Borja Fernández: «Hay mucha gente arruinando su vida por las apuestas, son una droga»
El exfutbolista y entrenador, acusado y exculpado de amañar apuestas deportivas, opina sobre el ‘caso Kike Salas’

Borja Fernández durante su despedida como jugador de fútbol profesional. | Real Valladolid CF
La vida de Borja Fernández, entonces futbolista del Real Valladolid, dio un vuelco en 2019, cuando agentes de la Policía irrumpieron en su casa y lo acusaron de formar parte de una red de amaño de partidos conocida como el caso Oikos. Lo que siguió fue una pesadilla mediática y judicial que lo marcó para siempre, aunque en 2020 la justicia lo exculpó completamente, dejando en evidencia la falta de pruebas y la torpeza en la investigación. Ahora, en una conversación íntima con THE OBJECTIVE, el actual entrenador del UD Ourense reflexiona sobre aquel calvario, el daño irreparable de las falsas acusaciones y su visión sobre el escándalo que hoy rodea a Kike Salas, otro futbolista señalado por presunta implicación en apuestas ilegales.
Salas, jugador del Sevilla FC acusado de forzar tarjetas amarillas para favorecer apuestas deportivas, ha vuelto a poner el foco sobre la influencia corrosiva de las apuestas en el fútbol. Para Borja, el surgimiento de esta nueva polémica ha reavivado los fantasmas de sus propias vivencias: las sospechas sin pruebas, el juicio público antes que el judicial, y el estigma que persigue incluso a los exonerados. En esta entrevista, el exfutbolista comparte su mirada crítica sobre un problema que, según él, está podrido en su raíz: las apuestas y el daño que causan, tanto dentro como fuera del terreno de juego.
PREGUNTA.- ¿Qué ha sentido Borja Fernández cuando ha leído lo que está sucediendo con Kike Salas?
RESPUESTA.- Lo primero que pensé fue: «Vaya traca, me alegro de que lo hayan pillado», luego me vinieron a la cabeza, instantáneamente, lo que habría pensado la gente cuando leía o veía lo mío, lo que yo sufrí: las ganas de los medios de dar información sin contrastar manipulada por la policía…
P.- Imagino que se le removió el estómago.
R.- Sí, se me remueve siempre. Mi vida siguió enseguida, pero la rabia de lo que la policía hizo conmigo sigue y va a seguir dentro siempre.
«Las apuestas son una droga… una enfermedad»
P.- ¿A usted cómo le suena que un futbolista esté implicado en una red de apuestas ilegales dejando que le saquen tarjetas?
R.- El primer pensamiento que me surge es por qué se siguen permitiendo las apuestas. Eso corrompe, por un lado, y por otro crea grandes problemas. Hay mucha gente enganchada y arruinándose la vida, es una droga. Y luego me suena mal, claro. No es sano. Recuerdo a compañeros en vestuarios todo el día con las apuestas, siempre apostando a resultados de otros campeonatos, de otros deportes, haciendo combinadas… Un día salimos de una charla de La Liga, del departamento de integridad, y al ir a ponernos las botas para entrenar alguno revisó el teléfono para ver las cuotas… Me suena a enfermedad, en resumen.
P.- Además, algún abogado defiende que no es delito dado que no ha influido nunca en el resultado la adulteración de un partido
R.- Ese abogado no entiende de fútbol, o está haciendo su trabajo, que es mentir para que su cliente gane. Pregunta a un entrenador si una amarilla condiciona a la hora de hacer cambios. Pregunta a un central o a un mediocentro si una amarilla condiciona su juego. La respuesta es sí, no hay posibilidad de debate; y si condiciona el juego, condiciona el resultado.
P.- Si se demuestra que lo hizo. ¿Pero y si no?
Pues le tocará ir siempre con la mirada de sospecha encima, la gente dirá «no lo han pillado», en vez de que es inocente.
«Los policías sólo quisieron que cuadrara todo»
P.- Porque a usted le pasó algo parecido, incluso bastante peor, con el caso Oikos. Dígame qué le viene a la cabeza cuando lo recuerda.
R.- A mí, como dije antes, me viene la rabia. Rabia y odio hacia esos policías que no solo quisieron que todo cuadrara y que hubiera un culpable al que echarle el muerto. Que le salvara la cagada de investigación en la que llevaban un año. Luego puedo adentrarme en más pensamientos, pero el primero, el primitivo, es rabia y odio.
P.- En pocas palabras, usted fue inculpado por estar en una red de amaños de partidos en el 2019 y luego se demostró que no era así.
R.- Exacto, ya en el interrogatorio policial, empezaron a darse cuenta de que la habían liado, y luego en la vista oral, el Juez y el Fiscal, de que el informe policial estaba manipulado.
«Recuerdo llorar en el baño cuando leía el mail de la procuradora»
P.- Un año se cumple en marzo de la sentencia que le exculpaba de todo… ¿Qué sintió aquel día?
R.- Bueno, a mí realmente me exculpan en septiembre u octubre del 2020. Hace un año exculparon al resto. Cuando pasó lo mío, recuerdo llorar solo en el baño de casa mientras leía el mail de la procuradora. Un ‘por fin’ enorme, que sabía que iba a llegar y no llegaba. Recuerdo escribir a mi abogado y amigo, Gustavo, al grupo de mi familia, con mi hija, hermana y madre, a mi expareja y a Ronaldo. Les mandé la captura de pantalla. Cuando exculparon al resto, fue una prueba más de que no tenían nada y fueron a saco para agotar una última bala.
P.- ¿Y cómo recuerda el día cuando en mayo del 2019 entró la policía en su casa y se lo llevaron esposado? ¿Qué es lo peor que recuerda de aquel momento?
R.- Recuerdo a mi hija diciéndome que la policía estaba en la puerta, luego como entraron en mi habitación, salir al salón y ver a 10-15 personas. Recuerdo como entre ellos no se ponían de acuerdo, el lío que se traían con chats, la discusión entre Policía Nacional y UDEF por sacarme por el garaje y sin esposar. Pero lo que más me marcó fue cuando me dijeron que llevara zapatillas sin cordones y cuando sacaron las esposas.
P.- Usted fue muy duro tras conocerse la sentencia. ¿Quién cree que había detrás de todo esto?
R.- Había un cuerpo de Policía cagándola. Ganas de hacer sosas sin pensar en las consecuencias de sus errores.
P.- Usted ha llegado a decir que la policía le utilizó de chivo expiatorio.
R.- Sí, una muy mala investigación y una huida hacia delante. Si este chico sabe algo y se caga, resolvemos, si no, pues lo ha pillado en medio. Es la Policía, están para protegernos.
«Nunca vi mi imagen manchada»
P.- ¿Considera que su imagen sigue manchada por lo sucedido o por suerte ya no?
R.- No, nunca la vi manchada. Desde el principio el mundo del fútbol se portó bien. Estoy entrenando, doy ponencias en La Liga, he hecho máster en Garrigues y en La Liga, he cubierto partidos en DAZN o Radio Marca. Y me han abierto las puertas de muchos clubes para ver entrenamientos y metodología de entrenadores…
P.- ¿Cómo se gratifica, si es que es la palabra exacta, a una persona cuyo nombre ha estado señalado por una acción así?
R.- De ninguna manera, lo tengo claro. No hay nada. Y menos cuando tu propio club no te apoya y no mantiene su palabra. El resto, la vida sigue y acumulamos experiencias e historias que contar.
P.- Estamos en un país donde gusta la pena del telediario.
R.- Claro, no pasa nada si mientes o sueltas bulos. Alguno le da más importancia al «lo dije yo primero» si es como relata finalmente, que a la maldita hemeroteca. La gente ve La Isla de Las Tentaciones y Gran Hermano, quiere salsa y cotilleo. No informarse ni culturizarse. Cuanto más contenido de desgracias ajenas para rajar en el bar, mejor.
P.- ¿En estos cuatro años ha influido que usted estaba vinculado a la operación?
R.- No. Bueno, sí, solo para los abogados del Real Valladolid.
«Nadie me llamó para pedirme disculpas»
P.- Y después de la sentencia, ¿le ha llamado alguien para pedirle perdón?
R.- Nadie, dos personas hicieron el amago, pero más para protegerse frente a posibles denuncias.
P.- ¿Qué hace ahora Borja Fernández?
R.- Entreno a la UD Orense de 3ª RFEF.
P.- ¿Ha hablado con Kike Salas? ¿Si hablase, qué consejo le daría?
R.- No, no lo conozco. Eso ya es bastante distancia, ya que no sé si es cierto o no de lo que se le acusa.
P.- ¿Usted cree que existen amaños de partidos de fútbol?
R.- Claro.
P.- Disculpe la expresión, pero ¿qué es lo que más «asco» le ha dado en su experiencia?
R.- La Policía, seguido de diarios como El Mundo y otros periodistas. Esta semana, me dijeron que en Todo es mentira hablaban del caso poniendo todo el rato mi imagen. ¡Que soy inocente!