El Barça de las restricciones se queda con una plantilla muy corta
Las dificultades económicas del club se han traducido en una insalvable incapacidad para traer nuevos jugadores
El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, durante la presentación del técnico Hansi Flick. | Xavi Urgeles (Zuma Press)
El presidente del club, Joan Laporta, aseguró el pasado 5 de junio que «estamos a punto de cerrar con unos resultados económicos positivos y de tener el 1-1 para poder acudir al mercado con normalidad». Nada más lejos de la realidad. Y añadió que estaba a punto de cerrar una renovación de contrato con Nike, que no se ha producido porque la marca norteamericana resistió a la presión del presidente, quien incluso interpuso una demanda solicitando al juez que rescindiera el contrato actual como medida cautelar por un supuesto incumplimiento de la marca de Oregón.
Esas medidas las ganó Nike, que ahora no tiene ninguna prisa por renovar un contrato que finaliza en 2028. En aquella entrevista a los medios del club, Laporta también aseguró que «estamos a punto de cerrar un acuerdo con otro inversor que se haga cargo de los 40 millones que no pagó líbero» por un porcentaje de Barça Studio. El 15 de junio venció otro plazo de 20 millones de esta palanca que tampoco se cobró. Por eso, La Liga, que no ha dado ningún trato de favor al Barça, ha revertido este verano parte de esa palanca y ha aplicado un bloqueo de -60 millones en la capacidad de inscripción del club azulgrana.
Y aún así, Laporta aseguró en Catalunya Ràdio el 8 de julio que «Hoy por hoy, el Barça puede fichar a un jugador del nivel de Nico Williams. Es el resultado de un trabajo durante años». El ejercicio económico 23/24 finalizó el pasado 30 de junio, sin embargo, el Barça no ha dado a conocer sus resultados, que a pesar de que Laporta anunció que serían positivo, deberían arrojar pérdidas si la auditora Grant Thornton aplica el mismo criterio que el control económico de la liga: el de revertir a pérdidas la parte del valor de Barça Studios que el club se contabilizó en el ejercicio económico de la temporada pasada, al no cumplirse el calendario de cobros.
De los 60 millones de bloqueo que ha impuesto la liga, Aramark, empresa de hostelería a la que se le ha adjudicado la restauración del nuevo Camp Nou, (Otra palanca), aportó 25 millones y, por tanto, quedó un saldo pendiente de 35 millones, que se han ido restando de los ahorros y traspasos por la rescisión de los contratos de Gundogan y Dest, las cesiones de Lenglet y Julián Araujo y la venta de Mika Faye. La cesión de Roque al Betis no cuenta porque estaba inscrito provisionalmente solo por 6 meses para sustituir al lesionado Gavi por el artículo 77.
Al ser el Barça un club excedido en su límite de salarial de plantilla, todo ese ahorro no se computa directamente, sino que se le aplican unas tablas en las que solo se le contabilizan para mejorar su capacidad de inscripción el 60%, como norma general, o el 70%, si es un jugar franquicia, del ahorro en sueldos y plusvalías generadas. Con todas esas operaciones quedan todavía pendientes del bloqueo unos 15 millones de euros. Y, probablemente, por esos problemas de inscripción conocidos, Nico Williams descartó finalmente la oferta del Barça.
A Dani Olmo, fichado a plazos del Leizpig, no se le ha podido inscribir por el conducto general, sino por la vía excepcional y polémica de hacerlo provisionalmente hasta enero para sustituir al lesionado Christensen, acogiéndose otra vez al artículo 77, cuando el pronóstico de la lesión del danés era inicialmente de 1 mes y medio y posteriormente de 4 meses. Sin olvidar que a Iñigo Martínez también se le ha podido inscribir provisionalmente hasta enero por la lesión de Araujo, ya que el club sigue sin capacidad de inscripción.
En el caso de Marc Bernal, lesionado de gravedad por 1 año en Vallecas el pasado martes, no sirve de nada acogerse al artículo 77 porque tiene ficha del filial y su salario es tan bajo que no se puede destinar el 80 % de su ficha a traer otro fichaje, como permite la normativa. Los dirigentes del Barça dan por cerrado el mercado de fichajes pese a que queda un día dado que ven imposible saldar los 15 millones del bloqueo y, además, si se consiguieran y se alcanzase la regla 1-1, el club tendría que generar todavía unos 40 millones más en ventas para poder a inscribir a otro fichaje, cosa que no se producirá antes del cierre del mercado.
No obstante, los dirigentes del Barça han engañado a su masa social filtrando que, una vez frustrada la llegada de Nico WiIliams, iban, primero, a por el fichaje de Luis Díaz del Liverpool, una operación de 100 millones de euros, y después a por el de Rafa Leao del Milan, que también supondría unos 90 millones. El último recurso que les quedaba a los directivos del Barça era que prestaran un aval con su patrimonio como garantía de la llegada futura de nuevos ingresos para el club. La normativa de la liga permite que sea de hasta el 5% de la facturación del club que es unos 800 millones, es decir un aval máximo de unos 40 millones. Pero esta vez, los directivos se han negado.
El caso es que el Barça ha completado un mercado bastante discreto. Se ha quedado con una plantilla muy corta de solo 22 jugadores, de los cuales 3 están en pleno proceso de recuperación —Araujo, Christensen y Gavi—; mientras que la reaparición de Frenkie De Jong, lesionado gravemente de su tobillo, no tiene una fecha fijada, y el estado físico de Ansu Fati es una incógnita. Hansi Flick, el técnico alemán que ha empezado con muy buen pie y no se ha quejado, solo tiene 18 futbolistas a su disposición y uno de ellos, Pau Víctor, es debutante en primera. Se ha quedado sin pivote defensivo, Lewandowski no tiene sustituto y los dos laterales suplentes son dos juveniles. Si levanta títulos con todas estas carencias demostrará ser un mago.
