Pedro Pablo Parrado: «En la Cadena Ser triunfa hasta un tartamudo»
Dirige y presenta ‘Goles’ en Radio Marca. Asturiano de Gijón, dice lo que piensa y critica lo que no le gusta
Es un superviviente de la mejor radio deportiva y ha recorrido, durante más de cuarenta años, un montón de cadenas de radio, de la mano de Goles, el espacio que estrenó en Cope en 1981. Asturiano de Gijón, empezó de becario en la Cadena Ser, a las órdenes de José María García, al que califica de fenómeno social, aunque se desmarcó de su escuela para asumir el reto de la libertad.
Durante su larga trayectoria, Pedro Pablo Parrado ha sido testigo directo de los éxitos y fracasos del deporte español. También de los cambios —muchas veces a peor— de la información deportiva en radio. Esta larga experiencia la ha trasladado ahora a Radio Marca, desde donde cada noche dirige y presenta Goles, el programa más longevo de la radio deportiva.
Acepta las innovaciones tecnológicas, se rebela contra el silencio que se impone desde los clubes a los jugadores y añora los tiempos en que emitía el programa Goles desde la habitación de un hotel, con los jugadores, el entrenador y los directivos del equipo que iba a competir al día siguiente.
En esta entrevista, Fuera de micrófono, Parrado no se muerde la lengua. Opina de los compañeros bufanderos, que lucen los colores de un determinado equipo, del poder real de Florentino, de los pollinos que vende Joan Laporta o de las amenazas e insultos que profería en antena Jesús Gil contra el entonces presidente del Sevilla, Luis Cuervas: «Eres un pedazo de cabrón, un hijo de puta, y te voy a matar».
Aquellas broncas y espectáculos gratuitos de las madrugadas deportivas, con millones de españoles pegados al transistor, ya son historia. Para bien, o para mal, la competencia ha dejado de ser a cara de perro y la investigación periodística se ha ido acomodando a los nuevos tiempos. Ahora, se lamenta el asturiano, los jugadores no dan entrevistas —«los jefes de prensa son la antiprensa y no te facilitan nada»— y hay que rellenar con tertulias la hora y media o dos horas de radio.
Después de haber trabajado en una decena de cadenas y emisoras —Ser, Cope, Cadena Rato, Radio España, Radio Intercontinental, esRadio, City FM y ahora Radio Marca— no ha perdido la ilusión, ni las ganas de pelea. Sigue resistiéndose a la tentación de claudicar.
PREGUNTA.- Empezaste cuando el periodismo deportivo en la radio todavía estaba en mantillas.
RESPUESTA.- Yo tuve la suerte de empezar en 1976 por arriba, en la Ser y con José María García en Hora 25. Esa es la realidad. En 1981 me llamó el padre José Luis Gago, que era entonces director general de la Cope, y Ramón Barba, que se encargaba de los deportes, para ofrecerme hacer Goles. Además, tuve la habilidad de empezar el programa a las 23:00 horas, una hora antes que los demás. Marqué esa pauta y tuve la satisfacción de hacer el primer programa que se emitió en cadena. Luego vendrían Encarna Sánchez y Luis del Olmo.
P.- Te fuiste de la Ser unos años antes de que echaran a García. ¿Perdiste la oportunidad de sustituirle?
R.- La tuve, porque me llamaron otra vez para hacer Hora 25, estando en la Cope. Este es un tema importante, que poca gente conoce. Yo ganaba entonces seis millones de pesetas al año y me llama Eugenio Fontán, que para mí ha sido el gran director de la radio, y me ofrece cobrar el mismo sueldo que cobraba antes de marcharme, unas sesenta mil pesetas. Le dije que no, porque la gente me iba a comparar con García. Y seguí haciendo Goles, un programa que he mantenido cuarenta años en la radio. Creo que es el programa decano de la radio deportiva.
P.- ¿Cómo fueron esos comienzos de Goles? ¿Tenías equipo?
R.- Tenía gente que seguía al Madrid, Atlético, Barcelona… Luego, en 1986, cuando me fui a la Cadena Rato, creé las tertulias que ahora hace todo el mundo. Llegué a la convicción de que los únicos que podían hablar y decir algo eran los periodistas. Porque los deportistas no decían nada. Nada de nada. Hablaban cuatro tonterías. Había algún cachondo, como Juanito, que era un espectáculo, y algún presidente de club que andaba por ahí. Creé las tertulias porque tenía la necesidad de escuchar a gente que dijese cosas. ¿Quién era esa gente? Los periodistas.
P.- Aquellas tertulias eran distintas a las de ahora. En la actualidad hay más polémica y espectáculo.
R.- En aquel momento ya eran espectáculo, porque era algo novedoso y llamaba la atención a mucha gente. Luego, creé el Choque, choque, en Radio España. Dos periodistas debatían sobre un tema y llamaba la gente. Las tertulias tuvieron su momento, siguen teniendo su momento, pero lo que más le gusta a la gente son las historias, que le cuenten historias del deporte, de fútbol, con protagonistas.
P.- El enfrentamiento y la polémica vende más en la televisión…
R.- Y en la radio también. Ahí está el efecto Chiringuito. Creo que es un programa bien pensado. Josep Pedrerol es un hombre más de televisión que de radio. Lo tengo claro. Es un animal de televisión y no ha triunfado en la radio. El Chiringuito es un producto de éxito. Cuando nació el programa yo le dije a Pedrerol y a mucha gente que estaba en el programa: esto es pelotazo seguro. Si tenéis suerte, esto funciona.
P.- Periodista de raza, es difícil retirarse de lo que tanto te gusta.
R.- «El periodismo no tiene edad». Esta frase la dijo un ídolo, para mí, un referente, Larry King. Estuvo en la CNN hasta los ochenta años. Era un monstruo, un monstruo. También lo decía Emilio Romero.
«El fenómeno García no lo ha conseguido nadie; ni Del Olmo, ni Gabilondo, ni Encarna Sánchez»
P.- Sigues buscando información y currando como el primer día.
R.- Hombre, tengo contactos y fuentes. Tengo también un buen equipo y, sobre todo, la suerte de estar en Radio Marca. Marca es un universo. Es número uno del deporte en lengua castellana. Cualquier noticia que se ponga en marca.com tiene una repercusión en todo el mundo que llama la atención. Te hablo de cuatro y cinco millones de visualizaciones.
P.- Empezaste con José María García. ¿Qué tal es tu relación con él ahora?
R.- Siempre ha sido buena. García es como es. Yo he ido por libre. Me desmarqué porque tenía otra idea, otro concepto, de cómo había que hacer la radio y el periodismo deportivo. Pero García es un fenómeno social y hay que decirlo claramente. El fenómeno García en nuestro país no lo ha conseguido nadie; ni Luis del Olmo, ni Iñaki Gabilondo, ni Encarna Sánchez. Lo que hacía García a las doce de la noche se comentaba al día siguiente en los bares. Ha ganado más dinero que muchas estrellas americanas. Ese señor se llama José María García.
P.- Sin embargo, era muy exigente y debía ser difícil trabajar a sus órdenes.
R.- Siempre había broncas. Con Roberto Gómez, con Fernando Soria, con Gaspar Rossetti… Pero, vamos a ver, eso son anécdotas. A García, a veces, había que aguantarlo, pero era un fenómeno que estaba ahí, se mataba, trabajaba como un cabroncete, y ahí están los resultados. Era exigente, pero también pagaba bien, ojo, que la gente ganaba dinero con García.
P.- ¿Ya no se hace ese periodismo de investigación en el deporte?
R.- Eso ya no funciona. Hay poco periodismo de investigación porque los medios hemos claudicado ante los clubes, ante el fútbol y ante el deporte. Ahora mismo hay que pagar a la Liga por retransmitir partidos, cosa que yo nunca he entendido. La Liga te cobra por todo. Están los derechos de televisión, que son los que tienen la posibilidad de hablar con los protagonistas. Nadie habla. Los jefes de prensa son antiprensa y no te facilitan nada. Los clubes tienen que dar visibilidad a lo que tienen, a su producto, pero no quieren hacerlo. ¿Por qué se crearon las tertulias? Porque como no habla nadie, hay que llenar hora y media. ¿Quién lo puede llenar?, pues el show, el periodismo.
P.- En los años ochenta y noventa tú podías entrevistar a los jugadores al acabar el entrenamiento.
R.- Querido Javier del Castillo. No había móviles y llamabas con teléfonos normales a las casas de los jugadores a cualquier hora del día y de la noche. Yo hacía los programas en las habitaciones de los hoteles, con los jugadores, con los directivos y con los entrenadores. Hacía los programas a las once de la noche en cualquier parte del mundo, en los hoteles y con los jugadores. Desde hace veintitantos años se acabó la historia. Y se acabó el periodismo porque hemos querido, porque hemos claudicado, porque nos han ganado la guerra… Y eso no lo puede permitir ni consentir el periodismo. Te lo digo con claridad y en voz alta. No se puede consentir y lo hemos permitido.
P.- ¿Cómo ves a las nuevas generaciones de periodistas?
R.- Pregunta complicada. Hacen cursos, masters que cuestan mucho dinero, pero luego los ves que no tienen iniciativa. Están delante del monitor, del ordenador, y no salen de ahí. No salen a la calle. No saben lo que es hacer una entrevista a un futbolista o a un jugador de baloncesto o de balonmano. La noticia está en la calle, no en el ordenador. Ahora mismo hay un vicio que es sentarse delante del ordenador y buscar las noticias por internet, en twitter… Un desastre.
P.- Tu viviste de cerca el Mundial de Fútbol de 1982, celebrado en España. ¿Qué recuerda de aquel fracaso?
R.- Fue un desastre para España.
P.- ¿Quién tuvo la culpa: ¿el entrenador, los jugadores…?
R.- Santamaría era un pobre hombre, aunque una gran persona. Yo creo que le faltaba chispa, nervio, carisma. No sabía motivar a sus jugadores. Había buenos jugadores, pero el discurso no llegaba. Y, si no llega el discurso, pues a casa. Yo he tenido el privilegio y la suerte de vivir la excelencia del fútbol español. Mi gran sueño no era ver a España ganar dos Eurocopas, sino verla ganar un Mundial. El objetivo era ganar un Mundial. La máxima ilusión que yo tenía, como periodista deportivo, era ver a España ganar un Mundial de Fútbol y tuve la suerte de verlo y de contarlo.
P.- El fútbol vende, pero a costa de quitar protagonismo a otros deportes, salvo que haya un español con opciones de ganar.
R.- Efectivamente, se hace caso cuando hay un español que destaca en ese deporte, ya sea el ciclismo, el tenis, el baloncesto, el balonmano con la selección. Cuando hay españoles que triunfan en algún otro deporte, siempre estamos ahí.
P.- ¿Quién es para ti la persona más destacada de la radio?
R.- Eugenio Fontán ha sido el número uno. El más grandioso que ha habido en la radio española. Como Fontán, ninguno. Cuando llegó a Radio España, en 1991, me llamó para que hiciera allí el programa Goles. Estuve diez años en la mejor marca que puede tener una radio: Radio España.
«Jesús Gil le dijo a Luis Cuervas en directo: ‘eres un hijo de puta, te voy a matar’»
P.- ¿Cuándo te viniste de Gijón a Madrid para estudiar Periodismo ya tenías claro que querías dedicarte al deporte?
R.- Sí. Mientras estaba estudiando, tuve la suerte de empezar a hacer prácticas en la Ser con García. Se dio el momento, la oportunidad, se dio todo. Allí me contagié enseguida. Yo vivo ahora el periodismo como si tuviera veinte años. Igual.
P.- García ha dicho en alguna ocasión que lo peor del deporte español son sus directivos, incluidos los presidentes de la RFEF.
R.- Yo creo que equivocadamente. Se le daba mucha trascendencia. Soy muy amigo de Ángel María Villar y a mí me parece que ha sido el mejor presidente que ha habido en la historia del fútbol español. No sólo eso. Ha sido uno de los dirigentes deportivos más influyentes en el mundo, después de Juan Antonio Samaranch. Vicepresidente de la FIFA, de la UEFA, presidente durante treinta años del fútbol español. En fin, un chico de Deusto – como yo le llamo -, un chico preparado. Sabía lo que hacía. Pero, bueno, había que vender el pollino. Se vendió con Pablo Porta, Pablo, Pablito, Pablete, que decía García. Cosas propias del show y del espectáculo. Ahora bien, Porta era inteligente.
P.- ¿José Luis Roca?
R.- Roca era un pobre hombre, aunque buena gente. Ese no entraba en el debate. Era lo que era.
P.- Tampoco quedan presidentes polémicos…
R.- No hay Mendozas, no hay Giles. Aquello era un show para la radio. Te voy a contar lo que pasó una noche en Goles con Jesús Gil y Luis Cuervas, expresidente del Sevilla. Barbaridades. Le decía Gil a Cuervas: «eres un pedazo de cabrón, un hijo de puta, te voy a matar». Todo esto en directo, en la radio. Otro día, José María Ruiz-Mateos (Rayo Vallecano), al árbitro Manuel Díaz Vega, que le había pitado un partido en el Vicente Calderón: «sabes lo que te digo, Díaz Vega: que eres un mariconazo». Estas cosas se vivieron en la radio. Era otro nivel.
«Mbappé ya no es futbolista, es un contable, y yo que el Madrid me lo pensaría»
P.- Ahora los clubes son gestionados, en muchos casos, con capital extranjero y fondos de inversión.
R.- Efectivamente. Hay fondos de inversión o gente con mucho dinero, que llegan al fútbol para lavar su imagen. Muchos inversores mexicanos vienen al fútbol español y europeo porque les da prestigio y es otra cosa. La gente desconoce lo que es el negocio del fútbol. El negocio del fútbol no es una empresa al uso. Aquí dos y dos no son cuatro. Todo depende de una pelotita. Si entra, bien, si no te vas al carajo. Y eso te puede suponer unas pérdidas económicas importantes. Ahora hay clubes Estado; está el Paris Saint Germain, el Manchester City… La Premier es la que manda. La única que se mueve ahora en el mercado y hace traspasos. En España no se mueve nada. No hay un duro. El Madrid de Florentino está pendiente de su bombonera, de su gran estadio, y de Mbappé, que yo no lo tengo claro. Sinceramente, Mbappé es el mejor jugador del mundo, pero, para mí, es una multinacional, ya no es un futbolista, es un contable. Yo que el Madrid me lo pensaría.
P.- Luego está la gran dependencia de la televisión…
R.- Mientras aguante la televisión, habrá espectáculo y se ganará dinero. Cuando se pongan de acuerdo y digan hasta aquí hemos llegado, se desinfla la burbuja.
P.- La prensa deportiva de Madrid y de Barcelona viven en mundos aparte.
R.- El Madrid es un equipo poderoso, económicamente hablando, porque Florentino ha sabido manejar bien los hilos. Se maneja bien Florentino. Sabe negociar y ha traído a grandes jugadores. El Barcelona está en una ruina absoluta, en quiebra técnica. Estoy convencido de que, en un plazo no muy lejano, se va a transformar en sociedad anónima. El Barça va a ser una sociedad americana. Terminará en manos de los americanos. Fíjate lo que significa esto para los catalanes. Va a ser una multinacional, en manos de un fondo de inversión americano. O sea, que van a tener que aprender inglés.
P.- ¿Qué tal llevas, como asturiano, la larga ausencia en Primera División del Sporting de Gijón y el Oviedo?
R-. Es una pena. Le hace daño a Asturias, sobre todo turísticamente, ahora que vive del turismo. Vamos a dejarnos de tonterías. Ya no hay minería, ni siderurgia. Entonces, es importante tener equipos de fútbol en la élite. Te da mucha visibilidad. Curiosamente, los dos equipos están en manos de grupos mexicanos, que es lo que a mí me sorprende. Digo yo: sabrán de rancheras, pero de fútbol lo justito.
«El poder de Florentino Pérez no es ficticio, es real»
P.- ¿Qué ventajas tiene haber trabajado en tantas cadenas y emisoras?
R.- Te da vitalidad. Es mi vida. Me llama Marca y no le voy a decir que no. Tengo, además, el periódico deportivo de referencia en habla castellana. Lo tengo todo en casa. ¿Qué mejor que poder contar las historias con periodistas que están en Marca?
P.- ¿Qué opinión tienes de esos colegas que se declaran forofos de un equipo, como Tomás Roncero?
R.- Son bufanderos, pero tampoco engañan a nadie porque siempre lo han dicho. El primero que le dio oportunidades en la radio a Roncero fui yo, en Radio España. Y me pareció divertido, un show, un personaje para tenerlo ahí. Son personajes, ya no son periodistas. Con esto te lo defino todo.
P.- Pero habrá aficionados…
R.- Hay gente a la que le gusta eso. A Florentino no le gusta el periodismo bufandero, aunque sea a favor de su equipo. Eso te lo digo yo que lo sé.
P.- El poder de Florentino es tan grande como para poner y quitar directores de periódicos o de programas.
R.- Es un poder real. No es ficticio, ni una trampa en la que caen algunas personas. Tiene su mantra: es la realidad.
P.- ¿Nunca has entrado en guerras, como la que enfrentó a García y a De la Morena?
R.- Nunca. He estado en medio, viendo a uno y a otro. Fíjate si soy listo. Pasando de todo. Yo a lo mío y me ha ido bien, afortunadamente. Que no se moleste nadie, pero en la Ser triunfa hasta un tartamudo. Con el altavoz que tiene la Ser, yo sería siempre el número uno. Y, ahora mismo, la Cope es otro gran altavoz. Y Onda Cero, pero es curioso lo de Onda Cero. Tiene un potencial enorme, porque tiene muchas emisoras y comercialmente siempre ha funcionado bien, pero para mí siempre ha sido una radio triste. La radio triste.
P.- El programa de deportes de la noche nunca ha tenido buena audiencia, salvo en la etapa de García.
R.- Luego ficharon a José Ramón de la Morena, que debería haber seguido en la Ser, pero le hicieron un contrato muy importante económicamente. García es el único caso en el mundo al que los oyentes le seguían a otras emisoras. Yo tengo también gente fiel. En seis meses, he consolidado una audiencia importante, con tan solo cincuenta emisoras. Yo tengo la marca Goles y siempre le doy al oyente algo diferente.
P.- Ahora la actualidad gira en torno a los fichajes.
R.- A la gente le gusta. Que, si fichan a este o al otro, Mbappé, Messi, lo que pagan en Arabia a grandes jugadores… Ha nacido un nuevo movimiento, el petrofútbol.
P.- ¿Eso no perjudica a las ligas europeas?
R.- Nada. El escaparate para un jugador joven es Europa, Arabia te da la pasta. Eso está claro. Que vengan a por nosotros también, que nos vamos.
P.- ¿A qué se debe el éxito del deporte español en los últimos años?
R.- El deporte es Marca España. Los políticos tendrían que hablar más de deportes. España debería de tener un Ministerio de Deportes, porque tenemos grandes deportistas, grandes equipos y hay que venderlo bien. El deporte es un valor para España. Siempre vende.
P.- ¿Qué hitos destacarías en tu ya larga carrera profesional?
R.- He dado grandes exclusivas. La última entrevista a Santiago Bernabéu se la hice yo colándome con una bata de médico en el hospital donde estaba ingresado. Esa es una, pero ha habido más. Una noche me adelanté a García contando a los oyentes que Javier Clemente iba a ser el entrenador del Atlético de Madrid. Y eso le fastidió mucho a García y al propio Clemente, que ya había apalabrado una entrevista con él. A mí me lo había dicho Gil y se la clavé. Otra noche, cuando Radomir Antic era líder con el equipo blanco, una persona que había estado cenando con Vicente Miera me dijo: mañana llega Beenhakker a Madrid. Llamo al día siguiente a Radomir y le digo: «mañana ya no vas a ser entrenador del Real Madrid». Me colgó el teléfono. ¿Qué te parece?
«Joan Laporta es un gran vendedor de pollinos y además se los compran»
P.- ¿Cuál es el secreto para lograr ese tipo de primicias?
R.- El tridente del periodista: fuentes, intuición y valentía. Con eso vas al fin del mundo.
P.- Y una empresa que te defienda y respalde… Porque te pueden decir: a Florentino ni se le toca.
R.- A Florentino hay muchas maneras de tocarlo, y sin problemas. Si lo hace bien, se dice, y si se equivoca también se cuenta. ¿Qué paso con el tema de la SuperLiga? Se equivocó e hizo el ridículo de forma grave. Yo creo que ha aprendido.
P.- ¿Qué opinión tienes sobre el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta?
R.- Es el mejor vendedor de pollinos que hay. Vende pollinos y además se los compran. Es un gestor pésimo, un desastre, pero sabe vender bien el humo. Lo vende de maravilla y hay un sector del barcelonismo que se lo compra. Ese es el problema más grave. Va a llevar al Barça a la ruina —bueno, ya está en la ruina— y lo va a transformar en sociedad anónima. Va a pasar a la historia como el presidente que dejó marchar a Messi. Pero a Messi, digan lo que digan, tampoco lo podía mantener el Barcelona. Hay que ser sensatos. A Messi le deben todavía 25 millones de euros.
P.- ¿Se le ha pasado por la cabeza dejar el periodismo deportivo y hacer otro tipo de información?
R.- Ya no.
P.- ¿Tienes algo que decir del ministro en funciones de Cultura y Deporte?
R.- Es amigo del presidente y le premia con un cargo como ese. En los últimos cinco años ha habido cinco secretarios de Estado para el Deporte. Para mí, el mejor secretario de Estado para el Deporte que he conocido ha sido Javier Gómez Navarro. El mejor, el número uno.