THE OBJECTIVE
Deportes

Iniesta y Nadal, dos leyendas con futuro en el Barça y el Madrid

Ambos deportistas podrían terminar sus carreras en los dos clubs de fútbol más grandes del país

Iniesta y Nadal, dos leyendas con futuro en el Barça y el Madrid

El tenista Rafa Nadal durante los pasados Juegos Olímpicos | (Italy Photo Press)

Dos mitos del deporte español han puesto punto y final a sus laureadas carreras esta misma semana. Dos golpes de nostalgia demasiado seguidos para ser asimilados en tan poco tiempo. Se pueden hacer muchos paralelismos entre Andrés Iniesta y Rafa Nadal. Ambos dejan atrás una carrera gloriosa, repleta de gestas y momentos memorables que quedarán grabados para siempre en las retinas de los aficionados de todo el mundo, y cuya grandeza trasciende a los títulos conseguidos, que han sido muchos. A ellos el palmarés les brilla mucho más. Porque no es solo todo lo que han ganado, sino cómo lo han conseguido.

Han ofrecido tanto espectáculo, han repartido tanta felicidad, han honrado tanto a sus respectivos deportes que, en su caso, es el fútbol y el tenis los que le deben mucho a Andrés y a Rafael. Y no al revés. Entran en el Olimpo de las leyendas el deporte por la puerta grande, siendo referentes de los valores que debe tener cualquier deportista que aspire a alcanzar la cima del deporte. Como dice Andrés, ese gol en el Soccer City que dio el anhelado Mundial a España lo marcó él, pero lo hizo en nombre de todos los que amamos este deporte.

O el Iniestazo que resucitó al Barça en Stanford Bridge y supuso el inicio del mejor Barça de la historia, dirigido por Pep Guardiola. Hemos sentido un orgullo indescriptible en cada Grand Slam levantado por Rafa Nadal, y nos ha llenado de satisfacción ver esas épicas remontadas a base de un pundonor sobrehumano en finales inacabables de 5 horas. Todos hemos soñado con ser uno de ellos, o como ellos, aunque solo fuera por un día. Imposible no tener un sentimiento de gratitud eterna.

Dos grandes campeones que han alcanzado la gloria a base de esfuerzo, humildad, honradez, profesionalidad y generosidad. Son el ejemplo de que para ser un gran deportista primero debes ser una buena persona, dentro y fuera del campo. Y nos entristece pensar que ya nunca más volveremos a verles vestidos de corto, pero no alegra imaginar que vamos a seguir disfrutándoles en otros ámbitos.

En clave futbolística, Andrés Iniesta y Rafa Nadal representan mejor que nadie lo que debería ser la rivalidad bien entendida. Uno tan azulgrana y el otro tan madridista. Lo mejor que les podría pasar al FC Barcelona y al Real Madrid es que contaran con ellos para que pusieran toda su sabiduría al servicio del club de su corazón en un futuro no muy lejano. Sin prisa pero sin pausa. Ahora merecen descansar, disfrutar de la familia y amigos, dedicarle tiempo a los hobbies o formarse y prepararse para una nueva vida; momentos maravillosos que son los que te acercan a la felicidad plena y de los que se han tenido que privar durante mucho tiempo por su dedicación absoluta a la competición. Andrés ha dicho que quiere ser entrenador.

Pudiera parecer que, por su serenidad y su tono de voz, le faltase carácter pero nada más lejos de la realidad. Los que le conocen bien dicen que le sobra determinación, valentía, exigencia y que cuando las cosas no se hacen como a él le gusta lo hace notar con firmeza. Es de los que prefieren convencer a imponer. O razonar antes que gritar. Me recuerda a Zinedine Zidane que, con un perfil parecido, ha demostrado ser un grandísimo entrenador. Ojalá el actual técnico del Barça, Hansi Flick, dure muchos años, señal de que al club azulgrana le está yendo bien, pero es inevitable visualizar a Iniesta algún día en el banquillo del Barça. El club azulgrana no podría estar mejor dirigido y representado.

Por su parte, Rafa Nadal no ha desvelado a qué quiere dedicarse ni cuáles son sus planes de futuro, pero es totalmente comprensible que el madridismo le sueñe como futuro presidente, sucediendo a Florentino Pérez. Tiene imagen, conocimientos, contactos y experiencia suficiente en el mundo del deporte y le sobra tiempo para acabar de formarse para enriquecer el perfil de gestión y estrategia que le pudiera faltar. Que hayan sido tan buenos deportistas no garantiza que vayan a tener el mismo éxito como gestores, y se corre el riesgo de que su impecable imagen y su intachable recuerdo se vieran empañados por la espada de Damocles que cuelga del cuello de todos los dirigentes, tan a merced de los resultados que dictan sentencia.

Desafortunadamente, la gente tiene muy poca memoria. Pero estamos hablando de dos tipos valientes y acostumbrados a convivir con la presión y la exigencia. Ojalá podamos seguir disfrutándoles durante muchos años, aunque sea vestidos de largo.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D