La FIFA ignora una vez más el fútbol sala femenino: ni rastro de un futuro Mundial
El organismo lleva más de 30 años organizando el Mundial de futsal masculino, pero se niega a sentarse con las jugadoras para hablar del que les debe a ellas
La FIFA es la institución que gobierna las federaciones de fútbol en todo el planeta. Una federación internacional que debe velar por el balompié en cualquiera de sus variantes –fútbol 11, fútbol sala, fútbol playa…– y, por supuesto, sea cual sea el género de quienes lo practiquen.
Este no parece el caso del fútbol sala femenino, ignorado de forma reiterada y sistemática por la FIFA. El año 2022 está a punto de finalizar y el máximo organismo del fútbol global no ha organizado todavía un Mundial de fútbol sala femenino. Para ponerlo en contexto: sí, sí hay un Mundial de fútbol sala masculino organizado por la FIFA. Se celebra cada cuatro años y su primera edición fue hace más de 30, en 1989. Brasil es el máximo ganador con hasta cinco trofeos, aunque España –potencia importante de este deporte– ha levantado ya dos. Nos encantaría repasar el palmarés en categoría femenina, pero es imposible ya que las jugadoras siguen sin poder disputar su Mundial.
Una campaña viral
Después de un largo tiempo de negociaciones nada fructíferas entre FIFA, federaciones y jugadoras, estas últimas decidieron dar un golpe en la mesa. «Las jugadoras no pueden seguir esperando promesas. Es hora de cumplirlas, FIFA». Así publicitaba en las redes la Asociación de Jugadoras de Fútbol Sala (AJFSF) una campaña visualmente muy potente e innovadora que enseguida se convirtió en viral.
En ella se podía ver a algunas de las mejores jugadoras del mundo reclamando lo que es justo: un campeonato oficial de la FIFA para ellas, para que puedan representar a sus países al igual que hacen sus compañeros varones. Digo países porque la campaña, aunque organizada y grabada en España, incluye a jugadoras españolas, como Anita Luján, capitana de la Selección española, pero también a figuras internacionales, como la argentina Julia Dupuy, la brasileña Amandinha, la iraní Zahra Lotfabadi, la portuguesa Janice da Silva, la uruguaya Fátima Villar, la holandesa Nancy Loth, la japonesa Chikage Kichibayashi y la ucraniana Vika Kyslova. Jugadoras procedentes de diferentes federaciones, todas unidas para poder competir entre ellas en un Mundial.
Tras ese vídeo, la AJFSF publicó otro en el que su presidenta, Natalia Orive, especificaba las razones de sus reivindicaciones:
«En septiembre de 2021, nos dirigimos a la FIFA por el maltrato y abandono público hacia las jugadoras de fútbol sala. Un año después, seguimos sin respuestas oficiales. Mientras que el fútbol sala masculino se prepara para su décimo Mundial, la FIFA sigue sin organizar nuestra primera edición. Estamos reunidas por primera vez en la historia para denunciar públicamente el trato discriminatorio. Exigimos con urgencia una reunión oficial con el máximo responsable. Necesitamos un compromiso real de una vez por todas. La igualdad de género no se logrará con promesas vacías. Si antes no nos han querido escuchar, ahora nos tendrán que ver», dice Orive en el vídeo, que también se convirtió en viral en unas horas.
La fecha de publicación de la campaña, a principios de noviembre, permitió obtener una mayor repercusión mediática. Era la víspera de la celebración de un Mundial de fútbol muy polémico en Catar, una circunstancia que ya tenía a la FIFA contra las cuerdas en el plano mediático. Lo que no muchos conocen es que esta no es una reivindicación nueva, sino que las jugadoras de fútbol sala llevan más años luchando por que su profesión sea reconocida por el organismo presidido ahora por Gianni Infantino.
La lucha del mayor sindicato de mujeres deportistas en España
Allá por 2010 se creó la AJFSF con la misión de «amparar, defender y luchar por los derechos y mejoras de las jugadoras de fútbol sala. Entre sus objetivos principales están fomentar, difundir y dar visibilidad al fútbol sala femenino», aseguran desde la asociación. Actualmente, esta entidad representa a las futbolistas que militan en Primera y Segunda, lo que se traduce en más de 400 jugadoras asociadas, siendo «el mayor sindicato de mujeres deportistas en España».
Hace más de un lustro se impulsó una campaña para que la FIFA organizara, por fin, un Mundial de futsal femenino. Entonces, las redes volvieron a ser las protagonistas. El hashtag #WomenPlayFutsalFIFA fue el hilo escogido para exigir competiciones oficiales. Entonces no lograron ser escuchadas, por lo que continúan con su lucha incansable.
Esta última campaña parte de la iniciativa de una asociación española, pero que ha decidido internacionalizarse para denunciar un «trato discriminatorio» más allá de las fronteras. Nacía así AJFSF Internacional «con el fin de visibilizar el fútbol sala femenino a nivel mundial y de crear una red de contacto, apoyo y asesoramiento para la mayor cantidad de jugadoras posible».
En su informe sobre la situación del fútbol sala en el mundo, AJFSF Internacional denuncia que «al margen de que consideremos a la igualdad un imperativo legal, la FIFA manifiesta en el artículo 3 de su Estatuto de Gobernanza que ‘está prohibida la discriminación de cualquier país, individuo o grupo de personas por cuestiones de raza, color de piel, origen étnico, nacional o social, género, (…)’», por lo que consideran insostenible que las jugadoras sigan sin poder disputar un Mundial que sus compañeros varones llevan más de 30 años disputando.
La Asociación Mundial de Futsal (AMF) –’rival’ de la FIFA, organismo que organiza competiciones paralelas con reglas diferentes– sí ha organizado varios mundiales femeninos. Concretamente, cinco –el primero, en 2010, en España–. El torneo no tuvo otro campeón aparte de Brasil, que ganó las seis ediciones que se disputaron antes de su desaparición. Algunas de las confederaciones adscritas a la FIFA, como la UEFA europea o la Conmebol sudamericana, ya se han puesto a trabajar.
En 2019 se celebró la primera Eurocopa de fútbol sala femenino y, hace apenas unos meses, en 2022, la segunda. Ambas las ha ganado España. En el caso de la Copa América Femenina de Futsal, esta lleva celebrándose bianualmente desde 2005. Brasil es el máximo ganador con hasta seis trofeos. Además, el fútbol sala, en sus modalidades masculina y femenina, es deporte olímpico de la juventud. La FIFA va rezagada en este aspecto. De momento, no tenemos ni rastro del primer Mundial de fútbol sala femenino de la historia. Más de un mes después de la viral campaña de la AJFSF, no hay noticias de que se vaya a celebrar. Las jugadoras lo tienen claro: el apoyo de la FIFA es fundamental para hacer crecer su deporte, como están viendo con el auge del fútbol-11 femenino.