THE OBJECTIVE
Fútbol

Vinicius mete la pata

«Vinicius demuestra ser muy poco agradecido con el país que tan bien le ha acogido y que no merece ser mancillado»

Vinicius mete la pata

El futbolista Vinicius Jr. | Agencias

Una cosa es denunciar algunos episodios racistas que, desgraciadamente, todavía se producen en todos los países del mundo y otra muy distinta es lo que ha hecho Vinicius que, con sus últimas declaraciones, ha proyectado la imagen de que España es un lugar donde la infame discriminación por raza está normalizada, dando a entender que es habitual y no suficientemente reprobada o condenada. 

Sugerir que si vuelve a producirse otro episodio de racismo en algún campo de fútbol de la liga, nuestro país debería ser castigado con la retirada de la organización del Mundial es una gran metedura de pata. Este es el gran error que está cometiendo el delantero del Real Madrid. Generalizar sobre la sociedad de un país y sus estructuras por algún hecho aislado protagonizado por algunos cafres es una injusticia enorme. 

Es obvio que Vinicius ha sido víctima de algún insulto racista, como lo sufrieron en su día Samuel Eto’o o Dani Alves, y, desde luego, que no hay que permitirlo. De hecho, los medios de comunicación, la propia Liga y la justicia ordinaria reaccionaron enérgica e inmediatamente censurando e imponiendo sanciones. No hay que olvidar que un juzgado de Valencia condenó a ocho meses de cárcel a los tres aficionados que profirieron insultos racistas al futbolista brasileño en Mestalla y les prohibieron de entrada al Estadio durante un largo tiempo. Es la demostración de que en España estos comportamientos se condenan contundentemente.

Aunque también es cierto que los insultos racistas se reprueban dependiendo de la trascendencia mediática que tengan, ya que, por ejemplo, los que recibió el jugador del Barça de baloncesto, James Nnaji, al llegar al WiZink Center antes de la final de la ACB por parte de seguidores merengues, que, a pesar de que fueron grabados por las televisiones, han pasado prácticamente inadvertidos para la Policía, para la Fiscalía y para el propio Vinicius, que ya que se ha erigido en portavoz, podía haberlos denunciado también. Pero ahí no fue tan valiente.

Alguien debería pedir a Vinicius que reflexionara acerca de por qué los otros jugadores de su misma raza y su mismo equipo no sufren ningún episodio de racismo y, en cambio, él se siente permanentemente perseguido y por qué su figura genera tanta animadversión en la mayoría de campos de la liga. Eso no es ninguna atenuante y mucho menos una justificación de cualquier manifestación racista -que ya me conozco a mis clásicos- pero de la misma forma hay que reprobar sus comportamientos y provocaciones constantes a las masas con sus actitudes prepotentes y desafiantes. Solo Vinicius tiene problemas con el color de la piel, como los tuvo en casa en las filas del Flamengo (2018). Si le increpen o le silban habitualmente no es precisamente por su color de piel. 

Hasta su entrenador, Carlo Ancelotti, y sus propios compañeros de equipo, le han reprochado su ya habitual comportamiento prepotente y desafiante sobre el césped y le han pedido, en más de una ocasión, que esté más centrado en el fútbol y menos pendiente del árbitro, del adversario o de la grada del otro equipo. Menospreciar al rival, sacarle brillo al escudo mirando al público local, alentar a su afición para que increpen al árbitro, como hizo en el último partido contra el Betis cuando ya tenía una tarjeta amarilla, son también actitudes impropias de un buen profesional y de alguien con cierta educación. 

Con su acusación generalizada, Vinicius demuestra ser muy poco agradecido con el país que tan bien le ha acogido y que no merece ser mancillado internacionalmente por el comportamiento de unos pocos energúmenos. 

En cambio, lo que sí conseguirá el delantero del Madrid es que aumente la animadversión que se ha granjeado con sus irrespetuosos comportamientos. Los que le conocen dicen que Vinicius, es un buen chico. Seguro que sí. Lo más probable es que esté mal asesorado y la gente que le rodea le haya hecho creerse Martin Luther King o Nelson Mandela cuando en realidad no tiene categoría, y mucho menos carisma.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D