LaLiga, lista para dar el gran golpe al negocio de la televisión
La patronal del fútbol ha desplegado paso a paso una estrategia para saltarse la intermediación de plataformas como Telefónica
«No quiero ser el culpable de arruinar a Telefónica». Recuerdo un viaje al Sportel de Singapur en marzo de 2018. Tiempos prepandémicos, felices, con los equipos españoles, además, dominando Europa. Javier Tebas acudía a la cita, una de las principales convenciones mundiales de deportes y medios de comunicación, como presidente de LaLiga… justo después de que los clubes decidieran blindarlo con un salario de futbolista (más allá del millón de euros anual) para que no se lo llevara el Calcio, que le había lanzado el anzuelo. El objetivo del evento era vender el fútbol español en el floreciente mercado asiático, pero quedaban solo unas semanas para la subasta de los derechos audiovisuales de LaLiga de 2019 a 2022 y todos nos habíamos traído la tensión en la maleta. En las negociaciones, Telefónica lloraba y Tebas no cedía, marcando sello propio con el dardo irónico del principio: las comillas son (muy) suyas. En los pasillos de la Sportel me aseguró que las grandes plataformas dicen una cosa en privado y luego en público hablan para los accionistas, los fondos, los bancos… Pero no quedaba otra que aguantar el regateo: ahí está la parte del león del negocio del fútbol. ¿O sí quedaba otra?
Esa otra era Internet, claro (y es y tiene pinta de seguir siéndolo durante un buen rato). Tres años antes había llegado a España una cosa de resonancias más bien friqui llamada Netflix. Al principio, muchos se mostraban escépticos, pero algunos ya le veían futuro a eso de vender de otra manera contenidos audiovisuales tradicionales: películas, series… ¿Y el fútbol? Netflix, y las que vinieron después, no se han atrevido con tanto, con la mínima excepción del enigmático DAZN. De momento. Todo hace indicar que terminarán haciéndolo, pero ¿por qué no se les adelanta la misma LaLiga? No parece mala idea deshacerte del intermediario y vender directamente tu producto. Solo necesitas la tecnología y la red comercial, claro. Tebas no lo veía claro por entonces. O, al menos, no quería que a mí me lo pareciera. Según él, las aplicaciones de emisión en streaming por internet (las OTT, en la jerga ad hoc) solo eran una forma más de llegar a los aficionados, embrionaria además. Sin embargo…
La última subasta de la liga inglesa previa a aquel Sportel había sido a la baja (recordemos que estábamos todavía en la feliz época prepandemia). En el mundillo empezaba a menudear el comentario de que la fórmula tradicional de venta a grandes plataformas se acercaba a marchas forzadas al agotamiento. Mientras, en el Nasdaq, todo lo relacionado con Internet seguía en todo lo alto. En Singapur, Tebas tenía la agenda repleta de reuniones con todo tipo de gente para expandir su producto por Asia. Entre ellos, una empresa llamada DAZN, que se vendía como el futuro «Netflix del fútbol». Interesante. Pero el rumor quizá más picante que empezó a circular por los pasillos conforme el evento avanzaba fue el de un proyecto de OTT propia que LaLiga estaría empezando a pergeñar para tantear el terreno.
El experimento se convirtió un año después en LaLiga Sports TV, una (de momento) modesta web en la que se podían ver gratis varios deportes minoritarios con los que LaLiga oficia como mecenas. Sin demasiado ruido, empezó a calibrar su tecnología y adquirir experiencia de gestión, hasta que en septiembre pasado dio un saltito más en forma de suscripción premium a determinado material: la Liga Nacional de Fútbol Sala, la Liga ASOBAL de balonmano, la LEB ORO de baloncesto, la ONE Championship de lucha y el exótico fútbol de la Champions League de Asia y la Liga Premier de Rusia. Ya de pago, pero con precio modesto: 2,99 euros al mes o €19,99 al año. Mientras, el surf, el kárate, el atletismo, el triatlón o la petanca, entre otros deportes, siguen siendo gratis, y se van incorporando otros como el vóleibol o el hockey hielo que van sumando un goteo de espectadores.
LaLiga ya disimulaba cada vez menos su flechazo con el streaming. En el SportsPro OTT Summit de Madrid, José Carlos Franco, director general del departamento de inteligencia empresarial y análisis de LaLiga, dejó caer que, en los próximos diez años, más del 50% de los ingresos audiovisuales llegará a través de los servicios de OTT. Además, apuntó un matiz muy interesante: la OTT no solo te ofrece una plataforma alternativa a las telefónicas de turno, sino que abre nuevos horizontes gracias al análisis de datos que permite su software de interacción con los aficionados. ¿Estación de destino: el metaverso? Puede ser, pero (otra vez, de momento) no hay que irse tan lejos. La gran industria global de hoy es YA el trasiego de datos.
Entonces llegó el momentazo CVC. El fondo de inversión que Tebas trajo a LaLiga contra viento, marea y Florentino Pérez supuso sobre todo una inyección importante de liquidez en las arcas de los clubes, tan castigadas por el coronavirus. Pero el verano pasado El Confidencial levantó la noticia de que, además, se ha involucrado directamente en la puesta en marcha de esa OTT para que los aficionados puedan ver directamente el fútbol español profesional (y solo el fútbol) sin tener que contratar los caros paquetes que comercializan los (de momento) únicos operadores que lo ofrecen, Movistar y Orange, con contrato hasta 2026. Al parecer CVC ha sondeado el mercado y descubierto que, por ejemplo, el 35% de los usuarios de Vodafone, uno de los grandes operadores que no ofrecen hoy por hoy el fútbol entre sus servicios, pagaría por él si lo tuviera accesible, y el 50% por lo menos se lo pensaría.
La información de El Confidencial habla de una aplicación tipo DAZN (¿recuerda aquellos locos que se vendían en Singapur como «el Netflix del fútbol?»), dedicada exclusivamente al deporte. La cosa quedó en proyecto muy prometedor, pero no factible… de momento. Además de que Florentino sigue emperrado contra CVC, se echaba encima la subasta de derechos para las temporadas 2022-2023 a la 2026-2027, con lo que hubo que tirar por los de siempre, con un añadido interesante: en diciembre se los llevaron por 4.950 millones de euros la eterna (de momento) Telefónica y… DAZN. Luego, al reorganizar la comercialización, entró también Orange.
Pero la idea de fondo de la independencia sigue en marcha, con la posible vía intermedia, ideal para ir avanzando, de vender partidos sueltos a terceros especializados en streaming como Amazon y Prime video, con los que LaLiga tiene contacto permanente; de hecho, el mismo Tebas pone como ejemplo el reciente contrato con la Ligue 1 francesa de Amazon Prime, que cobra solo 13 euros a cambio del fútbol (y solo el fútbol). En Estados Unidos, ese desembarco ya es un hecho. NFL, MLB y NBA están negociando con varios de estos killers de Internet, entre los que Apple se está mostrando especialmente agresivo, pero tampoco renuncian al sueño de su propio servicio de streaming. Hace unos días, Brian Rolapp, responsable de la relación con los medios de la NFL, reconoció que la posibilidad esta «en consideración».
En ese sentido, LaLiga ha dado un zarpazo que puede ser definitivo. La semana pasado anunció que «LaLiga Pass, la OTT de LaLiga para ofrecer toda la competición de LaLiga Santander y LaLiga SmartBank, así como otros contenidos exclusivos, será pronto una realidad en Indonesia y Tailandia». Se cierra el círculo de aquel viaje a Singapur. Dos zonas clave en la expansión por Asia servirán además como laboratorio para la verdadera madre del cordero que se estaba asando ya entonces: «Ambos países se convertirán, durante el mes de abril, en los primeros que tendrán disponible LaLiga Pass para sus dispositivos móviles y televisiones», decía la nota oficial de LaLiga, antes de dar la palabra a un tipo que se antoja fundamental en el desenlace de todo esto, Alfredo Bermejo, director de Estrategia Digital de LaLiga: «Una de las claves en el sector del entretenimiento pasa por ser capaces de ofrecer un alto grado de personalización, hablar a cada aficionado en su idioma y poner a su disposición contenidos de calidad que se adapten a sus gustos y necesidades». No dijo que, por fin, podrían ahorrarse todo el contenido «paja» que otros les venden a cambio del fútbol. Tampoco hacía falta.
Un vistazo a los contenidos de LaLiga Pass es útil para quien tenga pensado viajar a Indonesia… o al futuro próximo. «Junto a todos los partidos en directo de LaLiga Santander y LaLiga SmartBank, los usuarios de LaLiga Pass encontrarán resúmenes de otros encuentros, documentales, selecciones de los mejores goles y paradas, entrevistas y otros contenidos exclusivos pensados para cada uno de los países. Asimismo, cada jornada contará con tres encuentros de LaLiga Santander narrados en el idioma local, algo que solo podrán disfrutar los usuarios de LaLiga Pass». La web de LaLiga dispone a continuación de este resumen un ladillo cargado de orgullo corporativo: «Tecnología 100% LaLiga». Y se explaya en un elogio de algo así como el Braveheart de su independencia audiovisual, LaLiga Tech, la filial tecnológica de LaLiga encargada del desarrollo del invento… y mucho más. «LaLiga Pass supondrá, también, un nuevo modelo de negocio que permitirá, de un lado, mejorar la experiencia de los aficionados y atraer a cada vez más seguidores de LaLiga y, por otro, contar con una tecnología que puede ser comercializada y aprovechada por otras compañías a través de LaLiga Tech». Por último, Óscar Mayo, director general ejecutivo de LaLiga, remata la jugada: «LaLiga Pass es un paso lógico en nuestra estrategia audiovisual.. Durante los últimos años nos hemos esforzado en mejorar cada vez más la experiencia de los aficionados que ven LaLiga desde diferentes partes del mundo y ahora queremos llevar esa experiencia un paso más allá permitiéndoles tener un mayor control sobre lo que ven, ofrecer más y mejores contenidos y contar más acerca de LaLiga y sus clubes en aquellos países donde la situación lo permita». Control. Importante concepto. Y lucrativo.