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La lección que Yamal aprendió en el clásico: quien siembra vientos, recoge tempestades

Lamine no necesita esa soberbia para recoger los aplausos de su gente

La lección que Yamal aprendió en el clásico: quien siembra vientos, recoge tempestades

Dani Carvajal y Lamine Yamal durante el clásico. | Albert Gea (Reuters)

Fue una declaración tribunera, torpe, absolutamente innecesaria y, para más inri, Lamine Yamal la realizó en la antesala de un clásico. El contexto era la tertulia de la Kings League que protagoniza el archiconocido Ibai Llanos. En la misma el streamer le preguntó por el equipo que preside (el Porcinos) y Yamal estableció la polémica comparativa:

—¿Para ti Porcinos es el Madrid, ¿no?

—Sí, roban y se quejan —respondió el culé.

Pero la cosa no quedó ahí: «Tienes que marcar en el Bernabéu, ¿eh?», le dijo Llanos. «¡Pero si ya lo he hecho! ¿No te acuerdas? La última vez que he ido… ¿cuánto? ¡0-4!». Risas desatadas. 

Sobraba tal exceso de soberbia por mucho que fuera en tono de cachondeo. Primero porque Lamine no lo necesita para recoger los aplausos de su gente. Ya los tiene todos. Segundo porque es un chico muy querido, incluso entre muchos madridistas que lo admiran por la selección y que, ahora, se ha puesto en contra. Y tercero porque extramotivó al rival de forma gratuita encendiendo a una afición y un vestuario que, me consta, recibió molesto sus afirmaciones.

Vestuario molesto

La bomba de Yamal explotó el jueves por la noche y de inmediato corrió como la pólvora. Si mi móvil era un hervidero de madridistas indignados, no me quiero ni imaginar lo que eran los celulares de los jugadores del Real Madrid. Lo que sí les puedo contar de primera mano es que en el vestidor merengue no se hablaba de otra cosa en la mañana del viernes.

Las palabras de Lamine sentaron a cuerno quemado y, si bien no causaron una sorpresa excesiva conociendo al protagonista, sí supusieron un acicate extra para buscar la venganza sobre el verde y pasar las facturas correspondientes al joven talento blaugrana. La prueba de lo que les cuento se produjo durante el pitido final del encuentro. 

La venganza de Carvajal y Vini 

El primero en acudir a pasar la factura fue Dani Carvajal. Capitán de la selección española, pero ante todo cabeza visible del Real Madrid, que le hizo el gesto de que hablaba demasiado, y que tanto había piado que ahora se la tenía que comer. 

Yamal, visiblemente indignado, se dio la vuelta para enfrentarse a Dani, pero en su camino se cruzaron Camavinga y Courtois. Y en estas apareció Vinicius que, desatado, le replicó lo de Carvajal mientras Rapinha, vestido de paisano, trataba de impedírselo. Una tangana que logró ser desactivada por los cuerpos técnicos y personal de seguridad y que, en lo físico, quedó ahí, pero en lo verbal, tuvo sus ecos en la zona mixta. 

De Jong y lo indefendible

De Jong fue el futbolista elegido por el Barça para dar la cara ante los medios en el Santiago Bernabéu. Y lo cierto es que tuve un intenso pero educado careo con él. Les cuento. El holandés (muy correcto) venía con la lección aprendida y su relato apuntaba a dejar a Carvajal como el malo de la película: «Son compañeros de selección. Carvajal le podía haber llamado y decirle eso. No hacía falta hacerlo en el estadio con la gente». A lo que yo le interpelé que quizá «Yamal podía haber hecho lo mismo, ya que eligió un escenario de millonaria audiencia como la Kings League».

De Jong siguió firme en su idea y un servidor trató de explicarle que Dani hablaba como capitán en nombre del madridismo. No nos pusimos de acuerdo… Y no me extraña porque no logro entender su argumentación. Según la teoría de Frenkie, Carvajal debía de haberse quejado de ‘tapadillo’ mientras que Yamal podía soltar semejante faltada en público. No es coherente. 

¿Crecido?

Miren, esto es mucho más fácil. Hace unos meses, y tras actitudes similares, le preguntaron a Yamal si estaba demasiado crecido. A lo que el chico respondió que «mientras gane, nadie puede decirme nada». Pues bien, esta vez perdió. Y en el fútbol, cuando palmas, tus críticos y tus rivales (sobre todo cuando los has picado en la previa) te están esperando.

Lamine es joven, cierto. Y los jóvenes tienden a equivocarse, con lo cual se puede tener un mínimo de comprensión. Lo aceptamos todos, pero al mismo tiempo debe asimilar que es la estrella del Barça y aprender una valiosa lección: quien siembra vientos, recoge tempestades. Y más si decides calentar el ambiente en la previa de un Clásico…

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