La primera Copa del Rey
El Real Madrid nació oficialmente el 22 de abril de 1902, hace 120 años. Tres semanas después participaría en la primera Copa del Rey
Los mitos tienen nacimientos rodeados de misterio y eso le pasa al Real Madrid, el mayor mito del fútbol mundial, que nadie puede decir a ciencia cierta cuando nació. La prehistoria del Club pretende que ya en 1898 había un equipo que se denominaba a sí mismo «Madrid», pero solo hay certeza de que en 1900 un nuevo equipo de fútbol fue organizado por un fundador legendario, Julián Palacios.
Palacios era un joven ingeniero de minas que en la Universidad había contraído una fiebre contagiada por estudiantes ingleses: el football. En los anales del Real Madrid aparece como su primer presidente, pero en realidad era el capitán del equipo, su figura como delantero centro y el dueño del campo, literalmente, porque jugaban en un terreno de su suegro, industrial marmolista. El nuevo equipo comenzó usando el anodino título de «Nueva Sociedad de Football», aunque un año después, en 1901, cambió a «Madrid Football Club».
Ya había por tanto un club en la capital de España que se apropió del nombre «Madrid», como señalaría el semanario Heraldo del Sport el 8 de marzo de 1902, en la primera referencia periodística al Real Madrid. Este periódico deportivo decía que «aunque en nuestro modo de ser no encaja por completo la afición a este juego» -¡qué visión!- los domingos por la mañana iban «bastantes entusiastas» al campo, donde Palacios jugaba con bigote, los pantalones arremangados y en camiseta. Como la ropa interior era blanca, ahí estaba ya el color de los «merengues».
En realidad, dos días antes del artículo del Heraldo del Sport, Julián Palacios había dejado de estar al frente del Madrid, porque se reunió una primera junta directiva que designó formalmente a un presidente, Juan Padrós. Juan y su hermano Carlos Padrós habían seguido la misma andadura de Palacios, también jugaban con bigote, pero su origen era distinto, en realidad eran comerciantes catalanes, regentaban una tienda de telas muy a la moda en la Calle de Alcalá, llamada Al Capricho. Fue en la trastienda de este comercio donde se celebró la primera junta.
Los hermanos Padrós –Carlos también sería presidente- eran algo más que jugadores amateurs del football, tenían la capacidad de organización y la visión estratégica de la más dinámica burguesía catalana y decidieron convertir aquel grupo de amigos que pegaban patadas al balón en otra cosa. España se hallaba en aquellos momentos ante un importante acontecimiento institucional: el 17 de mayo de 1902 las Cortes iban a proclamar «mayor de edad» a Alfonso XIII. Era en realidad un adolescente de 16 años, pero era rey desde antes de nacer y los dirigentes políticos pensaron que ya era hora de incorporarlo a las tareas del trono. Pronto se arrepentirían, porque enseguida se mostró dispuesto a poner su capricho y simpatías por encima del criterio del gobierno de turno, pero esa es otra historia.
Lo cierto es que la Villa de Madrid iba a vestirse de gala para la proclamación del rey. Se esperaban nada menos que 100.000 visitantes, cuando en esa época la capital solo tenía medio millón de habitantes. Habría grandes festejos, calles engalanadas, bandas de música, paradas militares, batallas de flores, corridas de toro y campeonatos deportivos. El deporte no era todavía una afición de masas, era algo de señoritos y universitarios, y los campeonatos eran de deportes necesariamente minoritarios: polo, tiro y… football. Iban a venir equipos de otras partes de España en lo que sería el origen de la Copa del Rey, que todavía hoy despierta pasiones.
Catalanes en el Real Madrid
Los hermanos Padrós veían ese futuro como si tuvieran una bola de cristal, y decidieron preparar al Madrid para convertirlo en líder del fútbol español. Parte de la inquina de los culés hacia el Real Madrid viene de ahí, del hecho de que fuesen unos «renegados catalanes» quienes pusieran en marcha el mejor club de la historia (según declaración oficial de la FIFA).
Lo primero era darle forma legal a la entidad, inscribiéndola en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil. Para ello era necesario redactar unos estatutos y adoptar un reglamento, que fue literalmente el del fútbol inglés. Fijaron el uniforme, mejor dicho, dos. Uno azul para diario y otro blanco para ocasiones de gala, ambos ya con pantalón corto. También marcaron unas directrices que se han seguido hasta ahora: mantener contactos y encuentros con otros clubes, «cultivar las relaciones sociales» y conseguir que la prensa hablase del Madrid. Incluso crearían la figura del entrenador dándole poderes a Arthur Johnson, un inglés que acudía a sus reuniones con unos folios en los que anotaba las «consignas para el buen desarrollo del fútbol».
El 22 de abril de 1902 el Gobierno Civil aprobó la inscripción, había nacido oficialmente el Madrid Football Club (el título de Real se lo otorgaría el rey en 1920), aunque en el Real Madrid prefieren celebrar sus aniversarios el 6 de abril, cuando la primera junta directiva se constituyó en la trastienda de Al Capricho. Ahora había que participar en la primera competición oficial.
La primera Copa del Rey se conoció en realidad como Copa de la Coronación. Se celebró entre el 13 y el 15 de mayo de 1902, víspera de la proclamación de Alfonso XIII. El joven monarca había prometido asistir, pero no pudo por la acumulación de obligaciones. Sí lo hizo el alcalde de Madrid, Alberto Aguilera, que donó la copa de plata para el vencedor, y el embajador británico. El Ministerio de Agricultura permitió que el campeonato se celebrara en un escenario señorial, el Hipódromo de la Castellana, previo visto bueno del duque de Sexto, presidente de la aristocrática Sociedad de Carreras y Polo.
Vivieron dos equipos catalanes, el Barcelona y el Español, y uno vasco, el Vizcaya, que era una selección de equipos bilbaínos. El campeonato atrajo a menos de 2.000 espectadores, aunque las entradas de las 200 sillas (a 25 céntimos la primera fila y a 10 céntimos las otras) se agotaron. Los espectadores de pie entraban gratis. Ganó aquella primera Copa del Rey, o de la Coronación, el Vizcaya.