Laporta se esconde y no da la cara ante los socios
La última asamblea de socios del club se celebrará de manera telemática, a pesar de los problemas de gestión
El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, ha convocado la Asamblea General Ordinaria de Socios Compromisarios del club para el próximo 19 de octubre, sólo en formato telemático y en un día sin partido del primer equipo, contraviniendo lo que establece el artículo 27.1 de los Estatutos del club, que trata de fomentar la participación: «La fecha de celebración de Asambleas Generales, tanto ordinarias como extraordinarias, deberá coincidir preferentemente con un día de partido oficial en el Estadio».
Con esta decisión, Joan Laporta incumple su compromiso de volver a la presencialidad, en un formato híbrido, adquirido personalmente en el turno abierto de preguntas de la asamblea del año pasado.
Se trata de una intolerable limitación del derecho de participación y debate de los socios, que son los verdaderos propietarios del Club. En un contexto deportivo favorable, es una oportunidad magnífica para que el Presidente sea valiente y transparente, respondiendo a todas aquellas cuestiones que estropean con demasiada frecuencia la reputación de la institución.
De la misma manera que las dos primeras asambleas del año 2021 se pudieron celebrar de manera íntegramente presencial en el Camp Nou y el Palau Blaugrana en pleno contexto marcado por la Covid, ahora no tiene ningún sentido mantener el formato únicamente telemático que se implementó en la Asamblea de abril de 2022 y que se ha mantenido hasta la última celebrada en octubre de 2023.
Con el formato telemático, Laporta se esconde detrás de una pantalla y sin mirar cara a cara al socio, que exige explicaciones a una gestión con muchas más sombras que luces y que acaba de cerrar el ejercicio económico 23/24 con 91 millones de pérdidas, lo que dificultará todavía más la inscripción de jugadores y alcanzar la anhelada regla del 1-1.
Es paradójico que el presidente de una entidad que presume de ser un ejemplo de democracia limite la libertad de expresión del socio, que es el verdadero propietario. «El ‘Más que un Club’ también tiene que ver con los valores con los que se gestiona y gobierna la entidad, que deben estar inspirados en la transparencia, el buen gobierno y la rendición de cuentas, y no en la opacidad y las verdades a medias» ha afirmado, Víctor Font, candidato a la presidencia en las últimas elecciones.
Además, con el formato presencial, los resultados de las votaciones son transparentes porque se vota a mano alzada. En cambio, en el formato telemático es imposible verificarlos. Es por ello que Font exige la composición de una comisión independiente que pueda asegurar, desde un punto de vista técnico, la validez de los resultados en todas las votaciones.
En su estrategia de gestión opaca y falta de transparencia, Laporta ha convocado la asamblea en la que debe aprobarse la liquidación económica de la temporada 23/24 y el presupuesto para la 24/25 sin entregar todavía la documentación al socio para que pueda examinarla con tiempo y prepararse las dudas. Laporta apurará hasta los 10 días previos que como mínimo establecen el artículo 28 de los Estatutos.
Es por ello que tanto Víctor Font como Joan Camprubí, los dos socios con más apoyo que han manifestado su voluntad de presentarse a las próximas elecciones, han apelado a hacer una actuación conjunta y «coordinarse para dar una respuesta contundente».
Desde que está Laporta, los socios del Barça no ha parado de perder derechos. Las asambleas son telemáticas, se les ha tocado el bolsillo retirándoles la compensación económica que los socios abonados recibían por el servicio del «seient lliure» cuando liberaban su asiento, se les suspendió la condición de abonado de manera generalizada, se les cambia de ubicación en cada partido de Montjuic asignando las mejores localidades a los turistas, la agencia de viajes oficial del club ha dejado de prestar servicio al socio, se ha ahogado económicamente a la Confederación Mundial de peñas del club y se esconde la gran pérdida de socios que ha habido, ya que no se facilita el número total que compone el censo tras cerrarse el proceso de actualización. Por tanto, el socio que quiera poner una moción de censura y recoger el 15% de firmas no sabe realmente qué cifra es.
La gestión de Laporta en el ámbito social es igual o peor que en el ámbito deportivo, en el que dos de los tres años se han cerrado sin títulos. Tampoco ha sido buena en el ámbito económico, en el que, sumados los resultados de los cuatro ejercicios que ha cerrado, se arrojan unas pérdidas totales de 176 millones de euros, lo que supone que el club está mucho peor que cuando llegó, con menos patrimonio y mucha más deuda.
Es imposible no pensar que algo realmente feo está escondiendo la gestión de Laporta cuando no paran de dimitirle ejecutivos y él no se atreve a dar la cara ante los socios.