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El arte de dominar la escena: Mbappé se mete al madridismo en el bolsillo

Si algo dejó impresionado al personal fue su dominio de la escena: su educación, tranquilidad y control del castellano

El arte de dominar la escena: Mbappé se mete al madridismo en el bolsillo

Kylian Mbappé en la presentación del Real Madrid. | Europa Press

El aficionado merengue sigue impactado con el espectáculo disfrutado el martes en el Santiago Bernabéu. Y el que les escribe también a pesar de estar curtido en materia galáctica. Puede que la presentación de Beckham fuera (incluso) más mediática o la de Cristiano Ronaldo más pasional, pero la de Kylian Mbappé, sin lugar a dudas, era la más deseada y eso se sentía en el ambiente.

Lo noté desde el principio. Los medios de comunicación estábamos citados a las 10 de la mañana (el acto empezaba a las 12) en la puerta de acreditaciones situada en la calle Padre Damián y sobre las 9.45 las colas ya daban la vuelta al coliseo blanco. Lo mismo sucedía con la tienda oficial del club que linda con el acceso de los periodistas. Aquello era un hervidero.

Poco importaba que Kylian se decidiera por el PSG en 2017 para no vivir a la sombra de la BBC. Ya daba igual que no arribara en 2021 tras la no respuesta de Al Khelaifi a los 200 kilos que el Madrid puso encima de la mesa. Y, por supuesto, nadie se acordaba de la palabra dada y rota por el francés a Florentino en el verano de 2022. Pelillos a la mar. Mbappé se iba a vestir de blanco después de siete años y eso era lo único importante.

Similitudes con CR

Mucho de lo sucedido en Chamartín evocó a la puesta de largo de Cristiano Ronaldo en 2009. El escenario con la pantalla gigante, las Copas de Europa de fondo, la presencia de un compatriota-leyenda como padrino (en este caso ZZ y entonces Eusebio) o incluso el «un, dos, tres… ¡Hala Madrid!» elegido por Mbappé como grito de guerra para fundirse con sus fanáticos. Pero aquello, lo de CR, fue otra historia; invasiones de campo, gente saltándose los tornos… una locura colectiva provocada por la necesidad. Por entonces el Madrid vivía a la sombra de un Barça que primero le metió seis y, después, había hecho un ‘sextete’. Cristiano era necesario para frenar la sangría y pegar un volantazo. 

Kylian Mbappé y Florentino Pérez, durante la presentación. | Europa Press

Lo curioso de toda esta historia es que, precisamente, Ronaldo es el ídolo de Kylian. De hecho, algunas de las primeras imágenes que pudimos ver en el compacto homenaje al francés, proyectadas en los videomarcadores, mostraban a un preadolescente Mbappé en su cuarto rodeado de fotos de Cristiano. Seguidamente, se los podía ver juntos en la ciudad deportiva de Valdebebas cuando el delantero galo fue invitado por ZZ a probar con el Madrid durante una semana en el año 2012. 

Kylian reconoció ante los medios que Zidane y Cristiano Ronaldo son sus referentes y quienes copan sus primeros recuerdos del Real Madrid. Seguro que también es consciente de que, en su caso, no llega a la casa blanca para devolver al club a la senda del triunfo (como en su día le fue encomendado a CR) sino para mantenerlo en la cima. 

Un sueño hecho realidad

Si algo dejó impresionado al personal fue el dominio de la escena del crack de Bondy. Para comenzar por su educación, tranquilidad y control del castellano. No es fácil ponerte delante de 75.000 personas, de inicio, y en la sala de prensa, para concluir, y manejar con tal maestría la lengua de Cervantes. Kylian confesó que todo formaba parte de un plan, que de chaval nunca había sido un gran estudiante, pero que siempre tuvo claro que conocer el español a la perfección le ayudaría a adaptarse con mayor facilidad a su futura vida en la capital.

Mbappé no iba de farol y para demostrarlo se plantó en la sala de conferencias de Concha Espina con una maqueta del Santiago Bernabéu en las manos. Al ser cuestionado por ella, explicó que era un regalo con el que su familia le había obsequiado cuando tan solo tenía ocho años y que se trataba de un guiño a la misma.

Para finalizar su fantástica puesta en escena, Mbappé tiró de aquello que siempre se le ha negado: humildad. Aseguró estar dispuesto «a dar la vida por el club y su escudo» y no vaciló al asumir que su principal reto radica en «estar a la altura de una historia como la del Real Madrid».

Ha tenido años para prepararse, cierto. Pero su madurez y equilibrada puesta en escena han hecho que Kylian Mbappé se haya metido al madridismo en el bolsillo. 

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