El mundo del fútbol se ha revolucionado después de que 12 de los clubes más importantes de Europa, entre los que se encuentran el Real Madrid, el F.C. Barcelona y el Atlético de Madrid, hayan anunciado un acuerdo para la creación de una nueva competición, la Superliga, en la que participarán desde el próximo agosto hasta 20 equipos, con partidos entre semana para respetar las competiciones nacionales.
Por qué te lo contamos: el anuncio de la creación de la Superliga ha desatado una serie de reacciones en contra de esta competición. Los organismos que regulan el fútbol europeo e internacional, así como las ligas nacionales, han calificado la Superliga de competición disidente y la UEFA ha anunciado que se podrán tomar medidas de castigo para enfrentar cualquier fuga de clubes de otras competiciones.
«De cara al futuro, los Clubes Fundadores esperan mantener conversaciones con la UEFA y la FIFA buscando las mejores soluciones para la Superliga y para el conjunto del fútbol mundial», reza el comunicado de la nueva competición.
Junto a los tres clubes españoles, los fundadores de una Superliga que revoluciona el panorama futbolístico europeo son los italianos Milan, Inter de Milán y Juventus y los ingleses Liverpool, Manchester City, Chelsea, Manchester United y Tottenham. Próximamente habrá tres equipos más invitados, entre los que se espera al París Saint-Germain francés.
La creación de la nueva Liga es una respuesta a «la inestabilidad del actual modelo económico del fútbol europeo» a causa de la pandemia. «Durante años, los Clubes Fundadores han tenido como objetivo mejorar la calidad y la intensidad de las competiciones europeas existentes y, en particular, crear un torneo en el que los mejores clubes y jugadores puedan competir entre ellos de manera más frecuente», defienden sus creadores.
De esta forma, apuntan que con «una visión estratégica y un enfoque comercial», el objetivo es «aumentar el valor y las ayudas en beneficio de la pirámide del fútbol en su conjunto», ofreciendo partidos de mayor calidad entre clubes grandes que aportarán «recursos financieros adicionales para todo el mundo del fútbol».
Cómo funcionará la Superliga
El formato de la nueva competición anunciada es el de 20 participantes: los 15 fundadores más cinco equipos que se clasificarán anualmente en función de su rendimiento. Los partidos se jugarán entre semana para respetar a las respectivas ligas nacionales y la primera edición se iniciaría el próximo mes de agosto.
Los equipos serán divididos en dos grupos de diez y disputarán partidos de ida y vuelta. Los tres primeros de cada grupo se clasificarán automáticamente para los cuartos de final, mientras que los que acaben en cuarta y quinta posición jugarán un playoff adicional a doble partido. La final será en mayo en una sede neutral.
Los planes de la Superliga son comenzar con el formato para el fútbol masculino y ayudar «al avance y desarrollo del fútbol femenino», iniciando también la competición «tan pronto como sea posible».
Los pagos de solidaridad serán mayores que los actualmente generados por el sistema europeo de competición y se prevé que superen los 10.000 millones de euros a lo largo del periodo de compromiso de los clubes. Los fundadores recibirán, en conjunto, un pago de una sola vez de 3.500 millones de euros dedicado únicamente a acometer planes de inversión en infraestructuras y compensar el impacto de la pandemia del coronavirus[contexto id=»460724″].
Rechazo de la UEFA y las ligas nacionales
El esperado anuncio de la creación de la Superliga ha provocado numerosas reacciones y una oposición frontal de UEFA, las federaciones y ligas inglesa, española e italiana, que han emitido un comunicado para «detener este proyecto cínico».
En el comunicado, se muestran dispuestas a usar «todas las medidas» para enfrentar cualquier fuga de clubes. «Se prohibirá a los clubes en cuestión jugar en cualquier otra competición a nivel nacional, europeo o mundial, y se podría negar a sus jugadores la oportunidad de representar a sus selecciones nacionales», dice la UEFA.
La FIFA, por su parte, ha expresado a través de un comunicado su «desaprobación a una liga europea cerrada y escindida». La FIFA indica que «desea aclarar que se mantiene firme a favor de la solidaridad en el fútbol y de un modelo de redistribución equitativa que pueda contribuir al desarrollo del fútbol como deporte, especialmente a nivel mundial, ya que el desarrollo del fútbol mundial es la misión principal» del organismo.
Son numerosas las voces, entre ellas las de futbolistas y políticos, que han acusado a los clubes de moverse impulsados por la codicia y de ir en contra de los principios de solidaridad y retribución financiera equitativa en el mundo del fútbol.