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El juez del caso Negreira asume que el Barça se benefició por un «grupo de árbitros corruptos»

El magistrado ha imputado al actual presidente culé, Joan Laporta, sumándose a los exdirigentes ya involucrados

El juez del caso Negreira asume que el Barça se benefició por un «grupo de árbitros corruptos»

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta. | Europa Press

El juez del caso Negreira ha acordado imputar al presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, este miércoles al concluir que los pagos al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) efectuados entre 2008 y 2010, durante su anterior mandato, no han prescrito porque constituyen un delito de cohecho continuado. Además, tal y como ha informado El Mundo, el magistrado da por hecho que el Barcelona debió beneficiarse de los arbitrajes y de que, si bien no puede decirse que «todos y cada uno de los árbitros fueran corruptos, sí un grupo de ellos».

En un auto, al que ha tenido acceso EFE, el titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, acuerda ampliar la condición de investigados a Laporta y a los miembros de su junta directiva con responsabilidad en los pagos, con lo que se suma a los otros dos expresidentes del club imputados, Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu.

El magistrado discrepa así del criterio de la Fiscalía Anticorrupción, que excluyó a Laporta de la denuncia que presentó por los 7,3 millones de euros que el Barça pagó a José María Enríquez Negreira y a su hijo entre los años 2001 y 2018, al entender que su participación en los hechos durante su primera presidencia, entre 2003 y 2010, ya habría prescrito.

El cohecho continuado, atribuible a todos los presidentes

Asimismo, el juez se apoya en una sentencia del Tribunal Supremo para defender que el delito de cohecho continuado es atribuible a los distintos presidentes que se sucedieron en el Barça, puesto que, en su opinión, la parte «pagadora» es siempre la misma, el FC Barcelona.

En este sentido, el auto aplica al cohecho el concepto de «autoría adhesiva», dado que en su opinión «no existiría un delito continuado separado para cada junta directiva sino un solo delito continuado referente al FC Barcelona, en el que se cambian algunos sujetos activos que representan a la persona jurídica investigada pero siempre permanece el sujeto activo del FC Barcelona».

Aguirre dio un giro a la instrucción del «caso Negreira» cuando el pasado 28 de septiembre acordó imputar un delito de cohecho a los directivos del FC Barcelona investigados en el caso, así como al propio club como entidad jurídica, además de al exvicepresidente del CTA y a su hijo.

Pese a que Enrique Negreira no era funcionario, como exige el delito de cohecho, considera el juez, apoyándose en abundante jurisprudencia en la materia, que sí tenía esa condición «a efectos penales», dado que desempeñaba funciones públicas como vicepresidente de la CTA, entre otras relativas a las calificaciones de los árbitros y a los ascensos y descensos.

A diferencia del delito de corrupción en el deporte, el de cohecho -que de acuerdo con la legislación debe ser juzgado por un tribunal popular- no exige que se demuestre la contraprestación por los pagos efectuados al funcionario público.

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