Jude 'el decisivo' Bellingham cierra la boca a sus 'haters'
La increíble chilena con la que el inglés salvó a su equipo de la eliminatoria ha sido la mejor manera de silenciar las críticas
Vivimos en una sociedad repleta de haters. Ya saben, esos odiadores profesionales que proliferan por las redes sociales y que se dedican a denigrar u ofender a quien le toque en su debido momento. Hoy podría ser un político, mañana un deportista y en cualquier momento yo mismo o usted que me lee. Pues bien, en Inglaterra y durante la última semana, el personaje al que atacar por parte de las comunidades en línea no ha sido otro que Jude Bellingham.
La crítica decidió que el de Birmingham «no era tan decisivo como en el Real Madrid», que «no estaba liderando a la selección» y que, incluso, «debía pasar a ocupar el banco de los suplentes». Lo terrible de estos intoxicadores profesionales es que logran que sus campañas orquestadas en Twitter o YouTube salten a los medios convencionales y desde ahí a la opinión pública, convirtiéndose en poco menos que una cuestión de estado.
Tiene que ser frustrante que un debate tan artificial como injusto se vaya al garete porque el centro de tus iras marca un golazo de chilena en el tiempo de descuento, pero los famosos haters saben de sobra a lo que se exponen y, además, se la trae al pairo. Hoy me los imagino detrás del teclado de su ordenador o smartphone decidiendo quién será su próxima víctima, pero a la vez tragando veneno por haber malogrado su fallido aquelarre contra Jude. Ventajas e inconvenientes de los trolls de internet.
Ni pies ni cabeza
Que el movimiento orquestado frente a la estrella madridista carecía de sentido era fácil de argumentar: hasta el domingo, los británicos sólo habían ganado un partido (contra Serbia) y el tanto de la victoria (por la mínima) lo había conseguido Bellingham. Es cierto que Jude estuvo menos acertado ante Dinamarca y Eslovenia, pero esto no justificaba cargar todas las tintas contra el futbolista objetivamente más decisivo de los Three Lions, y mucho menos querer descabalgarlo de la carrera por el Balón de Oro. Porque, efectivamente, gran parte de lo que se esconde tras estas artificiales discusiones radica en la famosa pelota dorada.
El fin de esta inerte polémica concluyó en el minuto 94 y 33 segundos del domingo, cuando Bellingham cazó una sensacional chilena para marcar el empate que llevaría al combinado nacional inglés al tiempo extra. Ya durante la prórroga, los ingleses consiguieron la clasificación final gracias al gol de su compañero Harry Kane que, consciente de los injustos reproches que había tenido que aguantar su joven compañero, conmemoró el tremendo golazo de Jude imitando su icónica celebración junto a él y con los brazos abiertos.
Normal. Los duros juicios semanales no tenían ni pies ni cabeza.
Incidencia en los momentos claves
Y es que cuesta encontrar un jugador con mayor incidencia en los momentos clave que la que ha tenido Jude Bellingham esta campaña. Nada más comenzar el campeonato y en su partido de debut ante sus aficionados en el Santiago Bernabéu logró el gol de la victoria frente al Getafe cuando el electrónico indicaba los 94′. Poco después llegó su puesta de largo en la Champions vs. el Union Berlín. Cero a cero en el marcador y disgusto entre la parroquia merengue hasta que Bellingham, en posición de llegador, empujó una pelota sin dueño hasta el fondo de la portería alemana. Todo ocurrió en el icónico minuto 93. Jude no sólo empezaba a entender la mística del Madrid con la Copa de Europa. Ahora, también formaba parte de ella.
Pero esto no había hecho más que comenzar. Bellingham se guardó sus mejores balas para los partidos contra el FC Barcelona. En la ida de Montjuic el jovencísimo mediocampista no se conformó con marcar el gol del empate con un inapelable derechazo, también castigó a los culés en el 91 con una pelota que se introdujo por debajo de las piernas de Ter Stegen. Primer clásico y fundamental doblete para traerse los 3 puntos hasta Madrid.
En la vuelta, más de lo mismo. Igualdad máxima con unas tablas que iban a dejarlo todo en 2 a 2. Entonces llegó el tiempo añadido y Jude, en el minuto 91, de nuevo clavó un zurdazo en la diagonal del arco culé. El Clásico se quedaba en Madrid y el título liguero, de forma virtual, también.
Si a esto le sumamos su obra de arte de este domingo contra los eslovacos, podemos concluir que Jude el decisivo ha cerrado, con argumentos, la boca a todos sus haters.