El polémico partido que se suspendió dos veces por los cánticos racistas de los fanáticos búlgaros
El presidente de la Asociación Inglesa de Fútbol, Greg Clarke, demanda a la UEFA para que investiguen estas acciones y se pongan sanciones «serias» en contra del equipo búlgaro
El partido clasificatorio Euro 2020 entre Inglaterra y Bulgaria celebrado este lunes, que terminó 6-0 a favor de los ingleses, se detuvo hasta en dos ocasiones por las actitudes racistas de los hinchas búlgaros contra los ingleses. Durante el partido, los fanáticos hacían gestos fascistas dirigidos a los jugadores británicos que encabezan los movimientos antirracistas en el fútbol.
Una primera pausa llegó en el minuto 28 cuando el partido iba a 2-0. Un anuncio del estadio condenó esta situación y declaró que el partido podía suspenderse si este tipo de actitudes continuaban. No obstante, en el minuto 43 se produjo una segunda suspensión. Los jugadores del Inglaterra consideraron abandonar el campo, pero decidieron quedarse.
El presidente de la Asociación Inglesa de Fútbol (FA), Greg Clarke, ha demandado a la UEFA para que investiguen estas acciones y se pongan sanciones «serias» en contra del equipo búlgaro. Clarke afirmó que «presenció las actitudes racistas de primera mano» y que «dichos comportamientos habían dejado a varios jugadores y varios miembros del personal del equipo visiblemente molestos». «Escuché ejemplos de atroces cánticos racistas«, añadió.
«Tenemos un equipo de jugadores y un personal multirracial», dijo el presidente de la FA. Tras el partido, el presidente habló con el entrenador del equipo, Gareth Southgate, a quien le ofreció todo su apoyo. Clarke espera que la UEFA realice «una revisión exhaustiva del incidente».
El defensa inglés Tyrone Mings confesó a la BBC Radio 5 Live que «justo antes del final de la primera mitad, el siguiente paso apropiado hubiese sido regresar el vestuario«. Sin embargo, decidieron volver al campo.
Bulgaria ya fue sancionada por comportamientos racistas de los hinchas durante las eliminatorias en junio de este año contra Kosovo y República Checa. Antes del partido, el delantero inglés Tammy Abraham dijo que «los jugadores estaban preparados para salir a jugar aunque fueran atacados».
La UEFA tiene un protocolo de tres pasos, introducido en 2009, para tratar incidentes racistas en los partidos. En primer lugar, el árbitro puede exigir la detención de un partido si existen comportamientos racistas. El segundo paso es que el árbitro puede mandar a los jugadores a los vestuarios por un periodo de tiempo. Tras tomar esta decisión, si los comportamientos racistas continúan, el árbitro puede ordenar la suspensión total del partido.
En este incidente, se dio tan solo el primer paso. A los jugadores del Inglaterra se les preguntó si deseaban salir del campo. Southgate señaló: «Les expliqué a los jugadores que, si sucedía algo más en la segunda mitad, saldríamos». «La segunda mitad fue más tranquila y eso permitió a nuestros jugadores terminar el partido», declaró.