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José Manuel Ruiz: «Yo sin duda volvería a elegir nacer como nací, sin mi brazo derecho»

El deportista paralímpico, medallista en Rio, Londres, Pekín y Sídney, llega a París con el oro olímpico como meta

José Manuel Ruiz: «Yo sin duda volvería a elegir nacer como nací, sin mi brazo derecho»

José Manuel Ruiz Reyes, el deportista español con más citas paralímpicas en su trayectoria. | Cedida

Con la mirada puesta en las Paralimpiadas de París 2024, José Manuel Ruiz Reyes se prepara para afrontar uno de los desafíos más importantes de su carrera deportiva. Nacido en Guadix, Granada, en 1978, José Manuel es una figura destacada del tenis de mesa y del deporte paralímpico español. Este será su octavo torneo paralímpico, donde espera finalmente colgarse la medalla de oro que tanto ha perseguido.

Además de su carrera deportiva, José Manuel es un apasionado profesor y conferenciante, comprometido con la promoción de hábitos de vida saludable y la inclusión sin barreras. Su enfoque en la capacidad, más que en la discapacidad, lo convierte en un referente no solo en el deporte, sino también en su manera de afrontar la vida. Mientras se prepara para París 2024, comparte con THE OBJECTIVE sus reflexiones, sus expectativas y el camino que lo ha llevado hasta aquí.

PREGUNTA.- ¿Ocho Juegos Paralímpicos consecutivos, récord histórico en España? ¿Qué le produce esto?

RESPUESTA.- Acudir a ocho juegos me produce mucha alegría, satisfacción y motivación extra. Y no solamente a nivel personal, también por el equipo. Porque esto es fruto de mucha gente, compartido. Y quiere decir que tanto yo como mi equipo hemos hecho las cosas bien. Y nos lleva al dicho que dice que «lo complicado no es llegar, sino mantenerse», lo que otorga más valor a esta trayectoria. Que durante muchos años hemos mantenido esa regularidad y en la élite del deporte.

P.- ¿Vas con más presión por esta circunstancia respecto a Juegos anteriores?

R.- No siento que vaya con más presión, al contrario. Yo creo qué en otras ediciones, por mi trayectoria o por posición entonces, sabías que estabas entre los candidatos. Esos años o esa carga, tanto a nivel interno como externo, ahora no es igual. Voy a París con otra exigencia, lo afronto como aquel joven de 16 o 17 años que fue a sus primeros Juegos. Este ciclo lo estoy afrontando así, y me está yendo muy bien. Vamos a ver si en París tiene sus frutos. 

P.- ¿Es esta cita olímpica distinta a todas las anteriores?

R.- París va a ser distinta por el hecho que ser cerca de España, mis hijas son ya mayores, y junto a mi familia van a poder asistir. Además, venimos de Tokio con la pandemia, los estadios vacíos, una ceremonia inaugural sin espectadores. Por eso van a ser diferentes, pero no por otro motivo. Aunque con un matiz, porque no sabemos si pueden ser los últimos o no. Algo que también he aprendido es que hay que disfrutarlo porque nunca sabes cuando va a ser la última

«Estar en Tokio fue mi medalla para mi»

P.- Más después de lo sucedido en Tokio, donde llegaste después de la gravísima lesión del tendón de aquiles, ¿qué sensación te dejó tu papel en aquellos Juegos?

R.- Tokio fue una mezcla de sensaciones, con sabor agridulce. Porque si logré la clasificación, fue la más difícil de mi vida. Primero por el gran nivel entonces, y porque tuve que hacerlo compatible con mi otra dedicación, que es la docencia. Además, no estaba logrando los resultados que venía cosechando. Entonces, tres años antes de los Juegos, tomé la decisión de que había que cambiar la preparación.

Hicimos cambios trabajando con un preparador físico, psicóloga, nutricionista personal y además viajaba a Madrid para entrenar con un grupo de élite de tenis de mesa; además de acudir a torneos nacionales e internacionales de personas sin discapacidad. Gracias a que la Federación apostó por mí y a mis patrocinadores, logré la clasificación. Entonces vino la pandemia y pocos meses después de empezar a recuperar la actividad, y tres antes de los Juegos, sufrí la rotura completa del tendón de aquiles. Entonces todo se paralizó porque sentí una mezcla de sentimientos. Todo lo que había trabajado y yo no quería que cayera en balde.

En una carrera contrarreloj para poder llegar a Tokio, y gracias a muchas personas que estuvieron allí (CSD; patrocinadores), pudimos estar allí. Llegamos, pero la lesión no me permitió competir porque me eliminaron nada más empezar. Pero como me dijo mi mujer, la medalla era ya sólo estar allí. Pude vivir la experiencia, sin público, y saco ese aprendizaje. De los malos momentos sacas lecciones, quienes están apoyando en los malos momentos. Pero como el ave Fénix, ahora en París espero dar mi mejor versión. Porque, si soy capaz de ello, estoy seguro que seré competitivo. 

«Cuando me lesioné tuve mucha gente que impidió que me cayera»

P.- ¿Ha sido esta lesión el peor momento de tu carrera profesional?

R.- Sin duda ha sido la lesión más grave que he sufrido, pero tuve mucha gente que no me dejó caer. El luto que se dice que pasas, apenas duró una hora. 

P.- ¿Es España una potencia paralímpica mundial? En Tokio fueron 36 medallas, ¿crees que ahora en París podemos superarlo?

R.- España es una potencia en deporte paralímpico, es verdad que hace unas ediciones estábamos más arriba en medalla y medallero; pero esto tiene que ver con la profesionalización de este deporte a nivel mundial. Hay países que llevan un modelo donde España igual tenemos cierta desventaja. Pero espero que en París podamos superar las 36 medallas porque llevamos un buen equipo, mezcla de veteranía y jóvenes promesas. Se está haciendo un buen trabajo en este aspecto, por ejemplo, en tenis de mesa. A los jóvenes lo que les digo es que disfruten, que ya veremos a dónde les lleva la competición. Los Juegos es algo totalmente distinto al resto de competiciones.

P.- Son cinco medallas paralímpicas hasta ahora ¿Con cuantas medallas sueñas en París? 

R.- Puesto a soñar, sueño con las dos medallas donde voy a competir, individual y por equipos. Pero, viniendo de dónde vengo y de las dificultades anteriores,  pongo el foco en disfrutar cada momento que esté en la villa con mi familia, los amigos que vengan a apoyarme a París. Disfrutar cada entrenamiento y cada partido, que espero que sean muchos. Este es mi objetivo. Sin renunciar a nada porque no voy allí de paseo. Mi ambición y ganas de competir van a salir. Voy tratar de dar mi mejor versión, y si soy capaz de ello, tengo posibilidades. Me he preparado para cuando, aparezca la oportunidad, aprovecharla y que caiga de nuestro lado

P.- ¿Crees que podrás llegar a las seis de Álvaro Varela?

R.- No es que el objetivo sea superar el número de medallas, todo deportista siempre busca lograr medalla. No superar a mi amigo y compañero Álvaro con quien además voy a poder compartir algo tan especial que dos jugadores de tenis de mesa, y que tantas alegrías ha dado al deporte paralímpico español, el ser abanderado. Yo lo fui en Río 2026 y ahora Álvaro lo es en París. Eso refleja que el deporte de tenis de mesa es muy importante. 

«La cita de Granada del 2022 me dio la motivación para prepararme para París»

P.- ¿Cómo te has preparado para esta cita olímpica?

R.- Me he preparado como vengo haciendo, igual sin tanto estrés y menos viajes a Madrid. De manera más tranquila a como lo afronté en Tokio. Tras finalizar me tomé un tiempo de reflexión donde no sabía si merecía la pena continuar o no. Es verdad que también tuve un regalo a mitad de ciclo, en el 2022. Fue cuando el campeonato del mundo se celebró en Granada, mi ciudad. Allí pude vivir un evento así con toda mi gente. Fue un auténtico regalo y me dió la motivación extra para intentar lograr la clasificación para París. 

La ayuda de los patrocinadores y de mi mujer. Su apoyo incondicional porque ha renunciado a muchas cosas para estar a mi lado. Ella hubiese podido lograr lo que hubiera querido, pero renunció a muchos de sus sueños porque yo cumpliera los míos. 

P.- Sino me equivoco, aún se le resiste el oro. ¿Es este el momento para conseguirlo? ¿En qué momento llega José Manuel Ruiz?

R.- La verdad que no se si lo lograré o no, lo que sí es cierto es que tengo experiencia de haber acudido a grandes eventos un poco más relajado, no tan preparado, y notas menos la presión. Creo que acudo a París en un buen momento. A nivel mental y personal estoy relajado y en plena madurez. Y sin esa mochila de presión o exigencia de conseguir gran resultado. Y, a veces, hay sorpresas. Yo no voy a renunciar a nada. Partido a partido. Si quieres el oro tienes que ganar a los mejores

P.- Con 46 años que tiene, ¿son estos sus últimos Juegos o aún se ve dentro de cuatro años en Los Ángeles?

R.- Los Ángeles 2028 quedan muy lejos tanto en tiempo como en kilómetros. Y será determinante las sensaciones con las que regrese de París. Será entonces cuando lo hablaré con mi mujer, si esto sigue mereciendo la pena o no. Porque prepararse para los Juegos son cuatro años de preparación muy exigentes. Si me sigo viendo competitivo, poder hacer frente a mis rivales que muchos son más jóvenes que yo; la motivación para entrenar cada día y las lesiones me respetan. ¿Por qué no? ¿Por qué no la novena en los Ángeles?

«Los límites o la discapacidad no son físicos o sensoriales, son mentales»

P.- ¿Puede explicar a la gente qué es la agenesia congénita que sufre en su brazo derecho? ¿Le ha marcado mucho su vida?

R.- Es la ausencia desde el nacimiento de un miembro, en mi caso el brazo derecho. ¿Me ha marcado? Yo siempre soñaba ser un niño como los demás. Y eso ahora como docente intento inculcar a mi hija y la sociedad, que vean la discapacidad como algo normal. Que además hay distintos tipos de discapacidad. Porque con ocho años yo le demostré a los niños que podía atarme los cordones de las zapatillas y ellos no podían hacerlo. 

Los límites y la discapacidad no son físicos o sensoriales, son mentales. Nos los marcamos nosotros mismos en nuestra mente. Esa barrera los deportistas paralímpicos estamos acostumbrados a derribarla. He conseguido con creces muchas más cosas de las que soñaba de niño. Y no sólo el tema de medallas. Sino ser abanderado paralímpico, que Guadix le haya puesto mi nombre a su polideportivo. 

Una niña en una de mis charlas me preguntó si volviera a nacer me gustaría hacerlo con los dos brazos o con esta agenesia congénita. Y me dejó un poco en shock. Y le respondí con el corazón y la cabeza: Yo sin duda volvería a elegir nacer como nací, sin mi brazo derecho. ¿Por qué? Porque no sé si sería mejor o peor persona con o sin brazo, pero tengo una vida feliz, plena, muchísimas cosas que pudiera imaginar. Tengo una vida tan feliz que no cambiaría por nada. Igual si volviera a nacer y tuviera dos brazos, tendría otra vida, pero no tan feliz como soy. 

«El tenis de mesa me salió de casualidad»

P.- ¿Y cómo llega José Manuel Ruiz al tenis de mesa?

R.- Me salió de casualidad. Después del cole pasábamos muchas horas en el polideportivo de Guadix haciendo deporte. Una de las veces, la persona que llevaba el tenis de mesa que era Juan Requena, que después fue mi primer entrenador, nos dijo a mí a mis amigos que nos animáramos. Vi que se me daba bien. Es verdad que empecé tarde, con 13 años. Me gustó mucho y despertó en mí el gusanillo que no me daban otros deportes. Estaba deseando volver al día siguiente a jugar. 

P.- ¿José Manuel considera que el deporte paralímpico está bien tratado en España?

R.- Es verdad que ha mejorado mucho en cuanto a repercusión, medios, a nivel económico. Vamos dando pasos hacia adelante pero creo que, a nivel de medios, debería hacerse más seguimiento en España. Durante los cuatro años entre unos Juegos y otros hay muchos torneos. Y ese tiempo casi no existe. 

P.- ¿Dígame qué sintió cuando vio la lesión de Carolina Marín?

R.- Cuando lo vi repetido —porque me pilló entrenando—, lo primero que sentí fue un escalofrío. Me vi reflejado en cierto modo, aunque ella ya lo ha vivido en tres ocasiones. Ha sido un sentimiento compartido por todo el mundo del deporte. Por lo menos se lleva la gran medalla que es el cariño y el apoyo del deporte mundial. 

P.- ¿A cuántas cosas ha renunciado José Manuel para llegar hasta aquí?

R.- Para llegar hasta aquí he tenido que renunciar a mi hija, mi mujer, cumpleaños importantes. Muchos momentos personales que sabes que no van a volver. Cuando lo pones en una balanza, por fortuna las cosas que te da el deporte son más favorables que las que te quita. 

P.- ¿Alguna manía antes de salir a jugar?

R.- No suelo tener. Tengo un ritual de hacer las mismas cosas, hábitos porque me hace sentirme seguro y que lo tienes todo controlado. 

P.- ¿Algún amuleto que siempre le acompañe?

R.- No suelo llevar amuletos, pero a los Juegos últimamente llevo una camiseta de mis hijas y de mi mujer con fotos, mensajes de animación. Algo así. 

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