Cómo entender el polémico acuerdo entre el Barça y la República Democrática del Congo
El acuerdo es substancial para la tensionada economía culé: el club ingresará unos 44 millones de euros

El presidente del Barça Joan Laporta. | Zuma Press
El FC Barcelona y el gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) han llegado a un acuerdo de patrocinio por cuatro años. Los equipos profesionales del club lucirán en la parte posterior de la camiseta de entrenamiento el lema «RD Congo-Coeur D’Afrique» (República Democrática del Congo, corazón de África). Además, el Spotify Camp Nou acogerá la Casa de la RDC en sus instalaciones.
El acuerdo es substancial para la tensionada economía culé: el club ingresará unos 44 millones de euros. Pero ha despertado suspicacias entre la sociedad civil congoleña debido a su precario nivel de vida, un hecho que diversos medios españoles han reflejado en su cobertura informativa.
Deporte de élite y branding territorial
El fútbol se ha convertido en una plataforma global para la promoción de marcas territoriales. Hay acuerdos de patrocinio que están suscritos en el marco de estrictas campañas de gestión de la marca turística (destination branding) –como el longevo acuerdo entre el RCD Espanyol y Riviera Maya (2011-2023)–, pero otros han de analizarse con más profundidad y desde la perspectiva de la geopolítica económica del deporte.
Igual que ya pasó en 2010, cuando el FC Barcelona se asoció con Qatar Foundation, el acuerdo del Barça con el gobierno de la RDC requiere un análisis más complejo.
El Barça explota su marca y su producción de conocimiento
En primer lugar, no hay duda de que la marca Barça continúa siendo una de las más valoradas de la industria del fútbol. Lo es, por ejemplo, por la capacidad que tiene de generar talento y conocimiento.
En este alto valor de marca –concretamente, 1 500 millones de euros según la consultora Brand Finance– radica el interés del gobierno de la RDC en asociarse con el FC Barcelona y así lo evidencia la nota de prensa emitida por el club. A través de las Barça Academies y el Barça Innovation Hub, el club catalán transferirá conocimiento a niños, jóvenes y adultos de la RDC con el objetivo de fortalecer la industria del deporte de ese país centroafricano.
La redefinición de la marca Barça en pleno siglo XXI se puede estructurar a partir de cinco territorios de marca (el lugar que ocupa la marca en la mente de su público objetivo): la producción de entretenimiento global, la gestión del big data, la innovación tecnológica, el simbolismo culé y, finalmente, la producción de conocimiento (sea deportivo, a través de su modelo de gobernanza o su gestión como líder del sector).
De un modo u otro, el club está sabiendo aprovechar este conocimiento para generar negocio. Además, África es un gran mercado aún por explotar y el fútbol profesional, guste o no, ha crecido históricamente bajo una lógica capitalista.
El gobierno de la RDC y su diplomacia deportiva
Es más complicado profundizar en la lógica de los intereses de la RDC en el marco de este acuerdo. Ciertamente, el incremento de la visibilidad de su marca turística –la vinculada al destination branding– gracias a la plataforma ofrecida por el club es el resultado medible más evidente. Barcelona y el Barça: una ciudad y su club.
No obstante, considerando algunas de las activaciones vinculadas al acuerdo, no cabe duda de que el gobierno de Kinsasa está desplegando una acción de diplomacia deportiva de primer orden: ofrecer a la masa de turistas y aficionados que visiten el Spotify Camp Nou los próximos cuatro años una exposición inmersiva (La Casa de la RDC) para «poner en valor la riqueza y diversidad del patrimonio cultural y deportivo congolés».
La cuestión geopolítica
Mientras el destination branding está enfocado a la promoción turística, la diplomacia deportiva impacta directamente en la esfera de la política exterior, las relaciones de poder y el poder blando. Y, en el marco de las tensas relaciones diplomáticas entre vecinos africanos, la RDC y Ruanda parece que han decidido llevar sus diferencias, también, a la arena deportiva.
Por un lado, Ruanda (con el lema Visit Rwanda) ya tiene acuerdos de patrocinio con varios equipos europeos como el París Saint-Germain, el Bayern de Múnich, el Arsenal o el Atlético de Madrid. Por el otro, la RDC lo ha hecho con el AC Milán, el Mónaco y el Barcelona.
La RDC dispone de entre el 60 y el 80 % de las reservas mundiales de coltán, el 50 % de las reservas mundiales de cobalto y un gran porcentaje de reservas de oro. Además, está considerado por la Comisión Europea como uno de los países estratégicos para el suministro de materias primas críticas para la transición ecológica y la transformación digital de Europa.
No obstante, el grupo rebelde tutsi Movimiento 23 de Marzo (M23) tiene bajo su control el suministro ilegal de minerales desde el este de la RDC hacia Ruanda, que a su vez los exporta. Si bien la RDC es uno de los principales productores de coltán del planeta, Ruanda es el mayor exportador, aunque casi no dispone de este mineral en su territorio.
Así, Kinsasa acusó al gobierno de Kigali de apoyar al M23, establecido al este del territorio de la RDC. Tras las tensiones, la RDC y Ruanda firmaron en Washington, el pasado 27 de junio, un tibio acuerdo de paz que tendría que devolver la estabilidad a la zona de los Grandes Lagos, no sin antes reacomodar las relaciones entre Estados Unidos, Rusia y China en el corazón de África.
Un compromiso con la sociedad civil congoleña
Por último, y aquí emerge la compleja narrativa del acuerdo entre el Barça y el gobierno de la RDC, ¿debería un club que dice querer «transformar el mundo en un lugar mejor» y actuar bajos los valores «del respeto, el esfuerzo, la ambición, el trabajo en equipo y la humildad» aliarse con un gobierno con altos índices de corrupción y escasa capacidad de gestión pública? La RDC es uno de los países con menos puntuación en el índice de calidad democrática de The Economist: con datos de 2024, tiene una puntuación de 1.92 sobre 10.
También, en 2010 el club desplazó a Unicef de su camiseta para aliarse con el emirato de Catar. Pero, atención, no todo es blanco o negro: críticas a parte, con el tiempo Catar se ha convertido en un país imprescindible como agente neutral en negociaciones de paz, participando también en las del gobierno de la RDC con el M23.
La cuestión solo podrá responderse escrutando a medio y largo plazo qué hace el FC Barcelona para mejorar la calidad de vida de los congoleños, el pueblo. Como se ha demostrado, el deporte es un activo necesario para las políticas de desarrollo global, y útil para fortalecer la cohesión social y el desarrollo comunitario, especialmente si se focaliza la acción en niños y adolescentes. Todo un reto en esta zona, políticamente tan inestable, del planeta.
Xavier Ginesta, Associate professor, Universitat de Vic – Universitat Central de Catalunya
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
