La salud de los jugadores y del fútbol está en peligro
El nuevo formato de la Liga de Campeones ha supuesto un aumento significativo de la carga de trabajo de los futbolistas
Los futbolistas profesionales están cerca de decir basta. Y con razón. Los gerifaltes del fútbol mundial están matando a la gallina de los huevos de oro. El centrocampista del Manchester City, Rodri, ha advertido de una posible huelga como medida de protesta por el aumento del calendario de partidos. «Creo que entre 40 y 50 partidos es el máximo que puede alcanzar un jugador. Después de eso, bajas, porque es imposible mantener el nivel físico».
Pues resulta que cada vez hay más competiciones de clubes y de selecciones que se amplían con más equipos, hasta el punto que un jugador de élite deberá disputar 70 partidos esta temporada en la que se ha ampliado la Champions, con 2 jornadas más como mínimo. Todo eso sin contar la celebración a final de temporada de la primera edición del Mundial de clubs, con 32 participantes, que se ampliarán a 48 a partir de 2026. Es decir, los futbolistas jugarán un partido cada 3 días, con sus correspondientes viajes, durante 11 meses. Es una barbaridad. Por convenio, los futbolistas tienen derecho a 30 días naturales de vacaciones, pero a la práctica ya no les dejan ni descansar, porque las temporadas, cada vez, terminan más tarde y empiezan más pronto.
El caso del jugador del Barça, Fermín, es paradigmático. Tras disputar toda la temporada con su club, estuvo un mes con la selección absoluta disputando la Eurocopa, y enlazó con los juegos olímpicos de París. Ha descansado una semana y ya ha vuelto a empezar una nueva temporada con el equipo azulgrana. Ya ha sufrido dos lesiones musculares diferentes en un solo mes. Inhumano. El entrenador del Barça, Hansi Flick, dijo que se sentía un poco responsable de ello. Y puede que lleve razón, porque, por ejemplo, el Real Madrid prohibió a Mbappé que hiciera ese doblete.
Además de no descansar, los jugadores tampoco pueden preparar su cuerpo en las pretemporadas porque sus clubes, en su ilimitado afán recaudatorio, han sustituido los entrenamientos de calidad previos a la temporada por exigentes giras veraniegas cargadas de partidos contra rivales de entidad. Y no por ganar más dinero van a aumentar sus capacidades físicas, porque, también son humanos, por si se le ha olvidado a alguien. Los aficionados son también los grandes damnificados, ya que pagan por un buen espectáculo, que no pueden ofrecer jugadores sobreexplotados o vaciados físicamente, y eso pasa, irremediablemente, por menos cantidad y más calidad de partidos.
O se busca una solución o la vaca dejará de dar leche. Antes de que los jugadores, con la posible huelga, pongan el problema sobre la mesa, deben plantearse soluciones. Hay que pasar la tijera por ese calendario infernal. Y lo más lógico parece ser el recorte de los compromisos con las selecciones, más que por las competiciones nacionales de los clubs, que, en definitiva, son los que sufragan este negocio poniendo las entidades (organización), los «artistas» (jugadores) y el «circo» (los estadios).
Definitivamente, los clubes deben poner freno a la tiranía de las federaciones, especialmente FIFA, UEFA y CONMEBOL, porque una cosa es usar a los jugadores y otra abusar de unos futbolistas que toman prestados, pagándoles mucho menos de lo que les generan económicamente. Es un expolio legal, porque obligan por ley a los futbolistas a acudir con sus selecciones nacionales apelando al sentimiento patriótico, pero en realidad lo que subyace es su interés por ampliar su trozo de pastel del negocio. Hay que regularlo de alguna manera.
Por ejemplo, que una selección tenga una limitación de uso de minutos de un futbolista al año, que no le pueda hacer más quilómetros de la cuenta. O suprimir partidos tediosos de las fases clasificatorias de las selecciones, que algunas tengan billete asegurado por coeficiente. Y en lugar de ampliar, suprimir participantes en los Mundiales, Eurocopas y Copas Américas. Si hay más competiciones, se supone que los clubes también ingresan más. Quizá deberían hacer plantillas mucho más amplias, de 28 o 30 jugadores para repartir los esfuerzos. Algo hay que hacer. La salud de los futbolistas y la protección del espectáculo está en juego.
La nueva Champions imita a la superliga
El recién estrenado formato de la Champions, organizado por la UEFA, se parece a la competición que pretendían impulsar los presientes del Real Madrid y FC Barcelona, Florentino Pérez y Joan Laporta, bajo la denominación de «Superliga», que ha quedado en el limbo después de que los principales clubes europeos no hayan querido romper con el máximo organismo futbolístico europeo.
En este nuevo formato desaparece la fase de ocho grupos que resultaba, a menudo, tediosa y previsible, en la que prácticamente no se producían sorpresas, los dos equipos fuertes se acaban clasificando y los grandes no se enfrentaban entre sí hasta las eliminatorias disputadas a finales de febrero.
Con el nuevo formato hay 36 equipos en una única clasificación. Eso facilita que todos los resultados puedan influir en la posición de sus rivales. Cada equipo disputará un mínimo de ocho partidos, dos más que en el anterior formato que se jugarán en enero. La última y octava jornada, que se disputará en el 29 de enero en horario unificado, promete ser de infarto.
Los resultados se reflejan en la única tabla y así se definen los ocho equipos clasificados de esta fase regular que avanzarán directamente a los octavos de final. Por su parte, los del 9° al 24° lugar irán a una ronda extra, una especia de dieciseisavos, en la que se enfrentarán con encuentros de ida y vuelta, y los ganadores accederán a los octavos de final, junto al resto de los ocho que se clasificaron directamente. Otro cambio importante es que dejarán de existir los descensos para ingresar a la Europa League, y quienes no queden del 25 al 36 terminarán su competición internacional en enero.
En cuanto al reparto a nueva Liga de Campeones repartirá 2.437 millones de euros en diversos conceptos a los participantes en la competición continental: 670 se destinan a partes iguales entre los equipos como cuota inicial; 914 corresponden a importes de «rendimiento»; y 853 comprenden un «valor» de nueva creación por parte de la UEFA, que tiene en cuenta tanto el ránking como el mercado televisivo.
- 18,62 millones de euros reciben cada uno de los 36 equipos que compiten en la fase de liga de la competición.
- 2,1 millones de euros es la cantidad fijada por el organismo por cada victoria en la fase de grupos.
- 700.000 euros se perciben por el empate en la fase liga de la Champions.
- 9,9 millones de euros será el premio económico para el primero de la clasificación en la fase liga; 9,6 millones serán para el segundo; 9,35 para el tercero; 9,075 para el cuarto… hasta los 275.000 euros del último clasificado.
- 2 millones de euros extra percibirán los conjuntos clasificados entre el primero y el octavo en la primera fase, mientras que los equipos que ocupen del noveno al decimosexto puesto agregarán un millón de euros.
- 11 millones de euros obtendrán los equipos clasificados para los octavos de final.
- 12,5 millones de euros ingresarán los ocho conjuntos que disputen los cuartos de final.
- 15 millones de euros serán para los cuatro semifinalistas.
- 18,5 millones de euros será la recompensa para cada uno de los dos finalistas.
- 6,5 millones de euros obtendrá el equipo que sea campeón en la final de la Liga de Campeones, además de otros cuatro millones por su clasificación para la Supercopa de Europa, a los que se añadirá uno más en caso de ganarla.