camino, y eso es bueno. Ayuda un poco a fijar tus pasos o qué es lo que quieres hacer o qué es lo que no quieres hacer. La responsabilidad que tenemos los que estamos ya en el mundo del motor a nivel más profesional es la de transmitir valores, sentimientos y vivencias, tanto buenas como malas, para que los demás puedan también hacer su camino.
«Tenía que recorrerme toda España en busca de gente o empresas que me quisieran ayudar»
P.– ¿Cuáles son los mayores obstáculos que has tenido que superar en tu carrera, tanto dentro como fuera de la pista?
R.– El mundo del motor es un poco hostil al principio porque es un mundo en el que entrenar es prácticamente imposible si no tienes sponsors que te ayuden. Entonces, al principio, la dificultad que tenía era encontrar la financiación. Incluso para poder entrenar, ya no solo correr. Tenía que recorrerme toda España en busca de gente o empresas que me quisieran ayudar. Cuando estás empezando, tu credibilidad no es tan buena porque tu palmarés no puede engrosarse si no te dan la oportunidad. Y al final también es buscar mucho. Cuando estás en el momento y en el lugar indicados, con la persona indicada, pues puedes tener la suerte de que te quieran apoyar y con ese pequeño apoyo tener la oportunidad, simplemente, de poder demostrar lo que puedes hacer.
A raíz de ahí, siempre hay diferentes obstáculos. En cualquier trabajo, cualquier persona, los puede tener. En mi caso, lo que más me ha costado es, a nivel mental, el hacerme valer. Porque muchas veces, cuando estás en un momento malo es muy fácil que la gente desconfíe de ti. En esos momentos tienes que tener la suficiente confianza o apoyarte en tu gente para salir de ese pequeño agujero y seguir demostrando lo que tú crees que vales, porque al final es lo que importa.
P.– ¿Cuál ha sido el momento más emocionante o memorable de tu carrera en el Dakar hasta ahora?
R.– Quizás el de más alegría que recuerdo, también por el momento en el que pasó, es cuando hicimos la primera victoria de etapa, porque yo venía de la época del covid, que se me cayeron todos los patrocinadores… Hubo diferentes situaciones y personas que aparecieron en ese momento, cuando decidí dejarlo todo, y que hicieron que yo siguiera en el Dakar y, según llegué, conseguir esa victoria de etapa. Aquello me dio esas alas y esa confianza para seguir hacia adelante. Después ya vinieron los podiums, que también fueron momentos muy bonitos, pero sí que es verdad que aquella primera victoria de etapa sí que fue como un antes y un después.
P.– El Dakar es una de las competiciones de rally más difíciles del mundo, si no la más complicada. ¿Cómo te preparas física y mentalmente para afrontar este desafío?
R.– Es muy importante atender ambas cosas. Como dices, ya no solo físicamente hay que estar bien, para lo que hago un trabajo físico a diario. Además, a raíz de la lesión que tuve en la espalda, todavía hago más incidencia en tener toda la musculatura de la zona bien fortalecida, porque sufrimos mucho estrés en la espalda, de golpes, de agujeros… Y, a nivel mental, también le doy muchísima importancia. Ya no es solo recurrir a profesionales, sino también rodearse en tu día a día de gente que te aporte. Porque, al final, yo he tenido muchas vivencias, y mucha energía puede quitártela la gente que no te está aportando nada. Hay que valorarse y quedarse con la gente que te está dando algo positivo. Simplemente estar bien a nivel personal ya ayuda un montón, a mí por lo menos me ayudó.
«El Dakar es una carrera que te va sorprendiendo, y eso hace que sea más especial, porque nunca te esperas nada de lo que va a pasar»
P.– En el Dakar, los pilotos se enfrentan a una amplia variedad de terrenos y condiciones climáticas. ¿Cómo te adaptas a los diferentes desafíos que se presentan en la competición?
R.– Llevo muchos años ya haciendo el Dakar, este va a ser el octavo, y sí que es verdad que al principio, cuando empecé, sí que me sorprendieron muchísimo las situaciones por donde te meten. Incluso ahora, cuando voy a hacer el octavo, cada año me sorprende. Es una carrera tan larga que incluso las condiciones climáticas van cambiando día a día, y el año pasado pues casi nos lleva un río en medio de Arabia Saudí. Que a cualquiera que se lo diga no se lo cree, pero hacía muchísimo frío en Arabia Saudí. Es una carrera que te va sorprendiendo y eso hace que sea más especial porque nunca te esperas nada de lo que va a pasar, y por eso hay que estar muy bien y abierto mentalmente a que te pueda pasar cualquier cosa. Es una carrera que engancha por esto, precisamente.
P.– Las carreras de larga distancia como el Dakar pueden ser agotadoras. ¿Cuál es tu enfoque para mantenerte motivada y concentrada durante la competición?
R.– Es importante estarlo, porque en un segundo que pierdas la concentración supone que puedas tener un accidente, porque vamos muy rápido y en zonas muy peligrosas. Despistarte un segundo es malo. Es verdad que también depende mucho de cómo te hidrates, de cómo estés comiendo… Porque si, por lo que sea, estás deshidratado o con baja glucosa, el cerebro también lo nota y te desvías. El foco principal es primero cuidarse y, luego, ser consciente de dónde estás, y haciendo tu trabajo. A raíz de ahí, si disfrutas dentro del coche la concentración viene sola.
P.– ¿Cómo ha evolucionado tu enfoque y estrategia a lo largo de los años en el Dakar? ¿Has aprendido lecciones importantes que te han ayudado a mejorar?
R.– Cuando doy charlas en los colegios, que es algo que me encanta, siempre digo que cada Dakar aporta un valor y ese valor me sirve luego para la vida. El Dakar es una carrera muy bonita también porque te aporta a nivel personal. Y a mí, en este caso, pues me ha aportado muchas cosas cada año, como digo, pues hay años en los que te va peor o mejor. De cada año se sacan cosas muy positivas, aunque te pasen cosas malas. Yo siempre me quedo con lo positivo, incluso en los peores años de Dakar siempre guardo un buen recuerdo porque ha servido para en el futuro tener más experiencia en cualquier cosa. Es importante dar valor también a las cosas que te van pasando, aunque sean malas, y aprovecharlas para en el futuro ser mejor persona o mejor piloto.
P.– El trabajo en equipo es esencial en el rally, ¿cómo trabajas con tu copiloto y el equipo para alcanzar tus objetivos?
R.– Es muy importante porque es una carrera muy larga. Pasas allí muchos días y los días que pasas no son fáciles. Entonces es muy importante que tu grupo de personas, tu equipo, seáis como una familia, porque estás solo en medio del desierto y, al final, es una minifamilia y también te desahogas con ellos. En este caso, para mí es muy importante mantener una buena relación con el equipo entero, incluidos los mecánicos y los ingenieros, porque también hay que tener muy buena comunicación. Además, vas con tu copiloto, que es una persona con la que compartes alrededor de 12 horas al día y es importante tener una buena relación con él, incluso tener discusiones y saberlas hablar. Al final, es como una relación de pareja. Es igual de intenso, pero es importante también ser adultos y poder hablar las cosas tanto buenas como malas. Eso marca mucho la diferencia.
P.– ¿Cómo describirías la relación entre la tecnología y la conducción en el Dakar? ¿En qué medida ha influido la tecnología en tu desempeño como piloto?
R.– Ha habido un gran cambio a nivel de maquinaria y, sobre todo, por ejemplo, de sistemas de navegación. Antes íbamos con libros de ruta con los que navegamos, que eran de papel. Hoy en día ya vamos con tabletas digitalizadas. En su día, los copilotos se pasaban cuatro o cinco horas pintando todas las hojas y, hoy en día, ya nos cargan el libro de ruta la misma mañana, justo cinco minutos antes de salir. Con eso, primero gastamos muchísimo menos papel y, segundo, los copilotos pueden descansar más, tienen más tiempo de descanso y es más seguro. Al final, cualquier novedad, cualquier actualización que tengan que hacer desde la organización de un día para otro, pues es simplemente cargarlo en el dispositivo y ya lo tenemos.
A nivel de maquinaria, los coches que hace ocho años estaban ganando el Dakar ya nadie los tiene. Ha habido una evolución tan grande, incluso hacia la electrificación, que no se puede comparar. Estamos viviendo una época de cambio bastante importante.
P.– Fuera de las carreras, ¿en qué proyectos estás involucrada?
R.– Me encanta la educación e intento hacer proyectos educativos. Esta última vez trabajamos en el diseño del casco, tuvimos la idea de trabajar con el Hospital de Burgos y el diseño del casco lo hicieron los niños de la unidad de Pediatría. Se pasaron semanas dibujando. Mi casco ahora luce esos dibujos de niños que no han tenido la vida que un niño desea tener, pero bueno, al final es cambiarles al menos su rutina diaria y cambiarles un poco el día a día.
También estoy dentro de una ONG que se llama Ten poco. Como también soy dentista, aprovecho para, el tiempo que tengo libre, viajar a un país desfavorecido e intentar ayudar un poco en lo que se puede. Siempre intento transmitir ese tipo de valores.
«Parece mentira que estemos en 2023 y solo dos mujeres hayan podido fichar por un equipo oficial»
P.– Ahora, y con la vista puesta en el medio-largo plazo, tengo entendido que has fichado por Dacia, y que a partir de 2025 estarás compitiendo en el Dakar con una leyenda como Sébastien Loeb. Es otro techo derribado. Primero, ¿cómo te sientes al respecto? Y segundo, ¿cómo te preparas para ese momento?
R.– Ha sido uno de los mayores momentos de mi carrera deportiva. Creo que he sido la segunda mujer en la historia, que es que parece mentira que estemos en 2023 y solo dos mujeres hayan podido fichar por un equipo oficial. Supone un sueño hecho realidad. Yo siempre he soñado alto, pero he sido muy realista con las oportunidades. Somos muchísimos pilotos y hay muy pocos asientos. Entonces, que Dacia me haya querido dar la oportunidad demuestra que ellos también están muy involucrados y muy abiertos a tener mujeres dentro de su equipo. También la team manager es mujer.
Me ha encantado el proyecto que tienen entre manos. También, el compartir equipo con Sébastien Loeb, con el que tengo gran relación, es algo que me motiva muchísimo. Y tenemos tan buena relación que sé que me va a ayudar en todo, así que aprovecharé al máximo la oportunidad. Ahora toca la preparación, hay mucha motivación. Tenemos ya planificados muchos test para adaptarnos al nuevo coche y, sobre todo, ponerle muchas ganas y estar abierta totalmente. Aprender al máximo de los mejores que estarán por ahí.