Los clubes deportivos de fútbol siguen sin 'salir del armario': ¿a qué se debe este silencio?
En España ningún jugador de fútbol gay se ha decidido a hacerlo público, y está fuera de toda lógica pensar que no existe esta diversidad
Este martes 28 de junio, día del Orgullo, es inevitable analizar cómo están las cosas. Al respecto, es indiscutible que la sociedad española ha evolucionado muchísimo desde aquellos tiempos en que ser homosexual estaba penalizado por la ley. Sin embargo, este avance no se refleja por igual en todos los ámbitos.
Un ejemplo claro lo tenemos en el mundo del deporte, en el que todavía son pocas las personas que se atreven a reconocer abiertamente su orientación. Y cuando lo hacen público ya suelen estar retiradas o a punto de estarlo.
Justin Fashanu, el primer jugador de fútbol que declaró ser gay
En 1990, Justin Fashanu se convirtió en el primer jugador de fútbol visiblemente homosexual. Tras el rechazo de la afición y de sus compañeros, Fashanu se suicidó con apenas 30 años.
Desde entonces, todos los 19 de febrero, fecha de su nacimiento, se celebra el Día Internacional contra la LGBTIfobia en el mundo del deporte.
Las cosas van cambiando lentamente: hasta los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 no hubo deportistas trans y no binarias, como Laurel Hubbard compitiendo en halterofilia y Rebecca Catherina Quin en fútbol.
¿Qué ocurre con el fútbol?
Precisamente, algunas modalidades deportivas, como el fútbol, son claramente poco inclusivas. Hace apenas un mes y con sólo 17 años, Jake Daniels, del Blackpool de la EFL, se convirtió en el primer jugador en activo europeo en 32 años en hacer visible su homosexualidad, reconociendo que estaba cansado de mentir para proteger su carrera profesional.
En España ningún jugador profesional gay se ha decidido a hacerlo público y está fuera de toda lógica pensar que no existe esta diversidad dentro del aproximadamente millón de futbolistas federados. Lo cierto es que no salen del armario para no tener que soportar actitudes homófobas por parte de la afición y sufrir las consecuencias con sus clubes.
¿Qué pueden hacer los clubes?
Óscar Muñoz, codirector de la Red Empresarial por la Diversidad e Inclusión LGBTI (REDI), asegura que «los clubes deportivos deberían fomentar la inclusión de la diversidad y ser un reflejo de la sociedad tal y como lo hacen muchas empresas, que ponen en lo alto de sus valores el respeto a sus trabajadores y el aprovechamiento del talento».
Una persona que puede ser abiertamente ella misma en el ámbito profesional rinde muchísimo mejor, Y un futbolista gay, por ejemplo, invierte un gran esfuerzo en ocultar que lo es
«Está comprobado que una persona que puede ser abiertamente ella misma en el ámbito profesional rinde muchísimo mejor. Esto aplica también en el deporte. Un futbolista gay, por ejemplo, invierte un gran esfuerzo en ocultar que lo es. Fomentando unos valores de deportividad y respeto, donde cada deportista pueda ser como es, y abanderando los derechos humanos y la no discriminación, los clubes ayudarían enormemente, no sólo a las personas LGBTI, sino al conjunto de la sociedad, pues deportes como el fútbol tienen una enorme dimensión nacional e internacional», añade.
Los jugadores gays de élite, los que más difícil lo tienen por estas razones
Los jugadores gays de élite lo tienen muy difícil porque los clubes aceptan el patrocinio o desarrollan giras internacionales en países donde no se respetan los derechos del colectivo LGBTI. Los reguladores de fútbol, como las federaciones española e internacional, han vendido la Supercopa de España y el Mundial de Fútbol a Arabia Saudí y Qatar, dos países donde existe pena de muerte efectiva para las personas LGBTI, según Amnistía Internacional.
Ante esto, David Guerrero, presidente de la asociación Deporte y Diversidad y autor del libro Corres como una niña, denunció que «se está produciendo un fenómeno mundial en torno al deporte, el ‘sportwashing’, en el que algunos países con bajo nivel de democracia, libertad de expresión y derechos humanos están utilizando las grandes competiciones deportivas para limpiar su imagen internacional».
Mayor visibilidad de mujeres lesbianas y bisexuales
En concepto de inclusión, no se encuentran en el mismo estadio las categorías masculina y femenina. A lo largo de la historia la mujer deportista ha sido invisibilizada y discriminada, y aún hoy existen grandes diferencias de reconocimiento económico, mediático y social con respecto a la categoría masculina.
Se estima que la proporción de mujeres lesbianas visibles en el deporte es de 7 por cada hombre gay visible
Probablemente esa falta de foco, sumada a los estereotipos de género, ha permitido que haya una mayor visibilidad de las mujeres lesbianas y bisexuales en disciplinas deportivas como el fútbol, el balonmano o el rugby.
Se estima que la proporción de mujeres lesbianas visibles en el deporte es de 7 por cada hombre gay visible. En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 participaron 11.700 deportistas, de ellos 179 eran LGBTI visibles, casi el triple que en Río 2016, según la revista especializada Out Sports.