El Real Madrid, enfrentado al mundo
«El presidente del Madrid está decidido a desafiar el mundo del fútbol, aunque eso suponga el desgaste institucional»
La negativa del Real Madrid a asistir a la gala del Balón de Oro celebrada el pasado lunes en París ha evidenciado la «guerra fría» que el club blanco sigue manteniendo con la UEFA, coorganizadora del galardón junto al diario L’Equipe desde esta edición en la que el jugador español del City, Rodri, fue distinguido como el mejor jugador del mundo por delante del madridista Vinicius.
En redes hubo quejas de que el club madrileño «no fuera capaz de celebrar que al menos haya sido un español quien traiga el premio a casa». Mientras, cabeceras extranjeras como L’Equipe han tildado su reacción de «falta de clase» y «pisoteo al valor del deporte, que consiste en respetar a sus ganadores».
El presidente de la Liga, Javier Tebas, fue el último en cargar las tintas sobre la negativa de Florentino Pérez a acudir a la gala: «Creo que el Real Madrid faltó a la caballerosidad, que siempre ha sido uno de sus signos y es parte de su himno también, el dar la mano cuando pierda. Una falta de caballerosidad que viene faltando desde hace tiempo. A mí no me sorprendió. Ya se vio en la actitud de Real Madrid TV con los vídeos, es una conducta supremacista de que todo tiene que girar en torno a ellos».
El club de Florentino venía ‘alimentando’ desde hacía unos meses la idea de que Vinicius sería el ganador del título. Tanto es así, que incluso Nike había anunciado que reinauguraría su tienda en la Gran Vía de Madrid. Planeaba hacerlo dos días después de la entrega del Balón de Oro, para rendir homenaje a Vinicius y con sus botas doradas preparadas para ser lanzadas.
La premura del empresario madrileño por coronar a su jugador ha provocado que algunos de sus planes tuvieran que ser abortados, con los prejuicios económicos que ha conllevado las inversiones realizadas sobre el que tenía claro que sería el mejor jugador del mundo de la temporada 2023/2024.
Mientras el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, es partidario de llevar a cabo el proyecto de la Superliga explorando las posibilidades de hacerlo con una entente con el estamento futbolístico europeo, el máximo mandatario del Real Madrid, Florentino Pérez, respaldado por las victorias parciales conseguidas en los tribunales para romper el monopolio de la UEFA, mantiene su intención de ejecutarlo al margen de la institución que preside Aleksander Čeferin, con quién mantiene una firme hostilidad.
A pesar de tener en cuenta ese contexto, la prensa internacional ha criticado la ausencia del Real Madrid en la gala más importante del fútbol mundial en la que, además, debía recibir condecoraciones tan importantes como el de Mejor Club del Mundo de la temporada 23/24 y al Mejor Entrenador para Carlo Ancelotti, al entender que la representación institucional debe estar por encima de este tipo de luchas de poder y batallas de despacho.
El caso es que, actualmente, el Real Madrid está adoptando una actitud que podría considerarse excesivamente victimista, sintiéndose maltratado, permanentemente, por todo y por todos los diferentes estamentos del fútbol y las distintas instituciones.
Actualmente, el Real Madrid no se lleva bien con la UEFA, pero tampoco con la liga española, presidida por Javier Tebas, ni con la Real Federación Española de Fútbol y mantiene también una cruzada diaria con el colectivo arbitral español, al que cada semana le dedica un vídeo poniendo en duda su honorabilidad, pese a que su cúpula directiva ya no tiene nada que ver con el ínclito exvicepresidente, Enríquez Negreira.
El club blanco también mantiene una actitud beligerante con los vecinos del Santiago Bernabéu a raíz de las molestias causadas por los numerosos conciertos para los que, todavía, no está claro que tuviera todas las autorizaciones exigibles para celebrarlos. En otro procedimiento paralelo, las asociaciones vecinales también han conseguido que los tribunales hayan ordenado la paralización de las obras de los aparcamientos del paseo de la Castellana-Bernabéu y Padre Damián, junto al estadio del Real Madrid, adjudicados al club de Florentino Pérez por el Ayuntamiento de la capital.
El presidente del Real Madrid, empresario poderoso y acostumbrado a soportar la presión y a salir victorioso de sus luchas, está decidido a desafiar el mundo del fútbol, aunque eso suponga el desgaste institucional que está sufriendo el club blanco.