María Vicente, pentatleta: «Hay que permitirse estar mal, pero hay que seguir luchando»
La joven deportista reflexiona sobre su prometedor futuro en THE OBJECTIVE tras una etapa marcada por las lesiones

La pentatleta María Vicente. | Cedida
A sus 23 años, María Vicente es mucho más que una promesa del atletismo español. Su carrera, marcada por el talento y la determinación, ha estado acompañada de duros contratiempos. Las lesiones han puesto a prueba su resistencia tanto física como mental, pero ella se ha negado a rendirse. Desde la rotura de cuádriceps en 2022 hasta su dramática lesión en el Mundial de Pentatlón de 2024, cada obstáculo ha sido un motivo más para seguir adelante. Ahora, tras una intensa recuperación y con la mirada puesta en el Mundial de Tokio, Vicente habla con THE OBJECTIVE sobre su regreso, sus aprendizajes y su inquebrantable espíritu competitivo.
P.- ¿Cómo definirías tu estado de ánimo actual?
R.- Muy bien, muy feliz y animada, y sobre todo con muchas ganas de todo lo que se viene. Han sido momentos duros, llenos de altibajos, y la verdad es que ahora lo afronto todo con ilusión y esperanza, porque lo más duro ya ha pasado.
P.- Se dice que María Vicente es un ejemplo de resiliencia. Te caes, pero te vuelves a levantar. Empezando por la rotura de cuádriceps en 2022. ¿Qué recuerdas de aquello?
R.- Me generó mucha frustración porque me lesioné en marzo de 2022 en el meeting de Madrid haciendo la longitud. Aquel invierno había hecho una muy buena temporada de pista cubierta y encaraba el Mundial de Estambul con muchas ganas, pero finalmente no pude ir. Optamos por un tratamiento no invasivo y la recuperación no fue del todo funcional. En el Europeo de Múnich volvió a romperse y esta vez sí que decidimos pasar por quirófano. Fue un proceso duro y lleno de incertidumbre, pero trabajamos mucho y logremos recuperar el nivel.
P.- Y llegamos al 1 de marzo de 2024, el día fatídico. ¿Qué fue lo primero que se te pasó por la cabeza?
R.- Supe al instante que algo grave había ocurrido. Se me pasó por la cabeza que me quedaba sin posibilidades en ese campeonato y probablemente sin los Juegos Olímpicos. Lo más doloroso fue que ese invierno, por fin, estaba entrenando bien y sin molestias. Había olvidado todo lo anterior, y de repente me tocaba volver a empezar.
P.- Tu imagen llorando de desesperación se hizo viral. ¿Has visto el video? ¿Qué sientes al respecto?
R.- No lo he visto. En su momento no me sentía preparada y ahora simplemente no se ha dado la ocasión.
P.- ¿Llegaste a pensar en la retirada?
R.- No, ni mucho menos. No soy una persona que se rinde fácilmente. Ese pensamiento nunca rondó mi cabeza.
P.- ¿Cómo viviste los Juegos de París?
R.- No ha sido plato de buen gusto verlos desde el sofá. Pero en parte me da esperanza, porque veo que tengo un nivel parecido al de muchas atletas que estuvieron allí. Si ellas lo han conseguido, yo también puedo.
P.- Hablando de lesiones, ¿viste en directo la de Carolina Marín?
R.- No la vi en directo porque me resultaba difícil seguir los Juegos, pero con las redes sociales es imposible no enterarse. Me sentí muy identificada con ella. Sabe lo que es pasar por esto, pero también sabe que se puede salir adelante. Es una gran inspiración para mí.
P.- ¿Cómo ha sido tu proceso de recuperación?
R.- Ahora mismo estoy muy bien. Aún hay que seguir trabajando y mejorando, pero en el día a día ya casi no me acuerdo de la lesión, y eso es una gran señal.
P.- Te has marcado los Mundiales de Tokio como objetivo. ¿Alguna vez pensaste en rendirte durante estos meses de rehabilitación?
R.- No, como he dicho antes, rendirse no va conmigo.
P.- ¿Cuántas veces has llorado de rabia?
R.- Muchísimo el día de la lesión y en el viaje de vuelta a Barcelona para la operación. Pero desde entonces, ninguna. Prefiero centrarme en seguir adelante.
P.- ¿Algún amuleto que lleves o pienses llevar cuando vuelvas a competir?
R.- No me gustan los rituales. Prefiero vivir el día a día, dar el máximo y que sea lo que tenga que ser.
P.- ¿Qué le dirías a los deportistas que atraviesan una lesión grave?
R.- Que sean fuertes, porque habrá momentos duros. Pero cada día se mejora un poquito. Hay que permitirse estar mal, pero hay que seguir luchando.
P.- ¿Te has sentido sola en este proceso?
R.- No, todo lo contrario. Decidir hacer la rehabilitación en Barcelona ha sido una de las mejores decisiones. He estado rodeada de familia y amigos que me han arropado en todo momento.
P.- ¿Quién ha sido la persona más importante en tu recuperación?
R.- Mi fisioterapeuta, Miquel Àngel Cos. Sin él, no habría conseguido nada. Le estoy eternamente agradecida.
P.- ¿Y tu entrenador, Ramón Cid?
R.- Es mi otra mitad. No sé qué habría sido de mí sin él. Me ha enseñado mucho, no solo como atleta, sino como persona. Le estaré siempre agradecida.
P.- ¿Cómo llegaste al atletismo?
R.- Por cabezonería de mi madre (Ríe). Me insistía todos los años hasta que finalmente probé… y me encantó.
P.- Tu comida favorita.
R.- Pizza casera.
P.- ¿Qué te gustaría hacer que el atletismo no te ha permitido?
R.- Disfrutar más con los míos. Me encanta mi vida como atleta, pero a veces me gustaría poder vivir una vida más «normal» en cuanto a reuniones familiares y planes con amigos.
P.- ¿Tu lema?
R.- Superarme cada día.
P.- ¿Qué sientes al pensar en tu regreso a la competición?
R.- Ganas, ilusión y… muchos nervios (Ríe). Todavía no hay fecha cerrada, pero estoy deseando volver.
P.- ¿Y a ganar?
R.- Cuando vuelva a ganar, lo celebraré con todos los que han estado conmigo en este proceso.
P.- Una frase para cerrar la entrevista.
R.- Voy con todo.