Max Verstappen gana en Imola, Sainz sufre y Alonso se desespera con su coche
Los españoles llegaron a Imola con ambición y salieron defraudados uno, y cariacontecido el otro
No fue una carrera divertida. Salvaron los muebles unas últimas vueltas con algo más de picante, pero no fue una cita de las que hacen afición. Max Verstappen se llevó el trofeo grande para casa, Lando Norris le pisó los talones para acabar segundo, y Charles Leclerc no pudo hacer más que llegar tercero. Los españoles sufrieron, uno más que el otro.
Buen tiempo, día soleado y caluroso en el Circuito Enzo y Dino Ferrari durante casi todo el fin de semana. Perfecto durante el día de la carrera, peor durante el homenaje en las jornadas previas, que llovió un poco y pasado por agua acabó el homenaje a los desaparecidos Roland Ratzenberger y Ayrton Senna, fallecidos en esta pista hace justo treinta años. Uno de los promotores del pequeño acto, el tetracampeón Sebastian Vettel, rodó por la pista italiana a bordo de uno de los McLaren con los que corriese el astro brasileño.
Cita algo aburrida
El Gran Premio italiano, denominado GP de la Emilia Romagna en alusión al entorno en el que se sitúa, no fue de los que hace afición. Tras el buen sabor de boca que dejó el anterior de Miami, en este no pasaron demasiadas cosas. Sin accidentes, ruedas sueltas, salida de coches de seguridad, o acciones de las de recordar, vio su primer adelantamiento en la vuelta 24.
En parrilla ya se observaron un par de incidencias. Los sorprendentes McLaren se veían acreedores de una victoria ante lo poco brillante de los Red Bull, pero una sanción relegó a Oscar Piastri a la quinta plaza tras haber quedado segundo el sábado. De poco le sirvió haber clasificado a tan solo 74 milésimas del poleman, como no, Max Verstappen.
Peor le fue a Fernando Alonso. El asturiano estrelló su monoplaza el sábado en los Libres 3 y su escudería tuvo que rehacer medio coche en apenas tres horas, cambio de motor incluido. El AMR24 estuvo a tiempo para la clasificatoria aunque desde boxes le pidieron abandonar tras detectar alguna falla. Se salió en uno de sus intentos con un coche que denotaba desajustes; no logro un tiempo llevadero, y decidieron salir desde la calle de boxes, de facto, último en parrilla.
La mayor parte de la prueba se caracterizó por ser una procesión sin demasiadas emociones. Se esperaba lluvia y no apareció, y sin accidente alguno como ocurrió en las tres carreras previas, tampoco se estrenó el Safety Car. Hubo que esperar a las estrategias para ver algo de color en una prueba que acabó en la zona noble. El resto tampoco cambió demasiado, o no al menos en el plano de los llamados a ser favoritos.
No sorprende ver a Verstappen arriba del todo pero sí llama la atención un detalle extradeportivo en el plano del Gran Premio disputado. El neerlandés no ganó este fin de semana una carrera sino dos. Radicado en Mónaco, hizo traer hasta la habitación de su hotel un simulador muy avanzado. La idea no era la de mejorar sus prestaciones en la Fórmula 1 sino participar en una carrera virtual que se disputaba este fin de semana. Max es un enorme aficionado a competir en el mundo virtual, y este mismo fin de semana se corrían las 24 Horas de Nurburgring digitales en las que estaba inscrito.
El tricampeón se repartió con sus compañeros de equipo virtual sus mangas, y acabó ganando tras correr durante la tarde y noche anteriores al Gran Premio. Líder de la tabla, con la pole position en el bolsillo, y un trato de favor a cuenta de ese rumor que apunta a que podría irse a Mercedes el año próximo, en Red Bull no pusieron pega alguna a su deseo. Que se sepa, nunca antes se había dado una situación como esta.
Los españoles, mejorables
Carlos Sainz partía cuarto, y acabó quinto. No es que Oscar Piastri, que se quedó con ese cuarto puesto, fuese más rápido que el SF-24, sino que su estrategia fue mejor. El australiano de McLaren no pudo con el madrileño en pista de una forma natural, sin embargo, en la vuelta 23 paró a cambiar gomas, y salió como una exhalación. Ferrari no reaccionó hasta el giro 27, mantuvo en pista a Sainz con gomas más viejas, y Piastri le dejó atrás con relativa facilidad y sus ruedas nuevas; ejecutó el llamado undercut. Carlos liquidó su participación con un quinto puesto final.
Mucho más complicado fue el concurso de Fernando Alonso. En uno de sus peores fines de semana en mucho tiempo, no le salió nada a derechas. Su AMR24 llevaba un buen paquete de mejoras, pero ninguna pareció funcionar, en particular las montadas en el que pilotó el bicampeón. Lance Stroll no se mostró tan rápido, pero sí más constante, y su coche parecía más previsible.
El AMR24 va a peor
Alonso se quejó de su monoplaza todo el fin de semana, con visibles problemas de estabilidad. A veces era sobrevirador, a veces subvirador. Si el sábado fue víctima de un error de pilotaje debido a un coche incomprensible, el domingo tampoco mejoró demasiado en carrera. Sin ritmo ni el mordiente que le suele caracterizar, sin apenas poder avanzar contra otros enemigos, entró a poner gomas frescas a dos vueltas del final en un intento por lograr al menos la vuelta rápida. Ni eso le salió, porque se la llevó George Russell y perdió un puesto en la tabla, decimonoveno.
Le remató que Alex Albon hubiera abandonado unas vueltas antes, porque así, liquidó su paso por Imola con el último puesto en carrera. Fernando no recordará este fin de semana con cariño. El de Oviedo se mostró resignado y pesimista desde el viernes. Todos esperaban que el Aston Martin mejorase en conjunto, o al menos no se hundiera como una piedra en lo tocante a sus prestaciones, y sin embargo, los resultados no solo no llegan, sino que parecen más lejos incluso que al inicio de la temporada.
Un ingeniero español desplazado
Otro español que tampoco recordará con alegría este fin de semana será el valenciano Xavi Marcos. Tras 110 carreras y cinco victorias a cuestas como ingeniero de pista de Charles Leclerc, de manera sorpresiva y en mitad de la temporada, ha sido relegado a otras funciones dentro de Ferrari. La jugada es extraña, pero obedece, sin muchos detalles, a desencuentros en el seno del equipo. Es extraña porque Marcos es un hombre sumamente apreciado allá por donde pasa, es muy querido. No le faltará tarea si es que abandona la disciplina roja.
El mundial queda con Max Verstappen como líder, que empieza a despegarse del resto, con 136 puntos, segundo y en su puesto natural, Checo Pérez con 103, y Leclerc con 98. Sainz empata a 83 con Lando Norris y se sitúa quinto, y Alonso ocupa con 33 puntos la octava plaza. Próxima parada: Gran Premio de Mónaco, el fin de semana que viene.