Un mes para recibir a Juventus y Barça: la catarsis madridista comienza en Kazajistán
La plantilla está tocada duramente en lo anímico después de su segunda gran derrota desde la llegada de Xabi Alonso

El Atlético de Madrid celebra un gol en el último derbi madrileño. | Susana Vera (Reuters)
Lo peor de un trayecto de diez horas a Kazajistán es que tienes tiempo de sobra para seguir repasando mentalmente los horrores derivados del derbi del pasado sábado en el Metropolitano. Una pesadilla que ayer aún se reflejaba en la cara de los futbolistas del Real Madrid durante su aterrizaje en el aeropuerto de Almaty.
Ni los motivados lugareños ataviados con el traje típico kazajo, ni tampoco los esforzados músicos tocando melodías populares lograron esbozar una mínima sonrisa entre la expedición merengue. Aun así, Mbappé y Bellingham se animaron a firmar autógrafos a la legión de aficionados que abarrotaban el hotel del equipo.
Algo digno de valorar en una plantilla tocada duramente en lo anímico después de su segunda gran derrota desde que Xabi Alonso gobierna la nave madridista.
Xabi en ‘modo Carletto’
Que el Madrid ha mejorado en orden, actitud y automatismos desde la llegada de Xabi al banquillo es algo tan incontestable como que en los dos grandes envites frente a PSG y Atlético de Madrid su escuadra ha naufragado sonoramente. Los cuatro goles endosados por los parisinos durante el Mundial de Clubes sumados a los cinco de los colchoneros en el derbi arrojan un preocupante global de nueve a dos en el marcador.
Ahora cabe preguntarse si Alonso cambió algo significativo en aquellos encuentros, y la respuesta es afirmativa. En el duelo capitalino, el tolosarra tomó dos decisiones inesperadas: meter de inicio a Jude Bellingham (aún sin ritmo) para sacrificar a Franco Mastantuono y sacar del terreno de juego a Arda Güler cuando estaba siendo el mejor del Real Madrid.
Destaco esto porque choca de frente con la casi impecable linea ‘meritocrática’ marcada por el vasco desde su llegada, al mismo tiempo que se aproxima a aquella de primar los galones por encima de todo elegida por su antecesor Ancelotti. Y digo «casi impecable» porque con el PSG en Estados Unidos sucedió algo parecido: Mbappé, recién salido de una gastroenteritis, saltó al césped de primeras, Jude pasó al medio por Valverde y Fede al sitio del lesionado Arnold en el lateral derecho.
Una serie de movimientos con aroma más funcional que ‘meritocrático’ que en las grandes noches, de momento, nos han dejado a un Xabi en modo Carletto. Pero ojo, ni mucho menos es el único responsable…
Sin tensión no hay derbi
Y es que los futbolistas tienen que hacer una profunda reflexión. El nivel de actitud e intensidad de la plantilla blanca (salvo honrosas excepciones) estuvo lejos de ser la esperada para un duelo de estas características y la tensión en los balones divididos y, sobre todo, en los aéreos fue inexistente.
Jugadores excelsos hasta la fecha como Huijsen y Carreras se vieron sobrepasados por el escenario y el doble pivote formado por Tchouaméni y Valverde superado ampliamente por Koke y Barrios. Yo, que pude vivir la contienda en directo, sólo aprecié un desempeño en lo anímico digno de un derbi en la rabia de Carvajal, Güler y Mastantuono. De Vinicius y Mbappé sólo chispazos de su enorme calidad, pero ausencia de liderazgo.
El entrenador, como director de orquesta es el primer y último responsable, pero el grupo debe reaccionar ya. Ancelotti se fue y llegó Xabi, pero ellos siguen y son los mismos que en 12 meses han perdido contra AC Milan (1-3), Liverpool (2-0), FC Barcelona (0-4,2-5,4-3,3-2), Arsenal (3-0), PSG (4-0) y Atlético de Madrid (5-2).
Lamentable Alberola
A todos estos desaciertos hay que sumar el lamentable arbitraje realizado por Alberola Rojas. Miró hacia otro lado (con el partido 1-2) cuando Nico Gónzalez clavó los tacos desde el gemelo hasta el tobillo de la pierna derecha de Carvajal: «Me han dicho que no era roja, ellos tendrán sus razones, las marcas de los tacos las tengo ahí».
Perdonó la expulsión a Sorloth, que ya tenía amarilla, cuando subió a la grada para celebrar el 2-2 con el Frente Atlético y señaló un penalti de Arda Güler sobre Nico Gónzalez (de nuevo) cuando en realidad debió de pitar libre indirecto por ‘juego peligroso’ tal y como indica la reglamentación. El máximo castigo anotado por Julián Álvarez supuso el 3 a 2. Una actuación decisiva del trencilla castellano-manchego cuyas resoluciones cayeron siempre del lado colchonero.
Poco se puede hacer ya, solo queda reaccionar para lo que viene y la catarsis comienza esta tarde en Kazajistán. En menos de un mes, Juventus y Barça visitan el Santiago Bernabéu…