Koundé tumba al Madrid en la prórroga y permite al Barça ganar su 32ª Copa del Rey
Los culés doblegan a los blancos (3-2) en un igualado y emocionante choque que pudo caer para cualquiera de los dos

Ter Stegen y Araujo levantan la Copa del Rey en Sevilla. | Reuters
Este Barça es una máquina de ganar y aspira absolutamente a todo. Un gol de Koundé en la prórroga permitió a los de Flick hacerse con su 32ª Copa del Rey tras ganar al Real Madrid (3-2), que remontó y se puso por delante, pero que sucumbió al empuje de los culés en una gran final que pudo caer para cualquier lado y que solo estuvo manchada por los miles de seguidores blaugranas que volvieron a pitar el himno de España al comienzo del encuentro.
Los de Flick tumban al Madrid por tercera vez en lo que va de temporada, consiguen su primer título ‘grande’ y sueñan ya con el triplete. Los de Ancelotti, por su parte, sufren un duro varapalo, y solo aspiran a poder conquistar una liga para la que no dependen de sí mismos.
El partido arrancaba sin incidentes en un Estadio de la Cartuja que estrenaba reforma y que ahora sí sabe a fútbol, aunque con el ambiente caldeado. Había amenazado el Madrid con no presentarse a la final, tras las declaraciones en la previa del árbitro de VAR, González Fuertes, en las que dejaba entrever acciones contra el equipo blanco por sus vídeos en la televisión oficial. Pues tuvo que pasar media hora para que los de Ancelotti se hicieran notar en Sevilla. Justo lo que tardó en ponerse por detrás en el marcador, tras un golazo de Pedri desde la frontal.
El guion de partido hasta ese momento estaba siendo el previsible. El Barça, con la única novedad de Ferran Torres en lugar del lesionado Lewandowski, salió dominador y jugando al ritmo de Pedri y De Jong. Los blancos -con Mbappé en el banquillo con molestias- atrás, en bloque bajo, buscando correr a la espalda. Fue en una de esas cuando Bellingham estuvo a punto de dejar solo a Vinicius. Pero Cubarsí estuvo atento y logró anticipar. La bola llegó a Lamine Yamal que en un uno para uno en la derecha dio el balón al ‘8’ blaugrana, que la clavó en la escuadra. Una vez más, los de Flick dejaron claro que también saben correr y contragolpear.
El gol espoleó a los madridistas que, con más empuje que fútbol, tuvieron un par de arreones para firmar el empate. En el primero, Bellingham recibió de espaldas en el punto de penalti tras girarse logró batir a Szczesny. En el segundo, una carrera de Vinicuis acabó con el brasileño derribado en el área y con De Burgos Bengoetxea señalando penalti. En ambos casos, el fuera de juego evitó que los blancos se metieran en el partido. El Madrid estaba cayendo en la trampa de los culés que a punto estuvieron de hacer el segundo antes del descanso, tras un córner que Olmo estrelló en el poste.
El Madrid se ‘presentó’ en la segunda parte
En la segunda parte, ya con Mbappé en el campo, el Madrid salió con empuje, asumiendo riesgos y yendo a ‘morder’ arriba. Vinicuis volvió a disfrutar de las más claras, una de ellas tras una buena jugada de Bellingham, el mejor de los blancos. Sin embargo, Szczesny, con dos buenas paradas, detuvo las arremetidas del brasileño. La buena actuación del polaco se vio manchada por el gol de los blancos. Una falta en la frontal del área a media altura y a su palo que, tras tocar en el poste, se coló dentro. Era el empate y el fin a lo que habíamos visto hasta ahora.
Empezaba a sentirse el ‘adn Real Madrid’, ese del equipo que no juega finales, sino que las gana, a veces, sin saber muy bien cómo. Primero, una carrera de Vinicuis casi acaba con Mbappé remachando en boca de gol. Ya en el 77′, en un córner, Tchouameni dio la vuelta al marcador y adelantó a los madridistas tras entrar de cara y ganarle el salto a Koundé.
El Madrid se veía ya con el trofeo. Como suele ser habitual, Courtois volvió a salvar a su equipo tras un buen tiro de Lamine, desaparecido en la segunda parte, como todo el Barça. Sin embargo, el belga, que se volvía a erigirse como héroe, falló esta vez. Un balón largo a la espalda de Rudiger provocó que el guardameta se quedara a media salida. Ferran Torres, cazador, le regateó fácil e hizo el empate a puerta vacía.
Pudieron incluso los culés llevarse la victoria en el añadido. Reclamaron los de Hansi Flick dos penaltis. Uno de Rudiger a Ferran Torres y otro de Asencio a Raphinha. En el segundo, De Burgos Bengoetxea señaló el punto fatídico. Pero apareció el cuestionado González Fuertes, ese al que el Madrid pidió sustituir antes de la previa, para avisar de que el contacto del canterano blanco con el brasileño no era tal, algo que certificó el propio árbitro tras ver la repetición.
Ya en la prórroga, el cansancio y el miedo a perder hicieron mella en ambos equipos. Ferran Torres pudo poner a los blaugranas por delante, pero su reverso se marchó rozando el palo izquierdo de Courtois. En el 116′, un error en salida del Madrid fue aprovechado por Koundé que llegó en carrera desde atrás y sin pensarlo chutó a puerta. Raso, fuerte y colocado al palo derecho. Imparable, como los de Flick esta temporada.