Hamilton amenaza con superar el legado de Schumacher en busca de su «obra maestra»
El heptacampeón del mundo afronta su capítulo final en la Fórmula 1 en búsqueda de su octavo título mundial
El 1 de febrero de 2024 explotó la bomba que conllevó la sinergia entre uno de los pilotos más laureados de todos los tiempos: el heptacampeón del mundo Lewis Hamilton y la escudería más prestigiosa de la historia con 15 títulos, Ferrari. El piloto británico, ganador de 105 Grandes Premios en la competición, comienza su capítulo final en la Fórmula 1 dentro del equipo en el que todos quieren acabar -o empezar, o simplemente estar- en busca de su octavo título y consagrarse como el piloto más ganador en la historia de la competición: «Estoy trabajando en mi obra maestra, y todavía no la he terminado».
El piloto británico y la escuadra italiana anexionan sus caminos para poner fin a sus respectivas sequías ganadoras, aunque una de las partes lleva bastante más tiempo que la otra sin ganar. Hamilton en su andadura con Mercedes firmó el dominio más aplastante de la Fórmula 1 desde el comienzo de la era híbrida en la competición, con seis mundiales de pilotos conseguidos en 12 años, el último conseguido en 2020. Por la otra parte, Ferrari lleva desde el año 2008 sin levantar el título, aunque la Scuderia se quedó a las puertas en la última carrera de la pasada temporada en la pugna por el Mundial.
Hamilton ingresa en Ferrari con la misión encomendada de retornar la gloria a Maranello, la misma que recibió Michael Schumacher en su debut con la rossa. Sin embargo, el ‘Kaiser’ se encontró con un equipo en cuidados intensivos y con la urgencia de ganar, algo muy distinto a lo que se respira en Ferrari a día de hoy. La llegada de su nuevo director técnico, Fred Vasseur, ha favorecido a redirigir el rumbo de la escudería tras un exponencial crecimiento en los dos últimos años, que le han llevado a Ferrari a pelear el título en la última ronda del campeonato después de doce años y posicionarse como favorita para ganar en 2025.
El británico llega a Ferrari cuando la escudería parece verse preparada para estar a la altura el próximo año, todo lo contrario que Schumacher, quien ejerció al rescate de un equipo con una grave crisis ganadora al que solo le quedaba su nombre. Existe cierta intencionalidad por parte de aficionados tifosi del fracaso de Hamilton para salvaguardar el legado de Schumacher. Ambos ingresaron de distintas formas pero con el mismo objetivo: hacer ganar a Ferrari. El ‘Kaiser’, ganador de siete títulos y 72 Grandes Premios con la rossa, siempre priorizó el bien colectivo al individual y dejó caer que no hay nada más grande que la victoria de Ferrari: «Los récords siempre estuvieron para batirlos», decretó en una de sus últimas entrevistas en la Fórmula 1.
«Andiamo»
Si hay algo por lo que destaca Lewis Hamilton, es por tener el don del oportunismo y ser el rey del momentum -la antítesis de Fernando Alonso-, ya que en todo momento supo elegir, ante todo pronóstico y crítica, sus futuros equipos en busca del coche ganador. En 2013, precisamente un joven Hamilton usurpó el asiento de Schumacher en Mercedes tras abandonar McLaren, un equipo de media tabla que no prometía luchar por victorias: «Seguí mi instinto y toda la gente del deporte me dijo que fue la peor decisión y que mi carrera estaría acabada». Posteriormente, el británico consiguió sus siguientes seis títulos que le hicieron igualar en Mundiales al otro piloto más ganador de la historia de la competición, Schumacher. En 2025, ha tomado la decisión de ir al equipo rojo en busca de conseguir algo especial.
«No podría estar más entusiasmado por el año que viene. Fichando por Ferrari, hay mucho en lo que reflexionar. A todos aquellos que estén considerando su próximo paso en 2025: acepten el cambio. Ya sea que estén cambiando de industria, aprendiendo una nueva habilidad o simplemente asumiendo nuevos desafíos, recuerden que la reinvención es poderosa. Su próxima oportunidad siempre está a su alcance. Brindemos por 2025: un año para aceptar nuevas oportunidades, mantener el hambre y avanzar con un propósito. Hagamos que sea un año para recordar. Andiamo», anunció el británico por LinkedIn ya como piloto de Ferrari.
Al más puro estilo Ferrari
El heptacampeón del mundo, nada más concluir su historia con Mercedes a final de la pasada temporada, tomó la decisión de declinar la protocolaria invitación de Ferrari en los tests de postemporada en Abu Dabi -fase del año en la que los pilotos exiliados a otros equipos experimentan por primera vez con sus futuros monoplazas- para disfrutar de su primera toma de contacto con un Ferrari en Fiorano, sede oficial de la escudería italiana: «Conducir un Ferrari por primera vez en Abu Dabi no es una perspectiva que me emocione. Podría extrañarlo en términos de aprendizaje, pero haremos todo lo posible para recuperar el tiempo perdido».
El británico comenzará su andadura en Fiorano de la forma más italiana y pasional posible, momento en el que disfrutará de 1.000 km de rodaje antes de los tests oficiales de pretemporada en Baréin, para prepararse frente a los retos que tendrá esta temporada. Sobre todo, al del otro lado del garaje, donde está el chico que lleva respirando Ferrari desde los 15 años, cuando fue fichado por la academia de pilotos en categorías inferiores, Charles Leclerc.
El monegasco podrá hacer de «malo» en la película de la «obra maestra» de Hamilton en la búsqueda de su octavo título mundial. Leclerc dará todo y más para que si cae un título en Ferrari, sea a su lado del garaje en su séptima campaña como piloto titular en el Gran Circo. De ser que las previsiones para el 2025 se cumplan y Ferrari se presente como favorita al título, se avecina una de las campañas más emocionantes en toda su historia contemporánea. Sobre todo, porque el drama es propenso a aparecer en la última carrera de las temporadas previas a regulaciones -en este caso, la de 2026-, como ya sucedió en la final de Abu Dabi en 2021 cuando Max Verstappen le arrebató el título a Hamilton en la última vuelta y que dio lugar a esta película del propio británico en búsqueda de la redención.
Si Hamilton es capaz de aguantarle el pulso a su compañero de equipo en las primeras carreras del año, habrá chances de que su «obra maestra» tenga sus últimas pinceladas y pueda ser expuesto eternamente en los museos de automovilismo. Su hándicap está en la aclimatación hacia un nuevo lugar, una nueva filosofía y un nuevo equipo, sobre todo, la escuadra donde más presión existe de toda la Fórmula 1, el lugar donde las victorias son más dulces y las derrotas más amargas, Ferrari. Si es capaz de aguantarle el pulso a su compañero de equipo, quien ya sabe desde hace años cómo se siente al estar ahí, el conflicto fratricida está servido y es cuestión de esperar hasta el 16 de marzo, el GP de Australia, donde los dos pilotos de rojo afrontarán el comienzo de su camino hacia su sueño vital, ganar su primer Mundial con Ferrari.