Por qué la victoria de Carlos Sainz en Silverstone es más importante de lo que parece
El resultado está repleto de significado, no solo por ser la primera vez que consigue estos logros, sino porque afianza su imagen a nivel interno
Se hizo esperar, pero el mazazo que Carlos Sainz ha dado en el tablero de la Fórmula 1 ha sido espectacular por una triple razón: a bordo de un Ferrari, en casa del resto de la mayoría de contendientes y justo en Silverstone, donde nació la especialidad hace setenta y tres años. Muchos echaban en cara del madrileño su tardanza a la hora de ganar carreras sin ser conscientes de su permanente avance, que nunca da pasos atrás, y que si había un año en que esto podía ocurrir iba a ser este. Tiene coche, Ferrari parece dar pequeños pasos hacia la necesaria excelencia que ya conoció hace años, y todas las estrellas se confabularon para que ocurriese. Cuando estas cosas ocurren a los que recaudan títulos lo llaman ‘la suerte de los campeones’, pero no se trata más (y nada menos) que de hilar una concatenación de circunstancias para que todo salga bien. El pasado domingo todo salió mejor que bien a Carlos Sainz hasta el punto que cuando cruzó la meta era el poseedor de la Vuelta Rápida en carrera. Un acertado Lewis Hamilton, que parece dejar atrás los problemas de su Mercedes, se la arrebató en un último giro electrizante con luchas entre varios pilotos.
La carrera de Sainz en el Gran Premio de Inglaterra pudo ser discutible, no perfecta, pero al final son los resultados contantes y sonantes los que escriben la historia y la victoria sí que no admite discusión alguna. Tardó, pero llegó a base de encadenar muchos pequeños eventos. El primero fue el que marcase el mejor registro durante los entrenamientos clasificatorios del sábado con pista mojada; supo sacar más partido que nadie de unas circunstancias duras para todos. Lo segundo fue un golpe de suerte al repetirse la salida de la carrera. En la primera se produjo un aparatoso accidente múltiple provocado por George Russell antes incluso de llegar a la primera curva. En el mismo se vieron implicados cinco pilotos y el que se llevó la peor parte fue el chino Guanyu Zhou. El corredor de Alfa Romeo volcó su coche, que se deslizó boca abajo por la pista a toda velocidad y sin control alguno, para estrellarse contra las protecciones, sobre las que saltó. Por fortuna no hubo daños personales para Zhou, y aunque fueron leves para Alex Albon, fue trasladado a un hospital cercano donde quedó en observación. Tras la suspensión temporal de la prueba, en la resalida, Sainz tuvo la suerte de la que no disfrutó en la primera ocasión.
Actuaciones como la de este Gran Premio muestran a las claras que no puede despistarse demasiado porque como sume una avería y otro mal resultado, le pueden devorar sus vecinos de tabla
Si en el inicio no pudo sujetar al siempre correoso Max Verstappen, esta vez sí que pudo escapar de sus garras. La prueba fue divertida y variada a la hora de elegir a su ganador y Charles Leclerc, Max Verstappen o Lewis Hamilton estuvieron a pique de llevársela. Un Safety Car en el último cuarto de la prueba quiso que el grupo de cabeza se compactase y se vieran luchas de los citados, más un Fernando Alonso que sobresale de la medianería del pelotón, y que acabó quinto. En esta última parte de la prueba Sainz pudo escapar del grupo perseguidor para cruzar la meta a casi cuatro segundos del resto, con el mexicano Checo Pérez segundo, y Hamilton tercero. Verstappen no partía en principio como favorito en esta carrera, pero muchos esperaban de él más que el séptimo puesto recaudado. Perdió muchos puntos y le comen terreno en la tala clasificatoria tanto su compañero de equipo Checo Pérez como los dos pilotos rojos, situados justo a continuación. Con doce carreras aún en el calendario, pocos piensan que Max Verstappen pueda perder el liderato; incluso el ex piloto Mark Webber ha declarado que le ve con el título bajo el brazo a tres carreras del final. Pero actuaciones como la de este Gran Premio muestran a las claras que no puede despistarse demasiado porque como sume una avería y otro mal resultado, le pueden devorar sus vecinos de tabla.
En cuanto a Carlos Sainz, un piloto acostumbrado a dar pequeños pasos pero firmes y constantes, este fin de semana ha logrado su primera pole position y su primera victoria. El resultado está repleto de significado, no solo por ser la primera vez que consigue estos dos logros, sino porque afianza su imagen a nivel interno. Además, refuerza una moral a la que algunos críticos disparan y echando en cara que no consiguiera lo que acaba de atesorar, y avanza en una tabla en la que aún tiene mucho que aportar a su equipo y a sí mismo. Carlos nunca ha dado pasos hacia atrás desde que está en la Fórmula 1, y es por eso que resulte fácil pensar que este avance personal le haya ayudado a elevar el listón una vez más, tal y como ocurre desde que llegó a la máxima categoría. Si este año lo empezó de forma dubitativa y con alguna que otra carencia, esto parece haber sido dejado atrás desde la prueba de Canadá. Todo ello indica que el madrileño se encuentra en un proceso ascendente que deja rastro incluso a nivel interno. El propio Carlos pidió a su equipo corregir la estrategia con palabras claras y contundentes a la hora de andar tocando el orden de precedencias con su compañero Leclerc. El resultado final le dio la razón. Carlos Sainz se embolsa la victoria número 33 para un piloto español en la Fórmula 1, y la primera que no recae sobre la figura de Alonso.
Próxima parada: Gran Premio de Austria, el fin de semana próximo. Una pista donde Red Bull, que corren en una pista propiedad de la bebida energética que da nombre a la escudería, quieren dar la campanada y alejarse de los Ferrari en lo posible. No hay que olvidar que las dos pruebas disputadas allí en 2021 fueron ganas por Verstappen, que cuando corre enrabietado, suele ser letal para el resto, y no se fue de Silverstone encantado precisamente.