Atascado y atracado: así se siente el Real Madrid antes de visitar al Athletic

El Madrid de Xabi Alonso sigue en caída libre. Los tres empates consecutivos lejos del Bernabéu ante el Rayo, el Elche y el Girona han derivado en nefastas y previsibles consecuencias. La primera, perder la punta del campeonato en favor de un dubitativo FC Barcelona. La segunda, el aumento de las dudas sobre una plantilla y un técnico que no logran encontrar un punto de convergencia que los guíe hacia el buen juego y las victorias.

Y es que en los últimos cinco partidos sólo ha sido capaz de vencer al Olympiacos del Pireo. El resto han sido las comentadas igualadas y la derrota en Anfield contra el Liverpool. Una triste seguidilla a la que todavía le queda una última parada mañana en San Mamés donde espera el Athletic de Valverde. Los vascos, aunque vienen de ganar al Levante, no andan bien. Pero da la impresión de que cualquier conjunto medianamente motivado puede meter en problemas a este atascado Real Madrid.

Sin ultimátum para Xabi  

No estamos, ni mucho menos, en una situación de ultimátum para Xabi Alonso. Con su equipo vivo en el campeonato local (a un sólo punto del Barça) y clasificado en el top 8 de la Champions, el tolosarra puede aferrarse aún a los resultados globales, pero el ambiente general está repleto de dudas. 

Interrogantes a los que su plantilla decidió dar carpetazo en Grecia sobre el verde y saliendo en bloque a apoyarle en la zona de entrevistas tras el partido. Lo hizo Mbappé pidiendo «proteger al entrenador», también Camavinga en las televisiones internacionales y Fede Valverde en su Instagram. Incluso el propio Xabi se abrazó a Vinicius sobre el césped heleno en lo que parecía la firma pública de un armisticio. 

Gestos, hasta donde sé, para nada casuales, sino encaminados a buscar un vínculo grupal que les haga salir del bloqueo mental y futbolístico en el que se encuentran inmersos. Los futbolistas esta vez, al contrario que en Elche, Anfield o Vallecas dieron la cara por su técnico en Girona a nivel actitudinal, pero no bastó. El problema de fútbol persiste y el de los arbitrajes va en aumento.     

Indignación arbitral 

En el Madrid «no salen de su sorpresa» con el arbitraje ejecutado por Ricardo de Burgos Bengoechea en el campo y Pulido Santana desde el VAR en Girona. En concreto, se lamentan de dos acciones que consideran «decisivas».

La primera es la falta previa al gol gerundense de Ounahi que sufre Kylian Mbappé (y que al ser sobre la línea sería penalti) por parte de Alex Moreno. Desde Concha Espina entienden que el árbitro «podría no haberla visto en directo», pero esto les lleva a preguntarse: «¿Para qué está el videoarbitraje?». El encargado de la tecnología, el canario Pulido Santana, en ningún momento avisó a su colega Bengoechea para que revisara el origen del primer gol que subía al electrónico.

Pero la cosa no queda ahí. En el minuto 80 y con empate en el marcador, Rodrygo se interna en el área, regatea a su oponente y recibe una zancadilla que le impide avanzar cayendo al suelo. De Burgos Bengoechea no castiga la acción desde los 11 metros. Mutismo de Pulido desde el VAR. El lío estaba montado. 

En la zona mixta la prensa lanzó la pregunta voz en grito cuando pasaba el brasileño. «¿Era penalti, Rodrygo?». «¡Claro!», contestó el de Osasco. Es la respuesta de alguien, que como su club, se siente ultrajado.  

Triste récord para Rodrygo 

No corren buenos tiempos para el canarinho. Como será la cosa que Rodrygo ha igualado la peor racha sin marcar de un delantero en toda la historia del Real Madrid. 30 son los encuentros. Comparte la sonrojante estadística con Mariano Díaz.

Estriba una diferencia entre ambos, eso sí. Mariano disputó 986 minutos en aquellos partidos. Rodrygo suma 1339. Por delante sólo permanece Marañon con 1416 minutos sin anotar, aunque acumulados en menos duelos (29). Mañana en Bilbao, ‘Rodry’ podría poner fin a este infausto lapso si ve puerta. Curiosamente en el escenario donde abrió el marcador la última vez que su Real Madrid logró vencer allí el 12 de agosto del 2023. 

Un gol que (quizá) serviría para salir del atasco y olvidar el atraco…