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Carolina Marín: «Al momento de caer ya sabía que me había roto»

La campeona olímpica en bádminton comparte sus sensaciones con THE OBJECTIVE tras meses de rehabilitación

Carolina Marín: «Al momento de caer ya sabía que me había roto»

Carolina Marín, campeona del mundo y oro olímpico en bádminton, recogiendo el Premio Princesa de Asturias. | Xuan Cueto (Europa Press)

Superación. Resiliencia. Pasión. Pocas deportistas encarnan estos valores como Carolina Marín, la leyenda del bádminton español. El pasado 4 de febrero se cumplieron siete meses desde la gravísima lesión que sufrió en las semifinales de los Juegos Olímpicos, cuando rozaba la final con los dedos. Un golpe devastador que la llevó a plantearse seriamente dejar el deporte. Sin embargo, lejos de rendirse, la campeona olímpica y tres veces campeona del mundo ha canalizado su recuperación con un enfoque diferente: más paciencia, más equilibrio y, sobre todo, sin prisas.

Aunque aún no ha vuelto a empuñar la raqueta, Marín mantiene vivo un deseo: si su cuerpo se lo permite, competir en el Europeo de 2026. Pero, como recalca en esta conversación con THE OBJECTIVE, lo primero es la recuperación. Con la serenidad que da la experiencia y el orgullo de haber sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes, la onubense nos habla de su presente, su futuro y el duro camino que la ha traído hasta aquí.

PREGUNTA.- ¿Cómo está Carolina Marín ahora mismo de su lesión?

RESPUESTA.- Me encuentro bien, avanzando poco a poco y con buenas sensaciones.

P.- ¿Se esperaba estar también después de esta nueva rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha?

R.- Esperaba que esta recuperación fuese distinta. Y lo está siendo. Me estoy tomando las cosas con mucha más calma porque lo necesito.

P.- ¿La he escuchado que su objetivo es el europeo de abril del 2026?

R.- Mi objetivo es recuperarme bien. El europeo es algo que me gustaría, pero lo prioritario es la recuperación.

P.- ¿Tan largo lo ve o cree que antes ya podrá entrar a competir en una pista?

R.- No pienso aún en competir. Ni siquiera he cogido una raqueta todavía en este tiempo.

P.- ¿Cómo es el día a día ahora mismo de Carolina Marín?

R.- Más tranquilo: entreno, tengo sesión con mi fisio, atiendo compromisos… Y sobre todo intento tener tiempo para mí, que es una cosa que necesitaba.

«En el momento de la lesión pensé en dejarlo»

P.- ¿En este tiempo de recuperación ha pensado en dejarlo? Usted ya lo ha conseguido todo…

R.- En el momento en el que me lesioné, claro que lo pensé. Lo dije en su momento, y de hecho se lo dije a mi entrenador, que no podía más.

P.- Volvamos al día 4 de agosto, el día que su rodilla le falló. ¿Cómo recuerda ese momento?

R.- Recuerdo que todo estaba yendo bien y que todo estaba saliendo como queríamos para estar en la final.

P.- ¿Qué es lo primero que se le pasó por la cabeza? ¿Sus lágrimas eran por dolor o por frustración?

R.- Al momento de caer ya sabía que me había roto. De hecho, antes de echarme a llorar se lo dije a Fernando, porque conocía muy bien la sensación. Por eso le dije también después que no podía más.

«Ahora veo las imágenes y pienso que esa chica estaba loca»

P.- ¿Usted es consciente de que su gesto de volver es un ejemplo de los valores del deporte?

R.- Yo intento simplemente cumplir con lo que siento en cada momento. Volver a la pista en ese momento, o tratar de hacerlo en cada recuperación, es algo que me sale. Ahora veo las imágenes del momento y pienso que esa chica está loca, conociendo la lesión que tenía después.

P.- ¿Cree que igual merecía una medalla olímpica teniendo en cuenta cómo estaba entonces el partido?

R.- Para nada. Las lesiones forman parte del deporte y hay que asumirlo. Fue durísimo, pero es así. Además, recibí un cariño que probablemente ninguna medalla me habría dado.

P.- ¿Qué le pareció el gesto de He Bing Jiao?

R.- Uno de los gestos más bonitos que han tenido conmigo nunca. Siempre le estaré agradecida y tuve la suerte de decírselo en persona hace unos meses.

«Yo no he dicho que vaya a volver, he dicho que me gustaría»

P.- Usted pasó de tirar casi la toalla a decidir volver… ¿Dónde estuvo el cambio?

R.- Es que yo no he dicho que vaya a volver. He dicho que me gustaría hacerlo si mi rodilla está en condiciones y la situación se da. Sí que es verdad que yo podría haber decidido retirarme en el momento de la lesión, pero esa no es una decisión que vaya a tomar de esa manera.

P.- ¿Quién fue la persona que más influyó en este cambio? ¿Y quién ha sido la persona que más ha ayudado a Carolina?

R.- Tengo una cantidad de gente enorme que me apoya, ahora y siempre. Por supuesto, mis padres y el resto de mi familia, que nunca dudaron en entender que mi vida era un poco distinta a la de los demás. Y mi equipo, que nunca me ha dejado sola. Y mis amigos, que como mi familia también han sabido apoyarme y entenderme.

P.- Vayamos a su gran momento en estos últimos meses, el Premio Princesa de Asturias. ¿Qué sintió cuando se lo comunicaron?

R.- Pues una de las mayores alegrías, la verdad.

«La felicidad del Princesa de Asturias no se puede expresar con palabras»

P.- ¿Y cómo vivió ese día? ¿Se sintió princesa por un día?

R.- No lo diría así. Pero sí que comentaba que es una felicidad que no sé explicar con palabras y que sólo he vivido en momentos muy concretos.

P.- Su cara irradiaba felicidad cuando recibió el premio y miró hacia arriba ¿En qué pensó?

R.- En mi padre, claro. Por eso lancé ese beso al cielo.

P.- De los mensajes que recibió los días después de su lesión, quién fue el que más le llegó.

R.- Me llegaron todos, porque los escuché todos y los contesté. Me llevó su tiempo, pero si la gente quiso trasladarme su cariño yo tenía que responder. Es verdad que el que más me llamó la atención fue el de Nadal por el audio y porque no me lo esperaba.

«Yo creo que Rafa Nadal siempre merece más»

P.- ¿Qué le ha parecido la despedida de Rafa Nadal? ¿Igual merecía algo más?

R.- Yo creo que Rafa siempre se merece más, porque nos ha dado tanto que es difícil poder estar a la altura.

P.- ¿Qué me dice lo sucedido con Elena Congost?

R.- Una gran injusticia.

P.- ¿Qué le queda a Carolina por hacer jugando al bádminton?

R.- No lo sé, el tiempo lo dirá.

P.- ¿Y cuando cuelgue la raqueta?

R.- Eso lo sé menos. Me gustaría seguir ligada a mi deporte y que la gente pueda aprender de las cosas que he vivido.

P.- ¿Una manía?

R.- No soy muy maniática, pero siempre compito con una cadena de la Virgen del Rocío que me regalaron mis padres.

P.- ¿Qué significa para usted Fernando Rivas?

R.- Una de las personas más importantes de mi vida, porque me lleva acompañando desde que era una niña.

P.- ¿Y su madre?

R.- También es una de las personas más importantes de mi vida, claro. Me ha apoyado como ninguna.

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